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Entrevista a Enrique Santiago, dirigente de Izquierda Unida y del PCE

«La IX Asamblea de IU elegirá entre una opción anticapitalista y republicana y otra subalterna del PSOE»

Fuentes: Rebelión

El sábado empieza en Rivas Vaciamadrid la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida. Por primera vez, los cincuenta mil militantes de IU no han tenido un único documento político sobre el que reflexionar, debatir y presentar enmiendas, sino tres, uno por cada uno de los sectores en los que hoy se divide la principal fuerza […]

El sábado empieza en Rivas Vaciamadrid la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida. Por primera vez, los cincuenta mil militantes de IU no han tenido un único documento político sobre el que reflexionar, debatir y presentar enmiendas, sino tres, uno por cada uno de los sectores en los que hoy se divide la principal fuerza política de izquierdas en España. Asimismo, por primera vez la Asamblea Federal no se abrirá con la presentación y el debate del informe político del coordinador general saliente, ya que el dimitido Gaspar Llamazares ha renunciado, no a su escaño en el Congreso de los Diputados, sino a hacer balance de una gestión que ha conducido a IU al desastre: la desaparición como referente de la izquierda alternativa; la demolición del proyecto político federal en aras de la constitución de verdaderos reinos de taifas en algunas federaciones; la renuncia a la elaboración colectiva y la síntesis política en favor de la autonomía casi absoluta de un coordinador general entronizado por una camarilla que en buena parte hoy le abandona; la destrucción de la identidad marxista, roja, del proyecto político por la apuesta por la ensoñación «ecosocialista».

Enrique Santiago, miembro de la Presidencia Federal de IU, secretario de Relaciones Políticas del PCE, abogado del caso Pinochet en representación de IU, defensor de causas como la inocencia de Remedios García, tenaz luchador por los derechos humanos en Colombia, ex secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), apuesta desde años por la refundación de Izquierda Unida como un movimiento político social de marcado perfil republicano y marxista. En la VIII Asamblea Federal, celebrada en diciembre de 2004, este abogado madrileño encabezó la alternativa a Llamazares y sólo las argucias de éste y sus corifeos impidieron que se convirtiera en coordinador general cuando la lista que encabezó y la que quedó en tercer lugar sumaron el 51% de los votos de los delegados.

– ¿Cómo valora la preparación de la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida?

– Ha sido un proceso positivo dentro de la gravedad de la situación de IU y de la urgente necesidad de refundar el proyecto. Los distintos sectores que han confluido en torno al denominado «Documento de los 100», denominado también «Por una IU Anticapitalista y Republicana» han sabido dotar al proceso de preparación de la IX Asamblea de un contenido político que pareciera que eluden otros sectores de IU, en especial el bloque denominado Nacional II (encabezado por las direcciones de la federación de Madrid y de Esquerra Unida i Alternativa, referente de IU en Cataluña).

Resulta sorprendente que presuntos actores políticos, dirigentes «de toda la vida», tengan miedo a exponer y discutir propuestas políticas en esta Asamblea. Resultó bochornoso el acuerdo antipolítico tomado en el Consejo Político Federal de IU del pasado mes de junio entre dos sectores minoritarios de IU (N-II y «IU Abierta», el sector afín a Llamazares) para impedir que en esta Asamblea, como en cualquier otra o en cualquier congreso de cualquier partido político democrático, hubiera un solo documento marco de discusión.

Después del espectáculo de un Consejo Político Federal que aprueba un proceso anti metodológico fundamentado en tres «documentos marco», asistimos al más bochornoso espectáculo de que estos mismos sectores se han paseado por las asambleas de base y regionales intentando impedir la discusión de cualquiera de los tres documentos con el falsario argumento de que dicha discusión no contribuía a la construcción de acuerdos internos: la antipolítica. Quienes rechazan que una organización política discuta y debata sobre política parecen interesados únicamente en el control de los aparatos y las burocracias, se invalidan a sí mismos como dirigentes y como alternativa de poder tanto interno como social.

