Recomiendo:
2

La hipocresía de Europa: palabras vacías para Palestina, armas letales para Israel

Fuentes: The Palestine Chronicle [Foto: intervención por videoconferencia del Primer Ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, en la reunión del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo. Foto: vía WAFA]

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

En lo que respecta a la ocupación israelí de Palestina, Europa y Estados Unidos están, en teoría, en bandos completamente opuestos. Si bien el gobierno estadounidense ha aceptado plenamente el trágico statu quo creado por 53 años de ocupación militar israelí, la UE parece continuar abogando por un acuerdo negociado basado en el respeto del derecho internacional.

Sin embargo, a pesar de la aparente ruptura entre Washington y Bruselas, el resultado, en la práctica, es esencialmente el mismo. Estados Unidos y Europa son los socios comerciales, proveedores de armas y defensores políticos más importantes de Israel.

Una de las razones por las que se ha mantenido durante tanto tiempo la ilusión de una Europa imparcial estriba en parte en el propio liderazgo palestino. La Autoridad Palestina de Mahmud Abbas, abandonada política y financieramente por Washington, ha recurrido a la Unión Europea como su única salvación posible.

“Europa cree en la solución de los dos Estados”, dijo el primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammad Shtayyeh, durante una intervención por video con el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo el pasado 12 de octubre. A diferencia de Estados Unidos, la defensa continuada de Europa de la extinta solución de dos Estados la habilita para llenar el enorme vacío creado por la ausencia de Washington.

Shtayyeh pidió a los líderes de la UE que “reconozcan el Estado de Palestina para que nosotros, y ustedes, rompamos el statu quo”.

Sin embargo, son ya 139 los países que reconocen el Estado de Palestina. Si bien ese reconocimiento es una clara indicación de que el mundo sigue siendo firmemente propalestino, reconocer a Palestina como Estado cambia pocas cosas sobre el terreno. Lo que se necesita son esfuerzos concertados para que Israel rinda cuentas por su violenta ocupación, así como acciones reales que apoyen la lucha de los palestinos.

La UE no solo ha fracasado en este aspecto, sino que, de hecho, está haciendo exactamente lo contrario: financiando a Israel, armando a su ejército y silenciando a sus críticos.

Al escuchar las palabras de Shtayyeh, uno tiene la impresión de que el alto responsable palestino se está dirigiendo a una conferencia de países árabes, musulmanes o socialistas. “Hago un llamamiento a su Parlamento y a los distinguidos miembros de este Parlamento para que Europa no espere a que el presidente estadounidense presente ideas… Necesitamos un tercero que realmente pueda remediar el desequilibrio en la relación entre un pueblo ocupado y un país ocupante, es decir, Israel”, dijo.

Pero, ¿está la UE calificada para ser esa “tercera parte”? No. Durante décadas, los gobiernos europeos han sido parte integral del equipo Estados Unidos-Israel. El hecho de que la administración de Donald Trump haya dado recientemente un giro brusco a favor de Israel no debería transformar automáticamente el sesgo histórico pro-Israel de Europa hasta confundirlo con solidaridad propalestina.

En junio pasado más de mil parlamentarios europeos, en representación de varios partidos políticos, emitieron un comunicado en el que expresaban “serias preocupaciones” sobre el llamado Acuerdo del Siglo de Trump y se oponían a la anexión israelí de casi un tercio de Cisjordania. Sin embargo, el proisrarelí Partido Demócrata estadounidense, incluidos algunos partidarios tradicionalmente acérrimos de Israel, fueron igualmente críticos con el plan de Israel porque, en sus mentes, la anexión significa que la solución de dos Estados es imposible.

Si bien los demócratas estadounidenses dejaron claro que una administración de Joe Biden no revertiría ninguna de las acciones de Trump si aquel fuera elegido, los gobiernos europeos también dejaron bien sentado que no adoptarán ni una sola acción para disuadir -y mucho menos castigar- a Israel por sus repetidas violaciones del derecho internacional.

