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La expansionista guerra israelí del ’67

Fuentes: www.suhailakeljerusalem.com

E n el 41º aniversario de la ocupación israelí del resto de Palestina, incluida su capital Jerusalem y l a falta de reacción internacional por el baño de sangre que cubrió al pueblo palestino, favoreció a los halcones israelíes de la muerte. Cortejados por su relación carnal con Estados Unidos, acuñaron la célebre frase de […]

E n el 41º aniversario de la ocupación israelí del resto de Palestina, incluida su capital Jerusalem y l a falta de reacción internacional por el baño de sangre que cubrió al pueblo palestino, favoreció a los halcones israelíes de la muerte. Cortejados por su relación carnal con Estados Unidos, acuñaron la célebre frase de Sharon: «Hay que golpear a los palestinos y tiene que dolerles. Debemos causarles pérdidas y víctimas, para que conozcan el alto precio de sus acciones». (marzo 5 de 2002).

Aquel acuerdo secreto entre el rey Addallah de Transjordania (actual Jordania) y la señora Golda Meir del movimiento terrorista sionista el 30 de abril de 1948, facilitó a la agencia europea judía declarar el Estado de Israel en mayo del ’48 con un mayor porcentaje de la tierra de Palestina otorgada por la ONU, ocupando el sector Occidental de Jerusalem. Por su parte, el Estado Palestino con Jerusalem Este se vio eclipsado bajo la administración de Transjordania, llamándolo ‘Cisjordania’, mientras, la Franja de Gaza quedó bajo el control egipcio. Frente al punzante exilio y la mirada atónita del pueblo palestino. Un convidado de piedra en la repartija de su tierra.

La señora Golda Meir, de terrorista convertida en premier israelí, al igual que sus coterráneos sionistas, no sólo violaron las leyes jurídicas internacionales, sino violentaron el propio acuerdo secreto con el rey. Desatando el 5 de junio de 1967 , una guerra de expansión sobre los territorios árabes. Ocupando militarmente el restante 22 por ciento del territorio de Palestina, incluyendo a Gaza y su capital Jerusalem Este, regida ilegalmente por Jordania; las alturas del Golán a Siria; parte del desierto del Sinaí a Egipto (más adelante devuelto) y algunos kilómetros de Jordania.

Desde 1967, los ciudadanos palestinos de Jerusalem vivieron con angustias las trágicas medidas extremas de las autoridades de la ocupación israelí contra el área de la sagrada Jerusalem. D emoliendo centenares de casas palestinas para construir rutas y asentamientos de colonización. Las medidas israelíes para arrasar con las propiedades en los poblados y aldeas en torno a la ciuadad, fue parte de la estrategia política y el esquema israelí de judaizar y extender toda el área de Jerusalem. Con atropello legal. El pasado 1° de junio de 2008, el ministro de Vivienda israelí Zeev Boim y el premier Ehud Olmert, aprobaron la construcción de 884 viviendas en 2 asentamientos ilegales en el territorio palestino de Jerusalem Este.

  

En el arte de la tergiversación. Israel intentó permanentemente demostrar que Jordania era Palestina. Ariel Sharon el 3 de junio de 1991, vociferó: «Hay que invitar al rey Hussein a tomar café para decirle: ha dejado de ser el rey de Jordania, ya que dicho reino es el Estado Palestino» . En la competencia de la verborragia colonial, vale recordar al general de la invasión Moshe Dayan, que en 1967, ironizó: «Tendemos nuestras manos de paz a los árabes, pero retornamos a Jerusalem para no abandonarla nunca» . Entre otros, la premier Golda Meir, derramó sus racismo en 1969: «No hay nada que pueda llamarse palestinos, ellos no existen».

Luego de 35 años. El cáliz de sangre del fanatismo se derramó sobre el pueblo palestino. En abril de 2002, la potencia ocupante comenzó a construir un Muro de Apartheid para extirpar el 58 por ciento del territorio y convertir al Estado Palestino ocupado en un Bantustan. Dividido en cantones, sin soberanía y servil a los intereses israelíes. Impulsó la ‘limpieza étnica’ . Mantuvo crucificada a Jerusalem y acrecentó los asentamientos.

Según el general Amos Yaron, director general del Ministerio de Defensa israelí en el 2003, admitió que » el 85% del Muro esta trazado dentro del territorio palestino y fueron arrancados 66 mil árboles (frutales y de olivos palestinos) para posibilitar el mismo».

El Muro privó a los ciudadanos palestinos de un adecuado transito entre las ciudades y el acceso a sus servicios básicos como el agua, el cuidado de la salud y la educación. Como también, a sus fuentes de ingresos de la agricultura y otras formas de empleo. Las ciudades y aldeas  palestinas situadas entre la ‘Línea Verde de 1967’ y el Muro, quedaron efectivamente separadas del resto de la sociedad palestina.  Hoy , el Muro de Apartheid alcanzó los 800 kilómetros de longitud, por sobre la Línea Verde fronteriza de apenas 365 kilómetros de extensión.

  

En el recuento del dolor. Desde la reocupación de las ciudades palestinas en septiembre 2000, Israel asesinó a casi 10 mil palestinos, entre ellos el mártir sheij Ahmad Yassin, líder espiritual de Hamas y al Padre de la Patria, mártir presidente Yasser Arafat, envenenado por Sharon. Con cifras que crispan, los mártires de las ultimas seis décadas superaron el millón de palestinos.

En septiembre de 2007, la potencia ocupante declaró a la Franja de Gaza como ‘entidad hostil’ . Intensificó su cerco, continuó con el cierre de todos los pasos de fronteras, obstruyó el acceso y el movimiento. Bloqueó las asistencias humanitarias, el alimento y el soporte médico, También redujo el combustible y la energía eléctrica. Este grave cerco inhumano e ilegal afectó todos los aspectos de la vida civil palestina en Gaza, hasta el presente.

A 41 años nada cambió. Los acuerdos firmados y las obligaciones internacionales sobre la base de las resoluciones de la ONU, fueron vulnerados del mismo modo que los jerarcas sionistas violaron el acuerdo secreto con el rey transjordano en el ’48 y las promesas al mundo.

Entre 1948 y 1967 hasta el 2008, fueron años fatídicos. Palestina y su pueblo quedaron envueltos en sangre, dolor, destrucción, castigos colectivos y sufrimiento. Miles de niños resultaron sepultados bajo los escombros. Mujeres, hombres y ancianos quedaron enterrados bajo la ruina y la destrucción aplicada sistemáticamente por la potencia nuclear israelí con sus aviones de guerra, helicópteros, blindados y gases tóxicos. Miles de niños, mujeres, hombres y jóvenes fueron secuestrados, encarcelados y torturados, y centenares de ellos deportados.

Mientras tanto, los tambores de la indiferencia sonaron en la comunidad internacional y el pueblo palestino creció en la humillación y la miseria durante estos 60 años del Nakba (catástrofe) y los 41 años de ocupación total sionista-israelí.

¿Seguirá tolerando el mundo esta prolongada tragedia y la tempestad que padece el pueblo palestino?…Cuanto más

Junio 5 de 2008

(*) ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina

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