¿Cómo puede pretenderse ejercer acción política sin tener un programa político, un mensaje claro que enviar a la sociedad? ¿Cómo podemos evitar repetir los mismos errores que nos han llevado a la actual situación si no analizamos cuáles han sido dichos errores? El análisis de nuestros errores no equivale a búsqueda de responsabilidades, siendo esto último lo que sin duda preocupa a quienes han capitaneado IU hacia el actual desastre y pretenden ahora obviar este hecho, cargando todas las responsabilidades, de forma oportunista e injusta, únicamente en Gaspar Llamazares.

A pesar de ello, el debate político se ha realizado, se han conocido distintos puntos de vista y la necesidad de la refundación del proyecto de izquierda transformadora y alternativa que debe ser IU ha quedado refrendada por amplios sectores de la organización. ¿Cómo hacerlo? Nadie tiene la fórmula mágica, pero es obvio que la refundación pasa por la democratización interna, el respeto a todas las ideas y a todos los militantes, así como a las normas estatutarias de convivencia, por la clarificación de una propuesta política y de un mensaje social que concrete la anterior y por un proceso de fortalecimiento de las estructuras federales frente a los intentos de desmembración confederalista en la practica cotidiana, auspiciados por diversas «taifas» y «baronías»

Además, los comunistas hemos mostrado nuestro compromiso con la necesaria articulación de amplias convergencias internas con otros compañeros y compañeras no comunistas con los que coincidimos en la estrategia de refundación de IU para la transformación social. No creo que exista un bloque más plural que el conformado por el «Documento de los 100», lo que es garantía de viabilidad del proyecto de IU como amplio movimiento político y social, espacio de convergencia de las más dinámicas fuerzas sociales y políticas que en España apuestan por la transformación social.

– ¿Qué clima percibe entre los militantes y cuadros medios de IU?

– Un clima de expectativa y esperanza, pero también de prevención y desconfianza, porque han sido muchas las veces que la dirigencia de IU ha defraudado a la organización al no saber estar a la altura de lo que se esperaba de ella, optando siempre por propuestas de escaso recorrido político y apaños fraguados entre el establishment interno con más trienios en la dirección, siempre envuelto en la falacia demagógica del «necesario consenso», consenso respecto a la construcción del cual los dirigentes «salientes» de IU han hecho bien poco en el último periodo, asumiendo en la práctica la dinámica de gobernar un 50% de la organización frente al otro 50%.

Creo entender que la militancia y los sectores sociales que se identifican con nuestro proyecto quieren acuerdo interno, pero quieren previamente claridad en los discursos y propuestas políticas construidas por las distintas corrientes y posiciones internas, como requisito esencial para la construcción de una síntesis de trabajo.

– ¿Qué le parece la decisión de Gaspar Llamazares de dimitir justo antes de la Asamblea para evitar presentar el informe político sobre su gestión?

– Respetando los estados de ánimo y los análisis personales de cada quien, no parece lo más adecuado que quien ha sido coordinador general durante estos cuatro años no presente la correspondiente rendición de cuentas a la asamblea soberana de la militancia. Pero aún más inadecuado me parece que la dimisión oficial se efectúe y anuncie no en el órgano político que lo eligió y del que ha sido coordinador general, sino en una federación de IU, que además resulta ser la única con delegación monocolor en esta Asamblea Federal, ni un solo delegado que no esté adscrito al denominado «sector gasparista». Sorprendentemente, los militantes de IU-Asturias piensan todos de la misma manera, no hay distintas posiciones políticas entre ellos, no existe pluralidad. Desde luego, la actual IU de Asturias no es el modelo de pluralidad y convivencia democrática que demanda la izquierda transformadora de este país y no es un modelo que podamos exhibir orgullosos ante nadie.

– Por lo que transmiten los medios de comunicación, la organización llega dividida en tres grandes sectores. ¿Es posible alcanzar una síntesis política durante los trabajos de la IX Asamblea?

– La actual pluralidad de IU se articula en torno a dos propuestas políticas y una opción de poder que a fecha de hoy se presenta sin contenido político alguno (N-II), que nos recuerda a aquéllos que, al final de cada congreso del PCE de la era «carrillista», contaban y preguntaban: «¿Quiénes hemos ganado?». Respecto a estos últimos, aún están a tiempo de reflexionar sobre si optan por construir una pluralidad aportando una propuesta política concreta (la que ellos decidan, pero aportando alguna) o mantienen su opción de «vender» a sus delegados y cuadros al que más espacios de poder les ofrezca. La pluralidad que representa «Una IU Anticapitalista y Republicana» defiende la necesidad de integrar en la futura dirección a todas las opciones «políticas», pero no contemplamos alianzas tácticas con quienes no representan opciones políticas, con quienes insisten en presentarse en esta Asamblea como «mercenarios políticos» a disposición del mejor postor, dispuestos a apoyar a quien más les ofrezca para el mantenimiento de sus estatutos personales de dirigentes dentro de la organización.

