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Manifestaciones en Madrid y en más de 30 ciudades de todo el mundo

La juventud sin futuro se rebela

Fuentes: Periodismo Humano

Con un lema claro, ‘No nos vamos, nos echan’, Juventud Sin Futuro ha salido de nuevo a las calles de Madrid y unas 30 ciudades de distintos países, para denunciar la precariedad laboral a la que el gobierno de España está condenando a los jóvenes. Por ello, subrayan, se ven obligados a marcharse fuera en […]

Con un lema claro, ‘No nos vamos, nos echan’, Juventud Sin Futuro ha salido de nuevo a las calles de Madrid y unas 30 ciudades de distintos países, para denunciar la precariedad laboral a la que el gobierno de España está condenando a los jóvenes. Por ello, subrayan, se ven obligados a marcharse fuera en busca de trabajo y un futuro.

Dos años han pasado desde que lo hicieran por primera vez. Fue en la manifestación que antecedió al 15M. Transcurrido este tiempo los jóvenes que componen este colectivo acompañados de cientos de personas de todas las edades han recordado en Madrid que siguen «sin casa, sin curro, sin pensión y sin miedo».

«Hace unos meses empezamos a tener la vivencia en el colectivo de que muchos de los compañeros que lo conformaban se estaban viendo obligados a marcharse del país a causa de las medidas económicas y sociales que está adoptando el gobierno. Estuvimos dándole vueltas sobre cómo mostrar las causas que estaban desencadenando este hecho y destapar así la realidad de las historias de estos jóvenes, que están detrás de las cifras, y que normalmente se oculta en la mayor parte de los medios de comunicación», comenta en declaraciones a Periodismo Humano Eduardo Fernández, portavoz de la plataforma Juventud Sin Futuro, que continuaba así la argumentación del colectivo al que representa: «Queremos desmitificar lo que significa hoy en día salir fuera de España a buscarse la vida. Fuera puede que haya más trabajo, depende donde te vayas, pero la precariedad es la misma, porque irte de estas maneras no significa que vayas a encontrar un buen trabajo independientemente de cual sea tu preparación universitaria».

De este modo Juventud Sin Futuro decidió hace dos meses lanzar una web en la que invitaba a los jóvenes españoles que se visto obligados a marchar, a que contaran su experiencia. «Como fueron muchas las historias que se unieron [un total de 7.000] decidimos que esto no se podía quedar en una simple web por lo que convocamos esta manifestación con la que mandar un mensaje claro a la sociedad: visibilizar la situación por la que el gobierno está hipotecando el futuro de los jóvenes de este país».

 

Con este fin se han celebrado concentraciones, performances, charlas-coloquios… en unas 30 ciudades de todo el mundo: desde Ho Chi Minh (Vietnam), hasta Buenos Aires (Argentina), pasando por Reyjavik (Islandia). La de Madrid ha sido la más multitudinaria y en la que no ha faltado la música, los cánticos y las ganas de expresar al mundo la desolación que siente este colectivo ante la situación que les ha tocado vivir. Con lemas tales como «ni sobres, ni sobras, no tenemos nada» o «que se vaya PSOE y PP, para no volver. Y UPyD», señalaban a quienes ellos creen los culpables de esta «estafa», como califican a la crisis cada vez que la mencionan.

Personas de mediana y tercera edad los han arropado durante todo el recorrido por Madrid, como ha sido el caso de Mari Carmen y María Luisa, de 65 y 62 años respectivamente. En concreto Mari Carmen decía estar en la manifestación porque es la única manera de poder colaborar a que no se pierdan los derechos que nos tratan de arrebatar «y ellos llenándose los bolsillos». María Luisa por su parte contaba la historia de su hija que con dos titulaciones, Biología y Ciencia y Tecnología de los alimentos, y con más de un 8 de media, estaba de interina en un colegio público ganando 600 euros al mes y trabajando una media de 10 horas diarias. «¿Crees que hay derecho a esto?, Yo no», concluía.

En la misma sintonía encontramos a Carmen de 77 años, jubilada y exiliada en Francia hace 50 años para poder ganarse la vida. Muy emocionada comentaba a Periodismo Humano: «Es muy doloroso ver cómo estamos volviendo a la España de 50 años atrás. Cómo están destruyendo todo lo que con tanto esfuerzo hemos construido. Mi marido y yo nos marchamos para lograr ahorrar y tener algo de educación y cultura que este país nos negaba. Y ahora esto. Mis hijos son mayores y tienen carreras, pero nadie está exento del riesgo de perder su puesto de trabajo, porque el trabajador cada vez tiene menos derechos y el empresario más. Además, lo que está pasando con la educación pública me entristece enormemente por mi nieta de 12 años y por el resto de nietos del país, porque no sólo me preocupa mi familia. Primero es el pan y luego la educación. Con mis 77 años tengo la energía suficiente para seguir apoyando a la juventud, porque creo que la causa es justa».

