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La investigación Goldstone le hizo un favor a Israel

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por J.M. y revisado por Caty R.

Es una lástima que Israel haya esperado el informe Goldstone para investigar la guerra de Gaza, una pena que solamente echemos una mirada seria cuando surgen daños personales. 

Israel debería estar agradecido al juez Richard Goldstone   y al importante informe que elaboró su comisión. Después de calificarlo como inútil y una pura difamación, de repente Israel admitió finalmente investigar la operación «plomo fundido». ¿Por qué? ¿Qué ocurrió? El piso comenzó a temblar bajo los pies de algunos hombres de Estado y oficiales del ejército.

Así se desprende que ésta es la única manera que tenemos de aprender una lección. Goldstone nos puso frente a un espejo; nosotros intentamos hacerlo añicos por nuestra voluntad, pero esta vez, al contrario que en investigaciones anteriores, destruirlo no funcionó. De repente se informó (y se negó) que el ministro de Defensa Ehud Barak requirió al ex presidente de la Corte Suprema , Aharon Barak, para que encabece una comisión de investigación, de repente, se llama al jefe de la inteligencia militar para que adopte el «código de ética» que redactó el profesor Asa Kasher, y, de repente, el Primer Ministro convocó una reunión urgente para discutir el nombramiento de una comisión de investigación. ¿Qué ocurrió?

De nuevo se desprende que todo es personal. También esto es demasiado poco y demasiado tarde: una «comisión de investigación» no es suficiente, ni tampoco lo es el código de ética escrito por Kasher, quien declaró hace pocos días al periódico Maariv que el médico gazatí Ezzeldeen Abu al-Aish es el responsable de la muerte de sus hijas. Y ahora es muy bueno que la tierra haya empezado a temblar bajo nuestros pies.

¿Están sudando Ehud Barak y el jefe del ejército israelí? Este es el único camino por el cual Israel puede aprender. No solamente en el caso de comprobarse que hubo crímenes de guerra, sino que también hay un precio que pagar por esos crímenes. Estas son buenas nuevas para Israel: gracias a Goldstone, los israelíes pensarán dos veces, y quizás hasta tres, antes de dirigir nuevamente una andanada de plomo fundido sobre población indefensa.

A partir de ahora, la única consideración ya no será solamente un mínimo de pérdidas en su lado. Desde este momento, las implicaciones personales e internacionales de cada ataque brutal deberán tenerse en cuenta. Esta es exactamente la función de los cuerpos internacionales: prevenir otros ataques desenfrenados como el de plomo fundido. Por lo tanto, Goldstone cumplió su cometido, y de pasó demostró ser sionista y amigo de Israel. Gracias a él, es posible que Israel cambie su estrategia beligerante y considere para el futuro acciones más acordes con el prisma de las leyes internacionales y el coste personal para quienes las violen. Si hasta ahora hemos pensado solamente en cómo matar sin que nos mataran, de ahora en adelante deberemos pensar en el precio que se les adjudica a quienes son atacados.

Es una pena que hayamos esperado hasta el informe Goldstone, una pena que seamos tan dependientes de las presiones extranjeras para que podamos ver nuestra propia imagen, y es una lástima que solamente cuando es inminente el daño personal, estemos dispuestos a vernos realmente. Si hubo alguna guerra que debió ser investigada por nuestra propia e inmediata iniciativa, es la operación plomo fundido. Mientras que para nosotros significó unas pocas pérdidas, razón por la cual nadie consideró que debía ser investigada, lo ocurrido en Gaza no puede quedar suspendido en el vacío y sus responsables no pueden quedar impunes como si nada hubiera ocurrido.

Las heridas de Gaza aún no han sido sanadas, los escombros todavía no se han removido y las casas destruidas no se han rehabilitado. Tampoco Israel se rehabilitó: aún insiste en que todo ocurrió según lo programado. Ahora aparecen las grietas. Es cínico y deprimente que aparezcan cuando los dirigentes temen por sus destinos personales. Ahora hay esperanzas de que Goldstone, las Naciones Unidas y el mundo no claudiquen. Ningún israelí desea ver a Ehud Barak detenido en Londres, pero cada israelí honrado debería tener esperanzas de que si se cometieron crímenes de guerra en su nombre, los responsables deberán pagar el precio, y es mejor que sea en Israel.

El hueco y demagógico argumento de muchos israelíes de que lo que se hizo en Gaza es lo que hacen muchos puede ser cierto, pero es una distorsión ética. Ningún violador del tránsito ni ningún otro tipo de criminal puede esgrimir como excusa de sus actos que «todos lo hacen».

¿Se muestra duro el mundo con Israel? Es probable. Pero también Israel goza de un eterno trato preferencial. El mundo actúa diferente con nosotros, mira con ojos ciegos hacia Dimona y calla con respecto a la ocupación, pero ahora no desea seguir guardando silencio por Gaza. ¿Por qué? Porque esta vez hemos ido demasiado lejos. No es solamente el derecho del mundo, es su deber.

Goldstone comenzó su trabajo, Israel debe proseguirlo. En definitiva, la imagen que proyecta el espejo de Goldstone es nuestra imagen, no la suya.

http://www.haaretz.com/hasen/spages/1118022.html