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La destrucción de la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén es el objetivo final de diversos grupos israelíes

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Desde hace más de tres días, los palestinos vienen siendo objeto de brutales agresionesal tratar de detener e impedir con sus propias manos, con palos o con piedras, los repetidos ataques violentos de las fuerzas ocupantes israelíes contra el recinto de la mezquita de al-Aqsa en Jerusalén.

La violencia se genera porque los grupos israelíes empeñados en sustituir la mezquita por un templo judío están imponiendo su presencia de forma cada vez más agresiva.

Docenas de palestinos resultaron heridos por las fuerzas israelíes, que lanzaban hacia los fieles granadas de aturdimiento, gas lacrimógeno y balas de acero recubiertas de caucho, según informó Ma’an News Agency.

El lunes, por la mañana temprano, las fuerzas israelíes expulsaron a los palestinos que se encontraban en Bab al-Silsila, la puerta de entrada al recinto en la ocupada Jerusalén Este, según informó JadiyaJuwais a la agencia local de noticias Q Press.

El video producido por Q Pressmuestra la violencia de los ataques de las fuerzas israelíes contra periodistas y civiles, así como el lanzamiento de granadas de aturdimiento dentro de los edificios de la mezquita.

El miércoles, los enfrentamientos entre los jóvenes palestinos y las fuerzas israelíes se extendían a otras zonas de la Jerusalén ocupada.

Los palestinos están publicando muchas imágenes y videos de esa violencia en las redes sociales.

Planes para un templo judío

La creciente violencia de las incursiones israelíes en uno de los lugares sagrados más respetados por los musulmanes ha acompañado la aparición en estos últimos años de los denominados grupos de » activistas a favor del templo «.

Estas organizaciones tienen como objetivo final, y así lo han declarado claramente, la construcción de un «Tercer Templo» judío que reemplace las estructuras actualmente existentes que componen la mezquita de al-Aqsa.

Un informe de 2013 de la organización israelí de investigación Ir Amim señalaba que «el ayuntamiento de Jerusalén y otros ministerios del gobierno financian y apoyan directamente a diversas organizaciones activistas que tienen como misión la reconstrucción del templo».

El Instituto del Templo, la principal organización extremista de ese tipo, ha elaborado ya planes detallados para el nuevo templo judío.

Un personaje destacado en el movimiento por el templo es YehudaGlick, un colono estadounidense a quien disparó e hirió un pistolero no identificado después de que el pasado octubre pronunciara una conferencia titulada «El pueblo judío regresa al Monte del Templo».

Horas después del incidente, las fuerzas israelíes ejecutaron extraoficialmente a MutazHijazi, un palestino de 32 años, afirmando que había sido el atacante de Glick aunque sin presentar pruebas.

La entrada de extremistas judíos en el recinto de la mezquita el pasado domingo, entre ellos el ministro de agricultura israelí, Uri Ariel, provocó la reciente oleada de violencia.

Destacada figura entre los colonos israelíes, Ariel pedía en 2013 la construcción de un templo judío en el recinto de al-Aqsa, conocido entre los judíos como el «Templo del Monte».

«Hemos construido muchos templos pequeños», dijo Ariel, «pero necesitamos construir un templo de verdad en el Monte del Templo».

Muchos palestinos temen que las incursiones persigan, como paso preliminar, cambiar el statu quo histórico de la mezquita. Las fuerzas ocupantes israelíes ya han cerrado la mezquita a los fieles musulmanes en determinados días sagrados judíos, Israel está celebrando en estos momentos el comienzo del año nuevo judío.

Los últimos ataques se producen también cuando los musulmanes de todo el mundo se preparan para el Haj, la peregrinación anual a la Meca.

Una de las tácticas que Israel viene utilizando con mayor frecuencia para facilitar sus incursiones es emitir órdenes de prohibición contra los voluntarios palestinos conocidos como murabitoun, cuya misión es mantener una presencia constante en el recinto.