Sentado lo anterior, el debate político en esta Asamblea bascula entre dos posiciones: la defendida por el sector denominado «Una IU Abierta» o gasparista y la opción representada por «Una IU Anticapitalista y Republicana». Ambas propuestas tienen sustanciales diferencias en el análisis de la actual situación económica y política, fundamentalmente respecto al cuestionamiento radical del sistema capitalista que nosotros formulamos y la necesidad de apostar por una vía propia de profundas transformaciones sociales y políticas para nuestro país, que nosotros defendemos, frente a una opción avalada por la dirección saliente de IU (N-II incluida) que opta por influir en las políticas socialdemócratas y liberales impulsadas por el Gobierno del PSOE para hacerlas más «amables».

Nuestro convencimiento de que IU debe ser un movimiento político y social amplio donde quepan todas las expresiones de la izquierda social y política de este país mas allá del liberalismo nos permite convivir con esta opción e incluso trabajar conjuntamente con ella en torno a la centralidad de una propuesta política, la que venimos defendiendo, que entendemos ha sido y va ser la opción estratégica más defendida en la Asamblea Federal. Incluso aunque no resultara mayoritaria, no cabe duda de que la síntesis dialéctica entre las dos propuestas políticas confrontadas en esta Asamblea es posible, es factible y vamos a conseguirla, por lo que la futura estrategia política de IU será aquella cohesionada en torno a esa síntesis estratégica.

– ¿Cuáles son los puntos esenciales del documento político que ustedes defenderán en la IX Asamblea?

– En primer lugar, una critica contundente y radical al sistema capitalista en general y a su fase de globalización neoliberal en particular por haberse acreditado su incompatibilidad con el bienestar de la humanidad, la paz entre los pueblos y la sostenibilidad del planeta. A partir de ahí, apostamos por la construcción del Socialismo del Siglo XXI, que debemos edificar sin formulas preestablecidas, entre todos los sectores democráticos, de progreso y de izquierda alternativa y transformadora de nuestro país y de toda Europa. Creemos que hoy la centralidad de nuestro análisis de la realidad debe ser el mundo del trabajo y la sostenibilidad de un planeta, con recursos suficientes pero escasos, que es patrimonio de toda la humanidad, no del capital. Optamos por la construcción de un Estado más democrático, en el que la democracia sea participativa y no sólo representativa, en el marco de una republica federal en la que los pueblos de España se sientan copartícipes de un proyecto común de Estado.

Para lograrlo, es fundamental que IU se refuerce, se refunde y se relance con un carácter abierto y democrático y como un movimiento político y social que sea el lugar de convergencia programática de todos los sectores políticos y sociales que aspiran a una sociedad más justa. Una organización en la que militar sea estimulante y en la que la militancia dedique su tiempo de actividad a hacer política, no a permanentes conflictos y peleas internas. Todos los militantes de IU somos compañeros en el sentido del término utilizado por Máximo Gorki en su literatura, es decir, prácticamente hermanos de lucha y así debemos tratarnos, al margen de que tengamos distintos puntos de vista. Nuestro compromiso democrático con la construcción de síntesis y puestas en práctica de las mismas es la única garantía para el éxito de nuestro proyecto político.

– Hasta la primavera de 2011, cuando se celebren las próximas elecciones municipales y autonómicas, no hay citas electorales trascendentales de ámbito estatal que sirvan de excusa para «cerrar filas». ¿Por qué plantean hacer una «Asamblea en dos fases»?

– Nos habría gustado que esta Asamblea fuera la del compromiso inclaudicable con la refundación del proyecto, la que lanzara una nueva convocatoria social y política a la izquierda española, cuestionando radicalmente la actual realidad de IU. Ello no ha podido ser debido a la inercia «conservadora» interna, al temor al cambio radical que aún anida en una clase dirigente que no ha sabido situar a IU en el nivel de hegemonía política y social que le correspondería a la vista de la actual crisis del sistema.

