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Lucidez frente al asedio reaccionario

La coalición reaccionaria en pleno proceso golpista

Aznar Felipe González 2025
Fuentes: Mundo Obrero [Imagen: Aznar y Felipe González saludándose afectuosamente en el Casino de Madrid en el acto de entrega de las medallas de Honor CEAPI el 20 de mayo de 2025. Créditos: Rodrigo Jiménez/EFE]

En este artículo el autor hace un análisis de la situación concreta de asedio neofascista y propone como estrategias para superarlo la firmeza en los principios y la defensa de un proyecto común de izquierdas, ya que en el escenario actual ‘dividirnos es perder’.


El panorama político español vive un momento crítico. Mientras una coalición reaccionaria —tejida entre la derecha extrema, la ultraderecha y sectores del establishment económico-judicial— despliega una estrategia de asedio permanente contra el Gobierno legítimo, una parte de la izquierda se consume en una peligrosa danza de autodestrucción. No es casualidad: es la trampa perfecta diseñada por quienes jamás aceptaron un proyecto progresista al mando de España.

La Coalición Reaccionaria: golpe blando en acción

Esta alianza —encarnada por Ayuso, Abascal, Aznar, Feijóo, Page, Felipe González y otros exponentes de la derecha— no cuestiona al Gobierno por sus errores, sino por su mera existencia. Para ellos, la democracia es patrimonial: el poder solo es legítimo cuando sirve a sus intereses de clase y a los poderes fácticos que han dominado España durante décadas. Los casos Bárcenas, Bankia, Baltar o Andratx prueban que ellos no solo conviven con la corrupción, sino que nadan en ella. Lo que no toleran es un Gobierno que:

• Amplíe derechos laborales.
• Cuestione privilegios históricos.
• Impulse políticas feministas y ecologistas.

Su poder es estructural y multifacético:

  1. Poder económico
    Grandes fortunas, patronales agresivas (CEOE), fondos opacos y lobbies que financian campañas de desestabilización.
  2. Poder mediático
    Medios hegemónicos convertidos en fábricas de fake news, intoxicación constante y criminalización sistemática del progresismo.
  3. Poder judicial
    Sectores politizados que actúan como brazo ejecutor mediante lawfare (guerra jurídica): imputaciones espurias, bloqueos institucionales y procesos interminables, siguiendo la directriz de Aznar: “el que pueda, que haga”.
  4. Poder callejero
    La extrema derecha movilizada, uniformada y violenta, generando tensión y amenazas cuando el voto no les basta.

Frente a esta maquinaria de “golpe blando” (asedio mediático-judicial, desgaste institucional, polarización social), la respuesta no debe limitarse a la crítica: exige cohesión táctica del campo progresista.

La trampa autodestructiva: el “trumpismo de izquierdas”

Aquí reside la tragedia. Mientras la reacción coordina su artillería, sectores de la izquierda, movidos por un purismo autodestructivo y una miopía táctica, centran sus energías en una guerra fratricida. Este “trumpismo de izquierdas” prioriza:

• Lupa implacable sobre los errores propios, convirtiendo cada traspié en escarnio público.
• Culto a la diferencia, elevando matices ideológicos a trincheras infranqueables.
 Intoxicación interna, replicando marcos y acusaciones de la derecha mediática, regalándoles munición.
• Desprecio por la unidad táctica, confundiendo autocrítica con deslegitimación total del Gobierno.

Cada titular de “crisis en la izquierda” y cada debate agrio entre socios es un regalo envenenado para Ayuso, Abascal o Feijóo. Les permite presentar al Gobierno como ingobernable e ilegítimo, el relato que necesitan para justificar su asedio.

Unidad crítica, no complacencia: el camino a seguir

Priorizar el enemigo común
Reconocer que, pese a nuestras diferencias, el proyecto reaccionario —con su agenda de recortes, retrocesos en derechos y alianza con la ultraderecha— amenaza los avances democráticos y sociales.

Canales internos de crítica
Discutir discrepancias en espacios propios (partidos, movimientos, órganos de coalición) con lealtad, buscando síntesis en lugar de escándalos públicos.

Narrativa común frente al lawfare y al acoso mediático
Denunciar de manera coordinada la instrumentalización judicial y mediática, sin caer en la victimización paralizante, pero exponiendo el juego sucio.

Focalizar la energía en lo positivo
Defender y profundizar las políticas transformadoras que mejoran vidas —legislación laboral, feminista, verde y social, y rechazo a todo tipo de espiral belicista o militarista—, que son, o deben ser, la razón de ser del Gobierno y su mejor argumento ante la ciudadanía.

No entremos en su juego

La coalición reaccionaria ha declarado una guerra sin cuartel. Su objetivo no es mejorar España, sino recuperar el cortijo. Caer en la trampa de la autodestrucción interna, fijándonos obsesivamente en nuestras heridas mientras el enemigo avanza, sería un lujo suicida. Exigir responsabilidad ante la corrupción es justo y necesario, pero hacerlo como ariete del relato destituyente de la derecha es hacerle el trabajo sucio.

El momento exige unidad crítica: firmeza en los principios, lealtad táctica y profundización del proyecto común, combate frontal contra la corrupción desde la ética progresista —no desde la hipocresía reaccionaria— y una inteligencia colectiva que entienda que, en este escenario de asedio, dividirnos es perder.

…resumimos este método democrático de resolver las contradicciones en el seno del pueblo en la fórmula ‘unidad–crítica–unidad’. Esto, expresado en forma más detallada, significa partir del deseo de unidad, resolver las contradicciones mediante la crítica o lucha y conseguir una nueva unidad sobre una nueva base (…) este es el método correcto para resolver las contradicciones en el seno del pueblo”.
Mao Tsetung

Manu Pineda es responsable de Relaciones Internacionales del PCE.

Fuente: https://mundoobrero.es/2025/07/05/la-coalicion-reaccionaria-en-pleno-proceso-golpista-lucidez-frente-al-asedio-reaccionario/