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La bomba que demoró un año en estallar

Fuentes: IPS

Un informe publicado este mes por la revista estadounidense Vanity Fair acerca de una fallida conspiración de Washington contra el partido islamista palestino Hamas desató un escándalo. ¿Por qué ahora, si el dato es viejo? Medios de comunicación independientes de todo el mundo, en especial de los países árabes, están al tanto del asunto hace […]

Un informe publicado este mes por la revista estadounidense Vanity Fair acerca de una fallida conspiración de Washington contra el partido islamista palestino Hamas desató un escándalo. ¿Por qué ahora, si el dato es viejo?
Medios de comunicación independientes de todo el mundo, en especial de los países árabes, están al tanto del asunto hace nueve meses. Numerosos observadores se preguntan ahora dónde estuvieron durante tanto tiempo los grandes medios.

Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) ha insistido, desde que tomó por las armas el control de Gaza en junio pasado, que su decisión respondió «a los planes tramados en su contra», dijo a IPS el periodista Tarek Abd al-Gaber, ex corresponsal del canal estatal egipcio en Israel y Palestina.

Los grandes medios de prensa del mundo han criticado con dureza el «golpe violento» de Hamas en Gaza contra la Autoridad Nacional Palestina, dirigida por el presidente Mahmoud Abbas y su secular partido Fatah desde la ciudad cisjordana de Ramalá con respaldo de Washington.

Miembros de Hamas combatieron durante seis días hasta que lograron el control de instituciones y símbolos del gobierno en la franja de Gaza, incluida la residencia presidencial en la ciudad homónima.

Tras declarar el estado de emergencia, Abbas anunció la disolución del gobierno de unidad que encabezaba el entonces primer ministro Ismael Haniyeh, dirigente de Hamas, partido que logró la mayoría de los escaños en las elecciones parlamentarias palestinas de enero de 2006.

La mayoría de los gobiernos occidentales, liderados por Washington, se apuraron a condenar la operación, y responsabilizaron a Hamas por los peligros que conllevaría la medida.

La misma cantinela fue repetida por la prensa occidental, que describió la existencia de un conflicto entre el «extremista» Hamas en la franja de Gaza y el «moderado» Fatah en Cisjordania.

Incluso gobiernos árabes se sumaron a las críticas contra Hamas. Al día siguiente de la toma del poder en Gaza el presidente egipcio Hosni Mubarak declaró que el movimiento islamista había «derrocado la legitimidad palestina».

«Lo que sucedió en Gaza no fue nada menos que un ‘coup d’état’ militar. Fue totalmente ilegítimo», dijo entonces a IPS el ex embajador de Egipto en Israel, Mohamed Basyouni, hoy presidente la Comisión de Asuntos Árabes del Consejo Asesor (Senado).

Pero Vanity Fair publicó este mes un informe sorprendente: la toma de poder de Hamas en Gaza fue motivado por un plan secreto de Estados Unidos para acabar con el predicamento del movimiento islamista en ese territorio.

En «The Gaza Bombshell» («La explosión de Gaza»), el periodista David Rose revela «una iniciativa encubierta», aprobada por la Casa Blanca y organizada por el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, «para provocar una guerra civil» en los territorios palestinos.

Tras la imprevista victoria electoral de Hamas en 2006, el gobierno de George W. Bush fraguó el plan de armar a combatientes de Fatah para que reprimieran al movimiento islamista, escribió Rose en su informe para Vanity Fair, basado sobre documentos confidenciales y declaraciones de ex funcionarios estadounidenses.

Bajo los términos de ese acuerdo, Fatah recibió armas y fondos a través de aliados árabes de Estados Unidos, incluidos Egipto y Jordania, apuntó.

La conspiración sería coordinada entre el general estadounidense Keith Dayton y el alto dirigente de Fatah Mohamed Dahlan, según fuentes citadas en el informe de Vanity Fair.

Pero el complot no llegó a implementarse. Un diario jordano publicó detalles de la maniobra, y Hamas decidió tomar una medida preventiva y de fuerza: se arrogó el control de Gaza el 14 de junio de 2007 y detuvo a numerosos dirigentes de Fatah.

«Sin quererlo», en lugar de aplastar a Hamas, «los combatientes de Fatah, respaldados por Estados Unidos llevaron a Hamas a tomar el control total de Gaza», indicó Rose.

