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Siria

La guerra detrás de la guerra

Fuentes: www.notas.org.ar

La guerra en la República Árabe Siria está alcanzando su cuarto año y ningún bando parece poder inclinar la balanza a su favor. Una nueva ronda de conversaciones entre representantes gubernamentales y de las fuerzas opositoras ha tenido lugar en Moscú, a fin de delinear una hoja de ruta que haga posible la pacificación del […]

La guerra en la República Árabe Siria está alcanzando su cuarto año y ningún bando parece poder inclinar la balanza a su favor. Una nueva ronda de conversaciones entre representantes gubernamentales y de las fuerzas opositoras ha tenido lugar en Moscú, a fin de delinear una hoja de ruta que haga posible la pacificación del conflicto.

Sin embargo, desde mediados de enero, una cadena de eventos mantuvieron a todos los actores involucrados en vilo, al tiempo que plantearon la regionalización del conflicto.

Choque en cadena

El 18 de enero, dos misiles guiados fueron disparados por helicópteros israelíes contra un convoy de vehículos en la región de Quneitra, al sur de Siria. Está región limita con los Altos del Golán, territorio sirio bajo ocupación militar israelí desde la guerra de 1967.

En el ataque murieron seis combatientes de la guerrilla libanesa Hezbolá y un oficial iraní de alto rango perteneciente a las fuerzas de elite de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, Mohammad Ali Allahdadi. Fuentes oficiales israelíes aludieron que el grupo se hallaba en una misión de reconocimiento con el fin de sentar las bases para una futura campaña de incursiones sobre el norte de Israel.

Diez días después, el 28 de enero, un convoy israelí que se encontraba patrullando las Granjas de Shebaa, territorio ocupado por Israel y reclamado por el vecino Líbano, fue atacado por un misil anti tanque. Dos soldados cayeron abatidos y otros siete resultaron heridos.

Siria más allá de Siria

Al referirse al ataque del 28 de enero, Sayyed Hassan Nasrallah, secretario General de Hezbolá, acusó a Israel de haber roto previamente las «reglas de enfrentamiento» y que, de ahora en más, las acciones israelíes recibirían respuesta «en cualquier momento y lugar».

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, afirmó que sus fuerzas armadas ejercerían una política de cero tolerancia hacia cualquier movimiento que suponga una amenaza para la balanza de fuerzas en la frontera, reservándose el derecho de golpear preventivamente. Sin embargo, las precauciones sostenidas por oficiales de la inteligencia israelí y la cercanía de las elecciones tienden a contrapesar los duros comentarios del mandatario.

Israel ha jugado un papel ambiguo en el conflicto. Histórico rival de Siria, había llegado sin embargo en los últimos años a construir un estado de tensa coexistencia con el vecino país. Tras las rebeliones árabes iniciadas en 2011, la postura israelí fue de distancia, encontrando en el gobierno de Bashar al-Assad un rival, pero un rival que garantizaba un marco de predecibilidad.

Sin embargo, confirmaciones de que combatientes rebeldes son atendidos en hospitales de campaña del ejército israelí antes de regresar a la batalla en Siria, ha elevado las dudas acerca de la pretendida neutralidad de Israel. Irán y Siria van más allá y acusan a Tel Aviv de mantener cooperación en términos de información e inteligencia con sus enemigos.

Guerra en las sombras

El ataque del 18 de enero representó un fuerte golpe moral y político para Hezbollah, cuya milicia se asemeja más bien a un pequeño ejército regular. Supuso la demarcación por parte de Israel de una línea en torno a la libertad de movimiento de sus contrincantes que Tel Aviv no tolerará que se cruce.

En el ataque murió uno de los comandantes responsables por las actividades del grupo en Siria e Irak. También falleció Jihad Mugniyah, hijo de Imad Mugniyah, comandante fundador del grupo, abatido por los servicios de inteligencia israelíes en 2008.

Hezbolá tiene una apuesta importante en sostener la continuidad del gobierno de Bashar al-Assad en Siria. Necesita de un gobierno aliado en el vecino país para garantizar una vía directa y segura para el traslado de armas y recursos que llegan desde Irán.

Por otro lado, Irán representa el principal respaldo financiero y militar que encuentra el gobierno de Damasco, con quien mantiene una alianza estratégica. El liderazgo de la República Islámica interpreta al conflicto sirio como la avanzada de una ofensiva en la que Teherán representa el próximo objetivo, detrás de la cual se encontrarían Arabia Saudita e Israel.

El caso de Allahdadi no es el primero que reporta la muerte de un oficial iraní en zonas de conflicto. Como él, muchos otros oficiales, veteranos de conflictos anteriores, han sido llamados de nuevo a filas dentro de la Fuerza Quds, rama especial de la Guardia Revolucionaria destinada a operaciones en el exterior. Allí sirven como asesores, supervisando las operaciones en curso, tanto en Siria como en el vecino Irak.

El mismo comandante en jefe de esta fuerza de elite, Qassem Soleimani, ha tomado el asunto en sus propias manos, dirigiendo y coordinando las operaciones militares junto con militares iraquíes y sirios, así como con las diferentes fuerzas políticas y militares afines a Teherán en la región. Se le adjudica ser el autor de varios éxitos militares contra el Estado Islámico en Irak, así como también de la estratégica victoria del ejército sirio en la batalla por la ciudad de Al-Qusayr, a mediados de 2013. Allí, también se registró una importante participación de fuerzas de Hezbolá en la captura de este enclave en la frontera con Líbano.

Apodado «el comandante en las sombras» por una extensa columna del diario The New Yorker acerca de su vida y su trayectoria, Soleimani se ha vuelto un héroe nacional a partir de su participación en el conflicto. Se lo caracteriza como uno de los individuos más influyentes en la región, siendo el arquitecto de la estrategia exterior iraní, reflejando el peso que detenta la Guardia Revolucionaria en la toma de decisiones dentro país.

La diplomacia iraní busca hacer sentir el peso de su país como una carta para aliviar las sanciones occidentales en torno a su política de desarrollo nuclear. El propio Martin Dempsey, general del Pentágono al frente de las operaciones en el Medio Oriente, ha reconocido que el rol de Teherán no puede ser negado si se busca una plan realista para estabilizar la región.

Fuente original:  http://notas.org.ar/2015/02/09/siria-guerra-detras-israel-hezbola-iran/