Se prevé que la campaña terrestre planeada por Israel en el sur de Gaza dure meses, incluso un año, mientras que la campaña general no tiene una fecha clara de finalización.
El viernes 1 de diciembre acabó un alto el fuego de siete días que permitió el intercambio de mujeres y niños capturados por ambas partes. Muchos esperaban que esta pausa en los combates se prolongara e incluso culminara en un alto el fuego definitivo.
Pero Israel tiene la firme intención de continuar la guerra hasta «eliminar» a Hamás. Para lograr ese objetivo, planea una campaña militar que durará un año o más, y cuya fase más intensiva de la ofensiva terrestre se prolongará hasta principios de 2024. Así lo declararon al Financial Times varias personas familiarizadas con la preparación de los combates.
Israel dice que quiere matar a los tres principales dirigentes de Hamás en Gaza: Yahya Sinwar, Mohammed Deif en Marwan Issa. También dice que quiere conseguir una victoria militar «decisiva» contra los batallones combatientes y la red de túneles subterráneos del grupo.
«Esta será una guerra muy larga. […] En este momento, no estamos ni a mitad de camino de alcanzar nuestros objetivos», dijo una persona familiarizada con los planes de guerra de Israel.
La duración de la guerra dependerá de los avances operativos sobre el terreno, la presión internacional y las oportunidades de liberar a los rehenes israelíes.
Se calcula que la renovada operación terrestre intensiva centrada en el norte de Gaza durará al menos hasta principios de 2024. Según una persona informada, «la ciudad de Gaza aún no ha sido totalmente invadida. Probablemente esté terminado un 40%».
Simultáneamente, el ejército israelí lanzará una ofensiva terrestre en el sur de Gaza, que hasta ahora solo ha sufrido ataques aéreos esporádicos. Según altos cargos israelíes, la mayoría de los combatientes y dirigentes de Hamás se encuentran allí, así como la mayoría de los rehenes israelíes restantes. Mientras tanto, la ofensiva terrestre está en pleno apogeo.
La ofensiva terrestre del sur sería menos intensa, al menos eso es lo que afirman los conocedores. Es de suponer que lo dicen para poner a la opinión pública mundial de su lado en la medida de lo posible y apaciguar a Washington. De hecho, la Casa Blanca quiere que Israel tenga «una huella militar menor» en el sur de Gaza que en el norte, léase menos víctimas civiles.
La ofensiva terrestre del sur, que ya ha comenzado, se centrará en Khan Younis, un centro urbano del sur, y Rafah, el punto más meridional de la franja, donde también se encuentra el paso fronterizo con Egipto.
En este caso el ejército israelí quiere acabar con los túneles subterráneos de contrabando que son «el principal canal de oxígeno de Hamás para reconstruir sus capacidades militares», afirmó una de las fuentes de Financial Times.
La estrategia de guerra de Israel parece clara, pero no hay rastro de una estrategia de salida ni de un plan sobre cómo proceder con Gaza después del asedio. Las autoridades israelíes afirman que quieren eliminar definitivamente a Hamás como amenaza a toda costa, sin importar el tiempo que lleve ni lo que venga después.
Uno de los conocedores de los planes de guerra lo expresa así: «La principal diferencia [ahora] es que Hamás no entiende, nosotros tenemos paciencia. Todo cambió el 7 de octubre».
No se puede descartar que el objetivo último de la operación sea la deportación de toda la población de Gaza. La eliminación de Hamás es, entonces, la excusa y los acontecimientos del 7 de octubre el detonante ideal.
Tras dos meses de intensos bombardeos y asedio han muerto más de 16.000 gazatíes, entre ellos 6.600 niños y 4.300 mujeres. Otros 3.500 niños han desaparecido. Presumiblemente fueron aplastados bajo los escombros de los edificios derrumbados. No en vano, el Secretario General de la ONU, Guterres, afirma que «Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños».
Por parte israelí en los últimos dos meses murieron 80 soldados.
Desde el final del alto de fuego ya han muerto más de 1.000 palestinos y hay muchas más personas heridas.
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Israel está inmerso en una guerra de venganza desenfrenada que está produciendo escenas apocalípticas. El implacable afán de destrucción intenta curar la herida y el honor herido del 7 de octubre, en vano. Es una ilusión, e incluso una ilusión peligrosa, que este conflicto de décadas pueda resolverse con las armas.
O como dicen 18 antiguos embajadores franceses: «Hamás, que ya ha completado cinco mortíferas campañas militares, inevitablemente volverá a rebelarse. El ejército no podrá derrotar a un movimiento apoyado por gran parte de la población palestina, tanto en Gaza como en Cisjordania.»
El país solo tendrá una seguridad duradera si se reconoce a todos los habitantes del territorio como ciudadanos iguales, si los palestinos deportados pueden regresar a su tierra y se pone fin a la ocupación colonial.
Tras dos meses de combates han muerto más de 16.000 personas. En un conflicto prolongado el número de muertos podría ascender a varias decenas de miles. Por lo tanto, debe empezar cuanto antes la presión sobre Israel, tanto diplomática como económica. Solo así podremos detener esta locura. Solo así se puso fin a ese otro Estado del apartheid, Sudáfrica.
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2023/12/03/israel-plant-langdurige-oorlog-tegen-gaza/
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