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La conferencia de Las Américas

Fuentes: Rebelión

Patrocinada por el Banco Mundial y el Miami Herald, acaba de concluir en Miami, sin penas ni glorias, la décimo cuarta edición de la llamada Conferencia de las Américas, pomposo nombre para tan insignificante reunión. Allí, al hotel miamense donde se llevó a cabo la conferencia, acudieron la crema y nata del neoliberalismo latinoamericano. Fueron […]

Patrocinada por el Banco Mundial y el Miami Herald, acaba de concluir en Miami, sin penas ni glorias, la décimo cuarta edición de la llamada Conferencia de las Américas, pomposo nombre para tan insignificante reunión. Allí, al hotel miamense donde se llevó a cabo la conferencia, acudieron la crema y nata del neoliberalismo latinoamericano. Fueron a echar discursos interminables para hablar de las bondades del sistema neoliberal, del pluripartidismo fracasado, de la magnífica eficacia del libre mercado y de la grandeza de la democracia representativa, ésa que sólo representa los grandes intereses de los oligarcas regionales, etc., etc.

«Las Américas, una nueva era de transición e innovación», fue el nombre escogido para esta ocasión. ¿Transición hacia dónde? ¿Innovación de qué? Estoy seguro que, si le hubieran preguntado a cada uno de los participantes en el cónclave, ninguno hubiera podido explicar qué diablos significa eso de transición e innovación. En la América actual, cada uno de los países ha escogido su camino propio y algunos no saben ni adónde los conduce.

En el marco de la reunión, Estados Unidos, en la voz del secretario adjunto para América Latina, Arturo Valenzuela, dijo «que los países de América Latina enfrentan el reto de promover una política social y económica que reduzca los niveles de pobreza en la región». Con esa declaración, Valenzuela acabó de inventar el agua tibia. Después de no solamente aconsejar, sino exigir a los países del área que implanten el sistema neoliberal, ese que ha empobrecido cada vez más a los pueblos latinoamericanos, ahora, el Subsecretario de Estado dice que hay que promover políticas sociales y económicas para eliminar la pobreza. Es decir, ¿hay que implantar un sistema que conduce al enriquecimiento de unos cuantos y la pobreza de la mayoría de la población y a la misma vez implantar políticas sociales y económicas que eliminen la miseria? Eso es como decir que hay que secar el río y que, a la vez, hay que construir una represa.

¿Los banqueros que han saqueado a sus países con sus préstamos usureros, buscando fórmulas para eliminar el saqueo? ¿Los políticos ladrones que han vaciado los erarios públicos, abriendo caminos que eliminen la corrupción? ¿Los grandes consorcios que dominan los medios masivos de comunicación que publican solamente lo que favorece a sus intereses, diciendo que hay buscar vías que eliminen las injusticias ?

El presidente del Miami Herald afirmó que se sentía satisfecho por los resultados de la Conferencia en la que participaron alrededor de 500 personas y declaró que «Las conclusiones a las que se llegó durante las ponencias que se presentaron durante el evento abren nuevos debates y esperanzas para América Latina». Esas declaraciones del presidente del Herald mueven a risa. El sabe, perfectamente, que allí sólo se hablaron sandeces, con palabras huecas que no conducen a nada.

Algunas de las conclusiones de la reunión fueron, como la del famoso Negroponte, diciendo que el partido de gobierno de México tendrá problemas «debido a desaceleración económica y al clima de inseguridad que vive el país»; o como la del ex presidente del Perú, Alejandro Toledo, afirmando que posiblemente vuelva a aspirar a la presidencia de su país. ¿Para qué quiere Toledo volver a ser presidente, para robarse lo que dejó de robar la vez anterior? El periodista argentino Andrés Oppenheimer, el mismo que dio por terminada la revolución cubana hace 20 años en un libro que tituló «Los últimos días de Castro», fue el que moderó varios de los paneles del evento.

Lo mejor quedó para lo último, ya que, para que diera la conferencia de clausura, fue invitado el conocido novelista de origen cubano, Carlos Alberto Montaner, el cual dio rienda suelta a su imaginación para analizar las reformas económicas que el gobierno revolucionario está llevando a cabo en Cuba . Carlos Alberto, a quien le gustan las palabritas rebuscadas, como golpe de estado palaciego, la nomenclatura, etc., etc., y que de vez en cuando le gusta hablar de sus contactos secretos en la isla que le informan sobre lo que sucede en las altas esferas del gobierno cubano, hace poco le dio pocos días de vida al líder cubano, Fidel Castro, el cual, según Montaner, padecía de un cáncer terminal. Ahora, en esta ocasión, habló de las diferencias que existen entre raulistas y fidelistas en las esferas del gobierno cubano demostrando así su ignorancia sobre la realidad cubana, al ignorar el hecho fundamental de que el más fidelista que existe en Cuba se llama Raúl Castro y el más raulista, Fidel Castro. Todo lo contrario es una bobería, cuentos de caminos.

Así es que, con los cuentos de Carlos Alberto Montaner, se cerró con broche de oro la edición número catorce de la Conferencia de las Américas y parodiando al poeta cubano, José Angel Buesa, podríamos decirle «Pasarás por Miami sin saber que pasaste…»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.