Recomiendo:
3

La deportación de palestinas y palestinos a tierras kémitas

Fuentes: Rebelión

Una prueba más de la siniestra estrategia colonialista de limpieza étnica del estado Sionista israelí contra el pueblo palestino

Justo al inicio de este año salió en unos medios africanos la noticia de negociaciones, emprendidas por mandatarios “israelíes”, con gobiernos de África central y del Este para la “acogida” de palestin@s en sus países.

Un choque emocional, algo inimaginable: ¿Cómo un gobierno de este mundo puede llegar a proyectar la deportación de un pueblo?, ¿Cómo es factible que se negocie tal estrategia de exterminio? ¿Una reminiscencia de 1492 o del esclavismo?… Una vez más el desenlace de la actualidad nos reenvía ante el espejo de nuestra civilización con sus profundas raíces patriarcales supremacistas, con un enorme poder de continuas violencias de todos los “ismos” opresores, para imponerse como una potencia hegemónica de la historia.

No hubo tiempo de contrastar la información porque que al día siguiente salió un desmentido en la prensa local, del presidente Denis Sassou-Guesso  del Congo Brazzaville; si bien, a los pocos días, la existencia de dichas negociaciones se confirmó con detalles en un periódico galo y otro israelí. Queda claro que no hay ningún fake news. De hecho, al final de diciembre, esta noticia había salido en un medio de Tel Aviv, pero parece que por consenso político mediático contrario a su difusión se quedó en la sombra. Así, nos encaminamos en la labor de recuperación de hilos de una angustiosa trama de limpieza étnica en tierra palestina.  

En las redes sociales africanas comunicadores de opiniones, no tanto por preocupación hacia el pueblo palestino sino más bien por lo que a diario viven en sus propias tierras, vieron en estas negociaciones una estrategia más bien de desestabilización de África, todo esto dicho con ciertas reseñas de creencia insolidaria en el discurso arabo fóbico-islamofóbico que señala a cada árabe musulmán como potencial “terrorista”. De las voces de resistencia panafricanista retumbó la indignación. Así mismo desde su canal en YouTube, el líder y filosofo Franklin Nyamsi wa Kameroun, nos reenvía directamente ante “nuestro espejo” al divisar en estas negociaciones una clara “Trata de seres humanos” por parte de Israel que para desarraigar al pueblo palestino de su tierra, ofrece cuantiosas “compensaciones” a los gobiernos que aceptan la deportación, y para l@s deportados previenen algo de retribución económica por “consentir su migración” así como alojamientos con la financiación de nuevas urbanizaciones.

Franklin Nyamsi enseña el artículo del 24new del 5 enero 2024 sobre plan Deportación de la población gazati a África. En la foto Paul Kagame (Ruanda) con Netanyahu en Israel.

De hecho, no hay nada que pueda sorprendernos con el gobierno actual israelí. No representa ninguna excepción de la política sionista en general. Todo es cuestión de densidad y de ritmo de los pasos que se van dando, según las percepciones de cada corriente política en cada circunstancia y periodo. Y, según de quien sean los pasos: de la social democracia laica, de las diversas ramas de religiosos, o de la extrema derecha inspirada por el fascismo en auge en los años 20 (el padre de B. Netanyahu y Zeev Jabotinsky, el fundador de la milicia armada Irgún, son ejemplos conocidos de ello), todos andan hacia el objetivo fundacional del propio sionismo,  apropiarse de la tierra Palestina. Un sionismo que germinó brotó y se enraizó en los surcos del monocultivo tóxico de las conquistas mesiánicas y del colonialismo, enemigos de los ecosistemas, de las autodeterminaciones

Por ello, a día de hoy, ha transcurrido más de un siglo sin que algún paso sionista deje alguna huella de apertura al reconocimiento del derecho de Estado y de autodeterminación para el pueblo palestino, y por lo tanto ni de la resolución 181 de la ONU sobre el reparto (XI. 1947).

