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La CIA los usó y luego los eliminó IV: David Ferrie

Fuentes: Rebelión

De acuerdo con la autopsia realizada a David W. Ferrie, identificada por el No. W67-2-255 y realizada por Ronald A. Gales, MD, patólogo, en presencia de Nicholas J. Chetta, MD, se determinó que el occiso falleció el 22 de febrero de 1967, a la una de la tarde, como resultado de una hemorragia cerebral masiva […]

De acuerdo con la autopsia realizada a David W. Ferrie, identificada por el No. W67-2-255 y realizada por Ronald A. Gales, MD, patólogo, en presencia de Nicholas J. Chetta, MD, se determinó que el occiso falleció el 22 de febrero de 1967, a la una de la tarde, como resultado de una hemorragia cerebral masiva debido a un fallo arterial. Los diagnósticos finales dictaminaron 1. La rotura de aneurisma sacular de polígono de Willis con gran hematoma subdural izquierdo, hemorragia subaracnoidea, hemorragia pontina y secundaria. 2. La enfermedad cardiovascular hipertensiva y 3. Edema pulmonar y congestión. El examen externo determinó que Ferrie era un hombre blanco bien desarrollado, con 5 pies 9 pulgadas de estatura y un peso de 182 libras y media. No se determinaron signos externos de violencia en el cuerpo. Asimismo se determinó que no había evidencias de traumatismo y contusiones en parte del cuerpo del occiso, que fue marcado con etiqueta de identificación NOPD # 1440.

De acuerdo con la autopsia, pues, Ferrie murió aparentemente de muerte natural, pero existieron sospechas de que este examen fue falseado y que el mismo fue asesinado por sus empleadores de la CIA, quienes trataron de cubrir su crimen. Muchas evidencias existen al respecto, sobre todo cuando la muerte de Ferrie ocurre en un momento en que estaban desapareciendo varios de los sospechosos de estar implicados en el asesinato de Kennedy. EL PASADO OSCURO DE FERRIE Y SUS VÍNCULOS CON LA CONSPIRACIÓN El fiscal Jim Garrison, aunque carente de sólidas evidencias sobre su participación en la conspiración, siempre sospechó de Dave Ferrie y de participación en el asesinato del mandatario norteamericano. El periodista del Saturday Evening Post, James Phelan, visitó Nueva Orleans invitado por Garrison y su caracterización de Ferrie fue la siguiente: «Ferrie había sido un maestro, un candidato fracasado para el sacerdocio, un piloto que había sido dado de alta por las líneas aéreas por su homosexualidad, un supuesto psicólogo e hipnotizador aficionado pero, sobre todo, un implicado en la guerra de la CIA y de los anticastristas contra la Revolución Cubana».

Ferrie a la izquierda y Lee Harvey Oswald

Capturado por órdenes del fiscal Jim Garrison, éste se escudó en varias declaraciones que ofreció al FBI, en las que declara su inocencia en el caso. Sin embargo, Garrison mantuvo sus aprensiones sobre él. Varios hechos lo implicaban directamente con la conspiración, sobre todo el haber mantenido contactos con el presunto asesino Lee Harvey Oswald mientras ambos estaban en la Patrulla Aérea Civil en 1955, así como con otros sospechosos de estar involucrados en la conspiración. Ferrie lo negó todo, incluso haber conocido a Oswald, cuando esto era incierto. Lo llamativo del caso es que, cuatro días después de haber hecho esta declaración, David Ferrie fue encontrado muerto en su apartamento, sucio y desordenado, con dirección en 3330 Parkway Luisiana Avenue. Otro elemento inculpatorio para Ferrie, según Garrison, fue un viaje en coche a Houston que Ferrie hizo con dos amigos, Martens Layton y Alvin Beauboeuf, apenas doce horas después del asesinato. El fiscal estudió minuciosamente los registros telefónicos de Ferrie, sus paradas en la ruta a lo largo del camino, así como otras evidencias, entre ellas altas sumas de dinero por parte del mafioso neoyorquino Carlos Marcello. Tanto Martens como Alvin Beauboeuf, fueron sometidos al detector de mentiras en 1967, luego de la muerte de Ferrie. Un elemento de interés fue la actividad inculpatoria contra Ferrie por parte de Jack Martin, cuyo nombre real era Edward Stewart Suggs, un controvertido individuo de escasa credibilidad, con una personalidad sociopática y con un amplio prontuario criminal, según el FBI y la Policía. Suggs o Martín había sido paciente en un hospital siquiátrico entre 1956 y 1957 en el Mercy Hospital. Dijo haber trabajado para la CIA, pero el FBI no le creyó. Sin embargo, los sargentos Regis L. Kennedy y Claude L. Schlager, miembros de Buró, entrevistaron a Martin/Suggs el 25 de noviembre de 1963, confirmando el mismo la relación entre Ferrie y Oswald. A la par, ratificó que Ferrie enseñó a Oswald a disparar. En la entrevista Martin aseguró que Ferrie había dejado la ciudad de Texas el viernes 22 de noviembre de 1963, por la noche.