El siguiente paso que muchos se temen podría ser una partición física del recinto entre judíos y musulmanes, siguiendo el modelo que Israel impuso en la mezquita de «Abraham» en Hebrón, tras la masacre de 1994 perpetrada por un colono judío nacido en EEUU en la que mató a 29 hombres y muchachos palestinos que oraban durante el Ramadán.

Precedente peligroso

Hay un precedente no muy lejano de la destrucción de un lugar sagrado de un grupo religioso por los seguidores de otro con consecuencias geopolíticas desastrosas.

En 1992, los nacionalistas hindúes en la India destruyeron la mezquita Babri, de 400 años de antigüedad, situada en la ciudad norteña de Ayodhya, alegando que estaba construida sobre las ruinas de un templo que marcaba el lugar de nacimiento de su dios Rama.

La violencia que esta acción provocó acabó con las vidas de miles de personas, exacerbando el sectarismo y el comunalismo en la India hasta el día de hoy.

La destrucción de la mezquita de Babri ofrece una advertencia sombría de lo que podría ocurrir si los nacionalistas judíos, apoyados por el gobierno israelí, intentan cumplir su deseo de sustituir al-Aqsa por un templo judío.

Pero la violencia que se desencadenaría podría tener consecuencias globales y probablemente haría palidecer, en comparación, el baño de sangre que se produjo en la India.

Indiferencia internacional

Teniendo en cuenta todo lo que está en juego, es alarmante la negligencia internacional frente a lo que Israel está haciendo en Jerusalén.

Israel está poniendo a prueba hasta dónde puede llegar.

Por ejemplo, el pasado año, durante el ataque contra Gaza que se prolongó durante 51 días, Israel destruyó la mezquita de Omar, una de las más antiguas en Palestina, y no hubo respuesta internacional alguna.

Jordania, que mantiene un papel nominal en la gestión del recinto de al-Aqsa desde su tratado de paz con Israel de 1994, ha advertido que las acciones de Israel, si siguen como hasta ahora, afectarán a los lazos entre los dos países.

Pero esas advertencias, en el pasado, no se tradujeron en ninguna acción significativa por parte del reino hachemí, que mantiene estrechos lazos con el autodeclarado Estado judío.

La Unión Europea emitió una de sus típicas declaraciones insulsas, sin mencionar la responsabilidad fundamental de Israel en la crisis como potencia ocupante.

«La violencia y escalada de que se ha informado [en el lugar] constituyen una provocación e incitación» ante importantes días sagrados judíos y musulmanes, declaró a el pasado martes a los medios en Bruselas Maja Kocijancic, portavoz de la Comisión Europea.

«Es fundamental que todas las partes demuestren calma, contención y un respeto total por el statu quo de los lugares sagrados», dijo.

El Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Medio, NickolayMladenov, advirtió en el Consejo de Seguridad de la ONU del martes que los recientes sucesos tenían «potencial suficiente para encender la violencia más allá de los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén».

Pero también subrayó que «todas las partes son responsables de abstenerse de acciones y retórica provocativas», olvidando pedir cuentas a la potencia ocupante.

El Departamento de Estado de EEUU dijo estar «profundamente preocupado por la reciente violencia y la escalada de la tensión».

«Condenamos con toda firmeza cualquier acto de violencia», dijo el gobierno estadounidense. «Es absolutamente fundamental que todas las partes actúen con moderación, se abstengan de acciones y retórica provocativas y no alteren el statu quo histórico de Haram Al-Sharif/Monte del Templo ni en hechos ni de palabra».

La frase «profundamente preocupados» es la fórmula que EEUU viene rutinariamente utilizando para criticar acciones israelíes tales como la expansión de las colonias sobre el territorio ocupado palestino.

En el pasado, en todas las ocasiones, eso ha significadoque en la práctica EEUU no hará absolutamente nada para frenar las acciones israelíes que parece estar condenando.

Fuente: https://electronicintifada.net/blogs/ali-abunimah/destruction-jerusalems-al-aqsa-mosque-israeli-groups-ultimate-goal