La epidemia de cólera en Yemen es la peor del mundo, con cinco mil nuevos enfermos diarios y un saldo total que supera los 200 mil casos en dos meses, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese periodo, la epidemia se ha expandido prácticamente a cada provincia de las 23 que […]
La epidemia de cólera en Yemen es la peor del mundo, con cinco mil nuevos enfermos diarios y un saldo total que supera los 200 mil casos en dos meses, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En ese periodo, la epidemia se ha expandido prácticamente a cada provincia de las 23 que forman el país, causando mil 300 decesos.
«Se cree que el número de víctimas mortales aumentará», señaló la OMS en un comunicado.
Junto con Unicef y otras organizaciones, la OMS está acelerando las acciones para detener esta epidemia, detectando cada nuevo foco de infección e intentando determinar de qué manera la enfermedad se propaga.
Junto a ese seguimiento, las entidades de ayuda suministran agua apta para el consumo a parte de la población, así como servicios de saneamiento y tratamiento médico.
La emergencia es tan grave que se ha optado por enviar equipos casa por casa para informar directamente a los habitantes sobre las medidas de protección que deben cumplir en cuanto a la desinfección del agua y su correcto almacenamiento.
Las organizaciones también pidieron a las autoridades yemeníes que hagan más esfuerzos para detener la epidemia, aunque los medios públicos son escasos en vista del conflicto armado que padece el país desde hace más de dos años y que han causado que 14.5 millones de personas no tengan acceso a los servicios básicos.
Los enfrentamientos entre la milicia de los hutíes y las fuerzas gubernamentales, que cuentan con el respaldo de una coalición árabe liderada por Arabia Saudí y a la que Estados Unidos presta apoyo, han sumido a Yemen en una situación caótica.
El país árabe, que ya era el más pobre de la región antes del conflicto, enfrenta una situación próxima a la hambruna en ciertas zonas.
Los combates han destruido o dañado numerosas instalaciones sanitarias y los 30 mil médicos y sanitarios que están en la plantilla pública han dejado de percibir su salarios hace diez menos.