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La isla que derrotó a un imperio

Fuentes: Rebelión

«La historia siempre le dará la razón a aquellos que defienden causas e ideas justas»José Martí ¡VOLVERÁN! Con esas palabras que fueron una certeza, marcadas por la osadía y la visión casi profética que ha caracterizado su indiscutido liderazgo universal, Fidel Castro se dirigía al pueblo cubano en junio de 2001, para garantizar el retorno […]

«La historia siempre le dará la razón a aquellos que defienden causas e ideas justas»
José Martí

¡VOLVERÁN! Con esas palabras que fueron una certeza, marcadas por la osadía y la visión casi profética que ha caracterizado su indiscutido liderazgo universal, Fidel Castro se dirigía al pueblo cubano en junio de 2001, para garantizar el retorno a su patria de los cinco luchadores antiterroristas recién apresados por los EEUU en la Florida.

Trece años después, la palabra se convierte en realidad, Obama reconoce ante el mundo «el fracaso de la política estadounidense contra Cuba», ordenando el restablecimiento de la relaciones diplomáticas rotas desde 1961, y con ello, la Revolución Cubana obtiene una de sus victorias más colosales en los cincuenta y cinco años transcurridos desde la entrada triunfal del legendario líder latinoamericano a La Habana.

Hay que tener meridiana claridad de quien ha sido el adversario acérrimo, y conocimiento pleno de las prácticas carentes de escrúpulos que ha accionado por décadas para poner de rodillas a la Revolución, para determinar en su justa dimensión, las proporciones de una victoria histórica que engrandece a Cuba y a su heroico pueblo.

Cuba ha derrotado a un imperio que hace lo que se lo antoja con una Europa que es su fiel lacaya, que gobierna y decide vía oligarquías corruptas y apátridas, países que deberían liderar en América Latina procesos de liberación y que hoy son remedo de repúblicas al servicio de los intereses espurios y que desaparecen sin miramientos a todo aquel que propugna cambios, un imperio que en su declive, todavía tiene la capacidad mediática para satanizar líderes, pueblos y procesos que tienen como aspiración fundamental, la construcción de su independencia y prosperidad, más allá del tutelaje grosero, la injerencia indigna, el intervencionismo más abyecto.

Eso ha resistido Cuba, eso ha vencido su pueblo para elevarse como faro de dignidad que ilumina aquellas luchas que enarbolan la causa de la justicia en todos los rincones del mundo.

La rendición de Obama, en un acto de sabio pragmatismo y realismo político, deja en evidencia a todos aquellos, políticos serviles y sus fieles repetidores mediáticos, que se subían al carro como reses al matadero, para vilipendiar a Cuba, su proceso histórico y su pueblo. Hoy que el amo cambia de política, solamente les queda cambiar el discurso en otro ejercicio más de cinismo.

Cambia el mundo, no se pueden entender los acontecimientos actuales soslayando las nuevas realidades geopolíticas en donde emergen actores con fuerza y potencial para liderar el mundo, China, Rusia y los BRICS, y bloques regionales con capacidad de alterar status quo como UNASUR, en momentos en los que los EEUU lucha con todas sus armas y el doble rasero característico de su política exterior, para contener una pérdida de hegemonía obvia e inexorable.

Ha triunfado Cuba y la lección es absoluta, no existe victoria que se le resista a un pueblo que tiene principios, y que está dispuesto a los sacrificios que imponga la lucha inagotable por alcanzar sus anhelos más centrales.

Ha triunfado Cuba y como lo expresara la Presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, «cuando los pueblos tienen voluntad y son conducidos por dirigentes que no los traicionan, más tarde o más temprano, llegan a sus objetivos.

La historia es cíclica dicen algunos, hoy nuevamente en el contexto de las relaciones internacionales, el David digno y valiente, convencido de la justeza de su lucha, luego de resistir todos los embates, vence al temido Goliat imperial.

Manuel Antonio Díaz-Galeas. Abogado hondureño y candidato a Magíster en Relaciones Internacionales.

Este artículo fue publicado originalmente en periódico EL LIBERTADOR de Honduras.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.