Netanyahu, convencido de ser el único dueño de la situación, respaldado por los EE.UU. y sus acólitos OTANISTAS, demuestra su determinación en “pisar fuerte” el acelerador de su política de Tierra quemada, la que pretendía aplicar, pero no resultó, en verano 2014 con la criminal ofensiva “Margen Protector” contra la población gazatí. A este efecto, Netanyahu   con el pretexto de “acabar con Hamas”, inició esta guerra de invasión en Gaza (la octava desde 2007, año en que convirtieron Gaza en una cárcel a cielo abierto), casi al mismo tiempo que anunció su propósito de evacuar la población gazatí a Egipto, en el desierto de la Península del Sinaí. Planeaba incluso la edificación de un conjunto urbano, pero chocó con la negativa del gobierno de Abdelfatah El-Sisi, sin duda temeroso a que su propia población, en simbiosis con la resistencia palestina, se volviera en su contra, y sin duda por prevenirse no sólo de otra ocupación sionista del Sinaí tal como ocurrió de 1967 a 1987 sino también de que el Sinaí se convierta en una base de resistencia palestina como le sucedió al Líbano con la Nakba en 1947.

Netanyahu reconoce sus dificultades para encontrar países dispuestos a “acoger” a palestin@s, “pero estamos en ello” afirmará públicamente. Va a tratar con países europeos, exponiéndoles ante una flagrante paradoja de cara a sus políticas migratorias racistas. Un callejón con poca salida, pero algo es algo, no pasa nada, ya que tiene un plan B. Está en marcha gracias a sus expertos del Mossad concertando “soluciones” con los presidentes Felix Tsisekedi de la RDC, Mohamed Kaka Deby Itno del Chad y Paul Kagame de Ruanda todos vasallos del neocolonialismo y que forman parte de aquellos gobiernos que aceptaron de trasladar sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén, rompiendo con los acuerdos de la ONU, a cambio de importantes retribuciones y contratos de exportaciones y cooperaciones. Son operaciones que suelen empezar con la agricultura y seguir intensamente con la “seguridad” y venta de armas, además de la exigencia de fidelidad de voto en la ONU a favor de Israel y sus aliados en las instancias Internacionales, incluso en la Unión Africana.

No hay duda que la apuesta que hizo Israel, apenas que tuvo el “reconocimiento de la ONU” como Estado, por volcarse en una política neocolonialista sobre todo activa en tierras kemitas (África), le ha ayudado a consolidar su plan de colonización de Palestina. Una trama fundamental que curiosamente es muy ignorada, y de la cual intentaremos sacar hilos en próximos apuntes.

El empeño de Netanyahu en encontrar lugares de deportación es sospechoso de una voluntad de preparar una puesta en escena del final de la guerra. Podría consistir en una tentativa de blanquear su objetivo genocida, con una masiva deportación encubierta como migración voluntaria o algo semejante de desplazamiento forzoso para quedarse con Gaza. Esto explica lo inexplicable, la densificación al máximo del terror en toda la Palestina reconocida por la ONU, con la masificación de saqueos, detenciones, torturas y desapariciones, con la privación absoluta de necesidades vitales y a su vez,  las estremecedoras tácticas sistémicas etnocidas, feminicidas e infanticidas con el claro hito de traumatizar y  mutilar las capacidades de regeneración (en todos los sentidos), de la población palestina como si así pudiera garantizarse un no retorno de palestin@s. Una guerra genocida. Un holocausto. Un holocausto más en un sin fin de holocaustos desde el esclavismo al colonialismo… Y, todo parece que Netanyahu esta seguro de tener muy pronto las condiciones de poder quizá brindar a l@s supervivientes acorralados, la “oportunidad de migrar”, y avisarles que si no la escogen “sabrán lo que les esperan”. “Serán ellos los responsables de su destino”.