En otra entrevista realizada por el FBI a Jack S. Martin, a los dos días siguientes de la primera, por parte de Regis Shearer Jr. y L. Kennedy, en Nueva Orleans, Luisiana, Martin negó haber escuchado amenazas de Ferrie contra el presidente Kennedy. Sin embargo, lo acusó de desear la muerte de un sheriff adjunto en Jefferson. Lo cierto es que muchos conocieron la animadversión de Ferrie hacia Kennedy por no haber apoyado militarmente a los invasores de Playa Girón y compartía este sentimiento con los terroristas asentados en Miami. La otra dosis de inculpamiento la pusieron Garrison, Perry Raymond Russo y G. Robert Blakey, quienes buscaron en él una cabeza de turco para alejar a los investigadores de los verdaderos culpables. Lo curiosos también en la conspiración contra Kennedy fue que una gran mayoría de los implicados eran homosexuales declarados como el propio David Ferrie, Jack Ruby, Clay Shaw, Lee Oswald Harvey, JD Tippit, George de Mohrenschildt, Edwin Walker, Herbert Hoover, Clyde Tolson, Louis Bloomfield, James Jesus Angleton, el cardenal Spellman, entre otros implicados. También lo hicieron sospechoso sus vínculos con Lee Harvey Oswald, como ya señalamos, y con agentes de la CIA como Barry Seal y Clay Shaw, todos relacionados de alguna forma al magnicidio de Kennedy y también involucrados en la Operación 40 de la CIA. También Ferrie fue visto con Jack Ruby antes del asesinato de Kennedy en Dallas.

Ficha criminal de Ferrie

UNA BREVE HISTORIA DE UN MIEMBROS DE LA CIA David William Ferrie nació el 28 marzo 1918, en Cleveland, Ohio, convirtiéndose con el tiempo en piloto contratado por la CIA para realizar acciones terroristas contra Cuba, así como actividades de narcotráfico y trasiego de armas. En septiembre de 1960, fundó el Escuadrón de Cadetes Metairie Falcon, vinculándose a grupos terroristas anticubanos. En este tiempo se relacionó con Guy Bannister, Carlos Bringuier, el Dr. Alton Ochsner y el Dr. Mary Sherman, para realizar planes de atentado contra Fidel Castro, bajo el auspicio de la CIA. Antes trabajó como instructor de vuelo de la Patrulla Aérea Civil en Luisiana, donde conoció a Lee Harvey Oswald. Algunos elementos sobre sus actividades los ofreció Ferrie en una entrevista que sostuvo con el FBI el 25 de noviembre de 1963, la cual es identificada como W.C.D. 75 y fue realizada por Ernest Wall y L. M. Shearer, en Nueva Orleans. En la misma, Ferrie señaló que nunca ha sido dueño de una mira telescópica o un rifle equipado con un telescopio, así como que nunca usó este tipo de arma. En la misma negó conocer a Lee Harvey Oswald.

Ferrie reconoció sus vínculos con el grupo terrorista Frente Revolucionario Cubano en Nueva Orleans, entre noviembre de 1960 y agosto de 1961, visitando con cierta frecuencia a su jefe Sergio Arcacha en sus oficinas en el edificio de Balter, en la calle Campamento 544. Ferrie usó su pasaporte número B085860, emitido 18 de septiembre 1961, para viajar frecuentemente a Guatemala, dedicándose a entrenar a fuerzas irregulares, bajo mandato de la CIA, para realizar actividades contra Cuba. También realizó misiones para la CIA en Nicaragua y en Cayo Swan. Fue entrenador de los pilotos mercenarios de la brigada 2506. Mantuvo estrechas relaciones con el oficial CIA Clay Bertrand, a cargo de la operación Mongoose en Nueva Orleans. La CIA cubrió sus huellas tras la sospechosa muerte de David Ferrie, quien dejó dos notas de suicidio sin firmar y una autopsia falseada. Obstaculizó de esta forma la investigación de Garrison, ocultando su papel en el asesinato de Kennedy. Otra vez la CIA se anotó un punto victorioso para escamotear la verdad.