Por su parte los jóvenes manifestantes han tenido presente durante todo el recorrido a los colectivos que trabajan «creando sociedad», como algunos de ellos han manifestando en reiteradas ocasiones, en especial a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), a quien han hecho un guiño frente a la sede del Banco Santander a su paso por la calle Carretas, colocando en su fachada pegatinas de la PAH y de Juventud Sin Futuro.

«Ellos tienen todos lo medios, nosotros sólo esto: la calle y la juventud que lucha y crea». Comentaba megáfono en mano un joven manifestante sobre el camión que iba abriendo paso.

Ya lo anticipaba Eduardo Fernández, portavoz de Juventud Sin Futuro, en las declaraciones previas a la manifestación que hacía a Periodismo Humano: «Durante estos dos años que llevamos en la calle hemos sido conscientes de que esta sería una batalla larga, ya que estamos ante una situación histórica marcada por la perspectiva de un largo camino. Lo sabemos Juventud Sin Futuro y muchos otros colectivos que salen a la calle día a día. Tras esta manifestación, tendremos que ver qué pasos seguir dando, aunque de momento optamos por movilizarnos en la calle que creemos que es importante ya que es una manera de deslegitimar públicamente las medidas adoptadas por el gobierno. Sabemos que estamos en una encrucijada que conlleva la construcción de una alternativa, y nosotros queremos ser parte de esa alternativa. Para ello es necesario seguir deslegitimando este sistema que creemos insostenible. Queremos aportar nuestro grano de arena para que el cambio sea mejor, reivindicando el derecho a la vivienda, a la sanidad, a la educación, que se profundice en el concepto de la democracia… no estamos dispuestos a que nuestro dinero se vaya a rescatar bancos».

Una vez en Sol varios de los jóvenes, los que han querido, han expresado su parecer ante la situación por la que atraviesa el país. Se han acordado de la sanidad, de la educación, que según una de ellas «han intentado imponernos sus medidas educativas en la calle a golpe de porra, pues que se entere el gobierno que la letra con sangre no entra». Se han negado a ser la generación de la LOMCE, la de los máster de 7.000 euros, una fábrica de mano de obra precaria para que ellos alcancen sus beneficios. «A esta crisis creada desde arriba, la vamos a combatir con conflicto creado desde abajo», aseguraba una de las jóvenes.

Otro de los jóvenes que han tomado la palabra en la Puerta de Sol se ha quitado la pegatina en la que ponía ‘Les vamos a combatir desde todas partes’, porque «ya les estamos combatiendo», aseguraba. «Es una país en el que la gente se exilia, en el sentido que otorga al verbo exiliar la Real Academia de la Lengua Española: expatriarse por motivos políticos, porque sus medidas de austeridad son causas políticas», aseguraba. «Este es el país en el que los jóvenes nos tenemos que marchar, en el que a la gente se le echa de sus casas, la educación y la sanidad la están mercantilizando… un país en el que el PP y el PSOE se ponen de acuerdo para hacer una reforma de la Constitución, esa que nos dijeron que era intocable, para establecer que la deuda sea mucho más importante que nuestras vidas. Mientras esto siga pasando no nos quedaremos quietos. Tienen mucho, pero son pocos. Es hora de mirarnos a la cara y unirnos más de lo que lo estamos haciendo. Mi futuro es mío y soy yo quien tengo que decidir dónde y con quién lo quiero vivir. Yo mi futuro no lo dejo en manos de una casta política podrida», concluía.

«Desde que nació el colectivo en estos dos años, creo que se ha creado un tejido social muy importante. Se ha puesto en contacto a colectivos sociales desencantados y se ha trazado un nuevo ideario colectivo creando mucha sociedad. Son pequeños pasos hacia la alternativa que buscamos. Agrupar un numeroso bloque social de aquellas personas que han sufrido las medidas del gobierno era uno de los objetivos principales de Juventud Sin Futuro desde que nació. El 15M fue un revulsivo muy importante gracias al cual la gente se encontró y vio que era posible que el pueblo recuperara la política. Dos años después nos encontramos en el punto de haber formado un bloque social sólido. Incluso estamos a punto de alcanzar con la PAH una pequeña-gran victoria poniendo entre la espada y la pared al gobierno si al final consigue una de sus grandes demandas (…) Estamos viviendo una experiencia colectiva importante. La gente está aprendiendo a unirse de otro modo. Cuando vas a una manifestación de la Marea, la PAH, o la que sea… ves a ancianos, jóvenes, profesores, médicos, bomberos… En estas manifestaciones se rompen las barreras que nos impone la vida cotidiana y tomas consciencia de que hay muchas personas que forman parte de un mismo ideario colectivo, es muy gratificante encontrarnos. Es la experiencia más cercana que tenemos a la democracia, eso nos devuelve la esperanza. Es una experiencia sencillamente política. Nos enriquece mucho», señala Eduardo Fernández.

Juventud Sin Futuro ha hecho un llamamiento a los jóvenes españoles desde la Puerta de Sol a que apoyen los escraches de la PAH hasta que sus reivindicaciones no sean aprobadas por el gobierno.

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Fuente: http://periodismohumano.com/economia/la-juventud-sin-futuro-se-rebela.html