Recomiendo:
0

La comunidad palestina beduina se enfrenta a la expulsión por parte de Israel

Fuentes: Middle East Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Después de vivir varias décadas bajo la ocupación israelí, los beduinos palestinos se enfrentan ahora a un plan israelí de desplazarlos forzosamente a zonas urbanas, lo cual no es acorde con su estilo de vida nómada, como ellos afirman.

Abu Raed, un líder de una comunidad beduina palestina cerca de Jerusalén, de 66 años de edad, calificó el plan israelí de «la peor amenaza a la que nos hayamos enfrentado nunca».

El gobierno israelí ha calificado la zona en la que él y su familia viven como «E1», uno de los planes de expansión de colonias de Israel aprobado por las autoridades israelíes en 1999 pero que se aplazó a causa de la presión internacional.

Si se llega a realizar el plan E1, cuyo objetivo es construir nuevas colonias judías en un área de 12.000 dunams de extensión, las colonias de Ma’ale Adumim, Mishor Adumim y Kfar Adumim situadas en la ocupada Cisjordania quedarían unidas a Jerusalén Oriental. Un dunam de tierra equivale aproximadamente a 1.000 metros cuadrados.

Para llevar a cabo este plan las autoridades israelíes trasladarán a la familia de Raed y a otras muchas comunidades beduinas al valle del Jordán cerca de Jericó.

«Hemos oído que los israelíes van a traer a estas tierras a miles de personas de fuera, lo que para nosotros significaría el desplazamiento forzado. Se juntarán todas las colonias judías de los alrededores y quedarán unidas a Jerusalén», declaró Abu Raed a Anadolu Agency.

Afirmó que el traslado a un núcleo urbano acabará con su forma tradicional de vida, de la que llevan disfrutando desde hace siglos. «Nuestra vida depende del ganado, no podemos vivir en la ciudad. Eso va en contra de nuestro estilo de vida. No podemos alimentar y dar de beber a nuestro ganado en una ciudad», se lamentó.

Añadió que los beduinos palestinos también temen perder el privilegio de mantener al menos 200 metros entre sus casas, tal como estipulan sus tradiciones, una costumbre que sería imposible de mantener en una ciudad. «Las mujeres beduinas no se relacionan con personas extrañas, pero en una ciudad poblada ya no podrán mantener esta tradición», afirmó. «El estilo de vida de la ciudad es completamente contrario al nuestro. Somos pastores, lo único que sabemos es criar animales. En la ciudad seremos como animales», añadió.

Afirmó que no rechazan la modernidad. Simplemente quieren convertirse en una sociedad moderna, pero en las montañas en vez de en la ciudad.

Tras pedir a los países europeos que les ayuden a luchar en contra del plan de expansión de las colonias, Abu Raed expresó su temor de que no quede ningún pueblo palestino en la zona si Israel les obliga a abandonar ese territorio. «Es imposible traer la paz con este tipo de plan de expulsión», argumentó.

El mes pasado el diario israelí Haaretz informaba de que la Unión Europea (UE) trataba de persuadir a Israel de que no diera una serie de pasos en la ocupada Cisjordania que la UE consideraba «líneas rojas». Entre esos pasos se incluye la construcción de colonias en la zona E1. Según este diario, la UE cree que el hecho de Israel cruce cualquiera de estas «líneas rojas» minaría la posibilidad de un futuro Estado palestino al lado de Israel, un riesgo que provocaría más sanciones europeas a Israel.

Los orígenes del conflicto israelo-palestino se remontan a 1917, cuando en la ahora tristemente célebre Declaración Balfour el gobierno británico pidió «el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío».

La inmigración judía aumentó considerablemente bajo la administración británica de Palestina, administración consolidada por el «Mandato» que otorgó la Liga de las Naciones a Gran Bretaña en 1922. Con el final del Mandato en 1948 se declaró un nuevo Estado (Israel) dentro de la Palestina histórica.

A consecuencia de ello 700.000 palestinos huyeron de sus hogares o fueron expulsados por la fuerza a medida que las fuerzas invasoras judías arrasaban hasta los cimientos cientos de ciudades y pueblos palestinos.

Israel siguió adelante y ocupó Jerusalén Oriental y Cisjordania durante la Guerra de Oriente Medio de 1967. Posteriormente se anexionó la ciudad santa en 1980 y la declaró capital del autoproclamado Estado judío, una medida que la comunidad internacional nunca ha reconocido.

Los palestinos, por su parte, siguen exigiendo el establecimiento de un Estado independiente en la Franja de Gaza y Cisjordania, con Jerusalén Oriental (actualmente ocupada por Israel) como su capital.