Netanyahu es El Likud (La Consolidación), no es cualquier  partido, sus principios fundacionales (1972) se articulan en torno a un pregón claro en cuanto al objetivo central: “Desde el rio al mar todo este controlado por Israel”. Una proclama que fue retirada de las actas, por exigencia gubernamental israelí de entonces, para evitar que alerte y avive más a la resistencia palestina. Esta resistencia desafiante que vuelve a nacer en cada generación, esta resistencia inmortal es la que le provoca a él, arquetipo de la virilidad soberbia del sionismo (y a la gran mayoría de la población “israelí”), un peligroso y criminal odio y repulso capaz de lo peor.

Esta resistencia, es la que desde la colonización Británica y la continua implantación de migrantes judíos (las Aliyot) germinó, brotó, creció y se movilizó precisamente con un lema central: “desde el rio hasta el mar Palestina libre será” (from the river to the see, Palestine will be free) rechazando todo reparto de su tierra. Llegó a abrir el periodo mal llamado “la revuelta árabe en Palestina de 1936-1939”, significativo de una intensiva capacidad de resistencia con huelgas generales, boicot, manifestaciones generando una situación insurreccional anticolonialista anticipadora de los movimientos independistas del mundo colonizado. Fue aplastada de tal modo que se puede tratar del primer masacre genocida contra  las mujeres y los hombres de la resistencia palestina. El lema “Del Rio al Mar Palestina Libre será” siguió vivo sólo se apagó una temporada a raíz de los acuerdos de Oslo (a favor de los dos Estados), para renacer fuerte hoy día.

En la Conferencia por la Victoria de Israel 16F 2024 en Jerusalén. En el fondo, un mapa de Gaza con asentamientos para los colonos

Nada parece poder frenar a Netanyahu, ni a él, ni a su consejo de guerra, ni a los centenares de mil colonos convertidos en hordas armadas…  Prosigue con su estrategia apoyándose en una razón de guerra  que afirma y acredita  el supremacismo suyo y del “pueblo israelí”  apelando a las profecías de Isaías ( la Biblia hebraica) de cuya segunda parte del libro las profecías no corresponderían realmente a Isaías según el investigador Youssuf Hindi, pero es la parte que les interesa ya que el pueblo hebreo, (del cual ni él ni el 80% de l@s judíos israelíes tienen orígenes), resulta ser el pueblo elegido y dotado de luces para vencer las tinieblas del mundo, es decir, las demás naciones. Así atareado con “la redención de su pueblo” Netanyahu deja a sus primos del partido “Poder Judío”, el cargo de preparar el clima para la “post guerra”, un clima que motiva la aceptación de la guerra para l@s inseguros. De esta manera tenemos a Itmar Ben Gvir ministro de la seguridad que no para de llamar a “la vuelta de los judíos a Gaza” como condición de Paz y a Bezaled Smotrich ministro de finanza lanzando por todos los medios, retahílas de advertencias que “después de la destrucción de Gaza” no habrá otro camino para la población palestina que no sea la migración. Todo ello con las proclamas del ministro del Patrimonio, Amichai Eliyahu a favor del uso de la bomba atómica para aterrorizar aún más. Por ello se ha montado “la conferencia por la victoria de Israel” haciendo abstracción de todos los conflictos, y fisuras que ellos provocan, y de los movimientos masivos de resistencia del Sur Global con sus diásporas, que ganan terreno contra su propaganda de guerra.

Tanto las declaraciones como los hechos belicistas días y noches, horas tras horas, de Gaza a Cisjordania, de Irak al  Líbano y a Siria y del Yemen a Irán (hoy la potencia determinante en la región) ponen en evidencia que el gobierno ha interiorizado un estado de guerra con varios frentes por considerarse en el momento clave y culminante para abrir los caminos a un Gran Israel con  base “del rio al mar”, para un imperio sionista , del Nilo al Éufrates, soñado desde la megalomanía y deshumanización propias del trastorno cínico y nocivo del supremacismo racista colonialista.

Apuntes de “soplo a soplo” entre enero y febrero 2024

*Mireya Mireio Forel Da S. de Mujeres de Negro contra la guerra. Ishbilya.

Enviado el 4.03.2024

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.