Palabrería es todo lo que los palestinos han obtenido de Europa, así como mucho dinero, que en gran parte se embolsaron los leales de Abbas en nombre de la “construcción de Estado” y otras fantasías. Es revelador que gran parte de la infraestructura imaginaria del Estado palestino, que fue subvencionada por Europa en los últimos años, ha sido bombardeada, demolida o interrumpida su construcción por el ejército israelí durante sus diversas guerras e incursiones. Sin embargo, ni la UE castigó a Israel, ni la Autoridad Palestina dejó de pedir más dinero para seguir financiando un Estado inexistente.

La UE no solo no responsabilizó a Israel por su ocupación en curso y las violaciones de los derechos humanos, sino que prácticamente también está financiando a Israel. Según Defense News, una cuarta parte de todos los contratos de exportación militar de Israel (por un total de 7.200 millones de dólares solo en 2019) va a parar a países europeos.

Además, Europa es el mayor socio comercial de Israel, absorbe un tercio de las exportaciones totales de Israel y envía a este país casi el 40% de sus importaciones totales. Estas cifras incluyen también productos fabricados en los ilegales asentamientos judíos.

Por otra parte, la UE trabaja para incorporar a Israel al estilo de vida europeo a través de concursos culturales y musicales, competiciones deportivas y de muchas otras formas. Si bien la UE posee herramientas poderosas que pueden utilizarse para exigir concesiones políticas y conseguir que se cumpla el derecho internacional, siempre ha optado por hacer muy poco.

Comparen todo lo anterior con el ultimátum reciente que la UE le ha dado al liderazgo palestino, vinculando su ayuda a los lazos financieros de la Autoridad Palestina con Israel. En mayo pasado Abbas dio un paso extraordinario al considerar nulos todos los acuerdos con Israel y Estados Unidos. En efecto, esto significa que a la Autoridad Palestina ya no podrá hacérsela responsable del sofocante statu quo creado por los Acuerdos de Oslo, repetidamente violados por Tel Aviv y Washington. Romper los lazos con Israel también significó que la Autoridad Palestina se negara a aceptar casi los 150 millones de dólares en ingresos fiscales que Israel recauda en nombre de la Autoridad Palestina. Este paso palestino, aunque llega con mucho retraso, era necesario.

En lugar de apoyar la medida de Abbas, la UE la criticó, negándose a proporcionar ayuda adicional a los palestinos hasta que Abbas restablezca los lazos con Israel y acepte el dinero de los impuestos. Según el portal de noticias Axios, Alemania, Francia, el Reino Unido e incluso Noruega están encabezando la carga.

Alemania, en particular, se ha mostrado muy firme en su apoyo a Israel. Durante meses ha abogado en nombre de Israel para evitar a Tel Aviv una investigación de crímenes de guerra por parte de la Corte Penal Internacional (CPI). Ha sometido a juicio a activistas que abogan por el boicot a Israel. Ha confirmado recientemente el envío de lanchas de misiles y otro equipamiento militar para asegurar la superioridad de la armada israelí en una posible guerra contra los enemigos árabes. Alemania no está sola. Israel y la mayoría de los países europeos están cerrando filas en términos de cooperación militar y vínculos comerciales sin precedentes, incluidos acuerdos de gas natural.

Continuar haciendo referencias a la solución inalcanzable de dos Estados, mientras se arma, financia y se hacen más negocios que nunca con Israel es la definición misma de la hipocresía. La verdad es que habría que responsabilizar tanto a Europa como a Estados Unidos por envalentonar y sostener la ocupación israelí de Palestina.

Sin embargo, mientras Washington es abiertamente pro-Israel, la UE ha exhibido un juego más inteligente: vender palabras vacías a los palestinos mientras despacha armas letales a Israel.

Ramzy Baroud es periodista y editor de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros, el último de los cuales lleva el título de These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons (Clarity Press, Atlanta). El Dr. Baroud es un destacado investigador no-residente del Center for Islam and Global Affairs (CIGA) y del Afro-Middle East Center (AMEC). Su página web es: www.ramzybaroud.net

Fuente: https://www.palestinechronicle.com/european-hypocrisy-empty-words-for-palestine-deadly-weapons-for-israel/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la traducción.