Diles que no al Acuerdo Marco! Los convenios han de servir para mejorar nuestras condiciones laborales; es el lema con el que la CGT convocó una huelga general y protesta en la empresa pública Correos; el primer día de movilizaciones, para frenar la rúbrica del Acuerdo Marco, se produjo el 26 de febrero.
La convocatoria llamaba a la acción en todas las capitales provinciales; en Valencia, la concentración tuvo lugar en las oficinas de Correos de la calle san Vicente Mártir; además el sindicato informó que la sucesión de huelgas concluiría el 14 de marzo.
El vocero mensual de la CGT, Rojo y Negro, resumió en dos parágrafos el motivo de las reivindicaciones; el comunicado del 24 de febrero empezaba con la denuncia del deterioro –“durante muchos años”- del servicio público y las condiciones laborales.
Así, “la directiva de Correos –encabezada por el presidente Pedro Saura y el director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez- ha puesto sobre la mesa una batería de agresivas modificaciones que, de llevarse a cabo, supondría un gravísimo revés para la prestación del servicio público”.
Pedro Saura García percibió 185.700 euros durante 2024 en la Presidencia de Correos, lo que incluía la remuneración por los complementos de trienios administrativos (Europa Press y Forbes, 20 febrero); el también exdiputado y antiguo senador del PSOE se desempeñó, entre 2018 y 2021, como Secretario de Estado de Transportes (en el ejecutivo socialista de Pedro Sánchez).
El presidente actual del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ejerció la Presidencia de Correos durante el trienio 2000-2003.
Además de la reducción salarial, según la organización anarcosindicalista, ¿qué consecuencias tendrían el Acuerdo Marco y la modificación del III Convenio colectivo? “Una reducción de la plantilla de entre 8.000 y 10.000 puestos de trabajo, lo que supondría una mayor carga de trabajo para el personal restante, con zonas de reparto más amplias e imposibles de cubrir (…)”, explicaba Rojo y Negro.
Es ahora o nunca, reivindicaba la convocatoria del sindicato, que destacó ejemplos de la “grave agresión”; por ejemplo respecto a la flexibilización de las condiciones laborales: la movilidad funcional y geográfica; las retribuciones variables; los cambios de turno y las jornadas variables a la carta (“todo ello en un tiempo récord y con absoluta opacidad”).
Son motivos por los que, además de la huelga en todo el país del 26 de febrero, la CGT tiene previstas huelgas y concentraciones entre el 5 y el 13 de marzo, y una huelga estatal el 14 de marzo; el día 15 finaliza la primera fase de la negociación del convenio, mientras que la segunda concluiría el 1 de octubre (firma del nuevo IV Convenio Colectivo –personal laboral- y el Acuerdo Marco -funcionarios-).
La organización anarcosindicalista valoró, el 27 de febrero, que se hubiera dado un “seguimiento notable” del paro en todo el estado; en Madrid, miles de personas se concentraron ante las oficinas centrales de Correos, ya que el Acuerdo Marco –defendieron- “supone un ataque sin precedentes al Servicio Postal Universal”, así como la Amazonización de la empresa pública.
Los manifestantes recordaron que, ya en diciembre de 2024, se produjeron reuniones para la negociación del convenio que caducó en 2014, y actualmente se halla en ultraactividad; y que el 30 de diciembre de 2024 la empresa remitió el documento Acuerdo Marco Correos y Sindicatos. Sobre líneas básicas a trasladar al IV Convenio Colectivo, que suscribieron Comisiones Obreras, UGT, el CSIF y Sindicato Libre.
Sobre la tendencia a largo plazo en la sociedad estatal: Correos contaba en 2008 con 66.000 carteros en plantilla, cifra que ha menguado hasta los cerca de 48.000 trabajadores en la actualidad, subraya la organización libertaria.
Entre las exigencias del sindicato figura la consulta general –voto del conjunto de la plantilla-, previa a la firma de cualquier acuerdo que afecte al colectivo; piden, por otra parte, que Correos garantice la llegada del servicio postal “diariamente a todos los domicilios del país”.
La sección de Correos de CGT-Barcelona calificó de “éxito” la huelga del 26 de febrero; “no consentiremos que nos precaricen”, manifestaron; también se trataba de “presionar a las organizaciones sindicales colaboracionistas”, para que el 15 de marzo no firmaran el Acuerdo Marco.
CGT-Barcelona daba cuenta de las acciones previstas antes de la huelga estatal del día 14; además del 7 de marzo en Barcelona, se han programado movilizaciones en Santiago de Compostela (5 de marzo), Zaragoza (6 de marzo), Valencia (10 de marzo), Sevilla (11 de marzo), Tenerife (12 de marzo) y Madrid (13 de marzo).
El 26 de febrero los sindicalistas difundieron en las redes sociales un audiovisual de la protesta en la oficina principal de Correos en Barcelona; entraron en el edificio, “para que nos escuchara la dirección”, con banderas rojinegras, pancartas, bicicletas, silbatos y tambores; las acciones finalizaron ese día con el disparo de una traca en la plaza.
Más carter@s, menos latigueros; fue uno de los eslóganes que se propagó en la barcelonesa Plaça Correus; los activistas informaron de las ciudades en que estaban sucediendo ese día las concentraciones: A Coruña, Almería, Castellón, Cádiz, Córdoba, Girona, Granada, Huesca, Iruña, León, Logroño, Madrid, Málaga, Oviedo, Pontevedra, Sevilla, Tarragona, Toledo, Valencia, Valladolid y Zaragoza.
“La oportunidad es única, porque para ello está la negociación colectiva; que no nos engañen; no esperaban que una organización con recursos limitados se movilizara –de modo contundente- en todo el estado; quieren tutelarnos, como si no fuéramos capaces de interpretar el Acuerdo ”, afirmó, micrófono en mano, una de las portavoces en la plaza.
Con motivo de la huelga del 26 de febrero en la Comunidad de Madrid, y la concentración en la calle Conde de Peñalver, la firma “supondría el mayor retroceso laboral vivido en este siglo; no queremos trabajar en las condiciones precarias del sector privado”, subrayó la CGT; en la acción participaron plantillas completas de los diversos centros de la capital española.
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