La máxima agustiniana «en tiempo de zozobra, no hacer mudanza», que tan buen resultado le ha dado históricamente a la Iglesia católica, no parece la mejor fórmula para el relanzamiento de un proyecto de izquierda transformadora y alternativa. Pero no hemos podido llegar más allá que al compromiso, muy aceptado por la militancia, de abordar ese proceso de refundación en dos fases, una primera de clarificación política y adecuación del equipo dirigente (en la que ahora nos encontramos) y una segunda de lanzamiento de la nueva convocatoria social y política que debiera abrir un nuevo y amplio proceso de convergencia social entre la izquierda política transformadora y los movimientos sociales alternativos. Y esa segunda fase no podrá demorarse más de doce meses, doce intensos meses en los que habrá que apostar por la democratización interna de IU y por la renovación a fondo de sus estructuras si es que queremos tener la más mínima garantía de lanzar una propuesta de nueva convergencia social y política atractiva y sugerente para quienes objetivamente deberían ser parte activa de nuestro proyecto transformador.

Que nadie se llame a engaños: ni la militancia de IU, ni la izquierda social va a permitir el fraude que en este proceso significaría intentar retrasar esa segunda fase hasta las próximas elecciones autonómicas y municipales. No sería ni ético, ni estético, ni inteligente: no llegaríamos a esas elecciones en condiciones de ser alternativa real de poder. Recuérdese que las últimas encuestas ya presentan una intención de voto a IU por debajo del 3%, superada incluso por UPyD.

– Si las tesis que ustedes defienden quedan en minoría en la IX Asamblea producto de un pacto entre «notables» de los otros dos sectores para repartirse el escaso poder que tiene hoy IU, el escenario para muchos militantes y amigos de IU será desolador…

– No contemplo esa posibilidad, porque de producirse será, simplemente, el fin de Izquierda Unida.

– Los medios de comunicación han avivado, como era previsible, el debate personalista sobre quién será el nuevo coordinador general de IU. Usted encabezó la alternativa a Llamazares en 2004 ¿volverá a estar disponible para encabezar la refundación de IU desde la máxima responsabilidad política?

– En esta primera fase asamblearia del proceso de refundación no necesitamos un coordinador/a general de IU, sino una coordinación colectiva que haga las tareas de la forma lo más diligente posible y ponga las bases para el relanzamiento de la nueva Izquierda Unida Republicana. Milito en la izquierda transformadora desde hace más de 25 años y seguiré haciéndolo ahora y espero que siempre, por lo que obviamente estoy disponible en IU, fundamentalmente como militante.

Pero en esta ocasión el colectivo que apoya el denominado «Documento de los 100» ha creído más conveniente que sea el compañero Cayo Lara, actual coordinador de IU en Castilla La Mancha, quien encabece ese proceso y todos debemos apoyar al citado compañero en esa tarea. Nuestra opción requiere que la cabeza visible que encabece la actual fase de refundación pueda visualizar la necesidad del cambio a la vez que reunir el mayor consenso posible. Sinceramente, creo que todas esas virtudes en estos momentos quien mejor las personifica sin duda alguna es la compañera Marga Sanz, secretaria general del Partido Comunista del País Valencià, quien en mi opinión debería haber sido la cabeza de lista de la propuesta «Por una IU Anticapitalista y Republicana», como resultado natural del proceso iniciado hace un año con la convocatoria de primarias para dilucidar el cabeza de lista en las ultimas elecciones generales. No obstante, no es mi opinión la que cuenta, sino la del colectivo y éste ha optado por el compañero Cayo Lara, quien tendrá el apoyo entusiasta de todos nosotros, y el mío el primero, para cumplir esa importante tarea.

MÁS INFORMACIÓN:

– Entrevista a Enrique Santiago del 17 de marzo de 2008, tras la derrota en las elecciones generales: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64700

– Entrevista a Enrique Santiago del 8 de agosto de 2006: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=35640

– Entrevista a Enrique Santiago del 10 de diciembre de 2004, antes de la VIII Asamblea Federal de IU: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=8605