    1. Un historia de desplazamiento

Mohamed al-Korshan, presidente de la ONG Comité Cooperativo Beduino de Jerusalén, afirma que los refugiados que viven en Khan al-Ahmar se habían refugiado en esta zona al convertirse en refugiados con la creación del Estado de Israel en 1948. Según Mohamed al-Korshan, los beduinos que perdieron sus tierras la creación del Estado de Israel se habían asentado en la zona Khan al-Ahmar ya que se habían negado a trasladarse a campos de refugiados por dos razones principales: «En primer lugar, creíamos que muy pronto volveríamos a nuestras tierras. Y la segunda razón fue mantener nuestro estilo de vida tradicional. Actualmente vivimos cerca de Jerusalén. No queremos alejarnos de la ciudad santa debido a su importancia religiosa y comercial», afirmó. «La construcción del muro de separación de Israel ya nos ha aislado de Jerusalén», se lamentó al-Korshan.

Este muro de separación se extiende serpenteando por toda Cisjordania y aísla amplias franjas de territorio palestino. Según el gobierno palestino con sede en Ramala, divide a unos 50.000 residentes palestinos en Jerusalén del centro de la ciudad.

Jerusalén es una ciudad santa tanto para los musulmanes como para los judíos y alberga la mezquita de Al-Aqsa, que para los musulmanes es el tercer santo lugar del mundo.

Los judíos, por su parte, denominan a la zona «Monte del templo» y afirman que ahí estaban emplazados dos templos judíos de la Antiguedad.

El derecho internacional considera Cisjordania y Jerusalén Oriental territorio ocupado, y considera ilegales todas las colonias judías construidas en esta zona.

El mes pasado el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ordenó la construcción de otras 1.060 viviendas para judíos en Jerusalén Oriental, lo que provocó la condena palestina, árabe e internacional.

Los palestinos han acusado a Israel de emprender una campaña agresiva de judaización de la ciudad histórica con el objetivo de borrar de ella toda identidad árabe e islámica, y, en última instancia, de expulsar a todos sus habitantes palestinos.

    1. Lucha legal

Al-Korshan afirmó que después de la guerra de 1967 se restringió el acceso de las comunidades beduinas a los recursos naturales, como el agua fresca y los pastos naturales para su ganado. «Ahora los recursos naturales van fundamentalmente a los colonos que viven a nuestro alrededor», afirmó. «Los israelíes consideraban la zona en la que vivimos «una tierra vacía», como si nunca hubiéramos existido».

Para evitar la expulsión forzada, el Comité Cooperativo Beduino de Jerusalén se prepara para luchar contra el plan en los tribunales. «Israel está haciendo planes sin consultarnos. Ahora estamos coordinados con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) y con la Autoridad Palestina», señaló.

Según la legislación israelí, cualquier plan de traslado de población se debe publicar en dos periódicos en hebreo y en uno en inglés, para que 60 días antes de ser implementado se pueda discutir. Sin embargo, al-Korshan afirmó que Israel solo había compartido el plan E1 con los colonos judíos, por lo que había violado su propia ley. «Nuestro abogados israelíes afirman que el plan de Israel para nosotros no es transparente y que se preparó a puerta cerrada», indicó.

No obstante, por si se produjera lo peor el Comité está elaborando un plan destinado a permitir reubicar a las comunidades de manera que conserven su estilo tradicional de vida, aunque tengan que trasladarse a otra zona. «Estamos preparando un plan alternativo, aunque todavía no se lo hemos presentado a las autoridades israelíes», afirmó.

El pasado mes de agosto las autoridades israelíes publicaron seis planes municipales según los cuales 7.000 beduinos serían reubicados en otros municipios. Uno de ellos es Al-Nuway’imah, una comunidad palestina beduina situada a las afueras de Jericó en Cisjordania y rodeada por colonias judías y bases militares israelíes.

Abu Faisla, un líder beduino de Al-Nuway’imah, teme que si se reubica ahí a comunidades beduinas de Khan al-Ahmar haya hostilidades entre los residentes locales y los recién llegados. «Vivimos en muy poco territorio. Si las comunidades beduinas de Khan al-Ahmar se trasladan aquí habrá superpoblación», indicó. «Cada comunidad beduina tiene sus propias tradiciones. Si se nos mezcla como en una gran ciudad puede empezar una lucha entre nosotros», advirtió.

Abu Faisla cree que lo que busca Israel con este plan es enfrentar a unas comunidades beduinas con otras para lograr sus propósitos.

«Si Israel sigue adelante con el plan E1, no podremos seguir viviendo como hemos vivido durante siglos», afirmó.

Fuente: https://www.middleeastmonitor.com/news/middle-east/15420-palestinian-bedouin-community-battles-eviction-by-israel