Los desmentidos enérgicos de la Casa Blanca y el Departamento de Estado no lograron impedir que «The Gaza Bombshell» recibiera una amplia cobertura de la prensa occidental.

Algunos medios llegaron a comparar las «revelaciones» de Vanity Fair con el escándalo Irán-Contras de los años 80, que incluyó el suministro ilegal y encubierto de armas al régimen islamista en Teherán como medio de recaudar fondos con qué financiar a la oposición armada al gobierno izquierdista de Nicaragua.

Pero, más allá de los encomios al trabajo de Rose, la existencia del denominado «plan Dayton» se conoce muy bien desde hace más de nueve meses, según numerosos observadores locales.

«Hamas ha declarado sistemática y públicamente que lo que sucedió en junio fue una reacción al plan Dayton, con el que se pretendía destruir al movimiento», señaló Ibrahim Eissa, director del periódico independiente al-Dustour, que publicó comunicados de Hamas el año pasado.

«Pero sus denuncias no tuvieron mucha atención de los grandes medios de prensa árabes. Ni siquiera el canal de noticias Al-Jazeera le prestó mucha atención al asunto», dijo Eissa a IPS. Al-Jazeera, que reivindica la influencia de la británica BBC, transmite desde Qatar para todo el mundo árabe.

«Las denuncias del complot sólo fueron publicadas por algunos periódicos independientes y sitios en Internet afines con Hamas», apuntó.

El ex corresponsal Tarek Abd al-Gaber coincidió en que la prensa estatal egipcia desatendió en su cobertura la justificación de Hamas de por qué se arrogó el poder en Gaza.

«La prensa oficial tomó los argumentos de Estados Unidos y simplemente culpó a Hamas de todo», indicó. «La Casa Blanca insistió en calificar las acciones de Hamas de golpe de Estado sin importar las circunstancias, y los medios oficialistas de Occidente y del mundo árabe, repitieron ese mantra.»

Una excepción fue el prestigioso periódico egipcio en inglés al-Ahram. En su edición del 21 de junio de 2007, apenas una semana después de la toma del poder por parte de Hamas en Gaza, el diario publicó una extensa explicación de Yehia Moussa, dirigente de ese movimiento.

Combatientes de Fatah, respaldados por Estados Unidos, «planeaban un ataque sangriento contra el movimiento islamista, incluido el asesinato de cientos de personas, entre ellos líderes políticos y religiosos de Hamas», indicó Moussa. «Pero logramos frustrar sus planes antes de que los pudieran llevar a cabo.»

IPS tampoco se perdió el asunto. El 21 de agosto de 2007, en un informe sobre la caída de popularidad de Fatah transmitido en español al día siguiente, esta agencia internacional de noticias mencionó explícitamente el Plan Dayton como una de las razones principales del deterioro de la imagen de ese partido secular en el mundo árabe.

«Según funcionarios de ese movimiento (Hamas), el ‘Plan Dayton’ –que lleva el nombre del general estadounidense Keith Dayton– estaba programado para concretarse el 13 de julio», informó entonces IPS.

«La operación iba a ser liderada por el hombre fuerte de Fatah, Mohamed Dahlan, con apoyo logístico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos», según fuentes de Hamas citadas en ese informe.

Si hace nueve meses que los detalles de la conspiración estadounidense están a la vista de quien quisiera divulgarlos, ¿por qué los grandes medios de prensa tratan el informe de Vanity Fair como si fueran una revelación?

El profesor de Periodismo Mohamed Mansour, de la Universidad de El Cairo, explicó que la publicación tardía de esos datos muestra el abrumador sesgo contra Hamas de gran parte de la prensa occidental.

«Los medios de comunicación occidentales hacen todo lo que pueden para ensuciar el camino hacia un estado palestino», señaló Mansour. «Eso sólo puede atribuirse a la influencia sionista en Occidente, en especial en la prensa estadounidense, un hecho ya indiscutible.»

El informe de Vanity Fair puede servir para reivindicar a Hamas respecto de lo sucedido en Gaza, pero aun así Mansour cuestionó el momento elegido para su publicación.

«Sospecho que responde a un intento por profundizar la brecha entre Hamas y Fatah y por desviar la atención de otros acontecimientos», especuló.