El lunes, el corresponsal de Al Jazeera Anas al-Sharifpublicó una fotografía del norte de Gaza que captaba la brutal campaña de despoblación del ejército israelí. En la foto, cientos de hombres, mujeres y niños palestinos se agolpan en una calle bombardeada, llevando sus pocas pertenencias en bolsas de plástico. Todos miran en la misma dirección, como si se desplazaran en procesión, y levantan sus tarjetas de identidad en el aire hacia un soldado israelí que queda fuera del campo de visión. El pie de foto dice: «Limpieza étnica 2024 en Yabalia ».
Durante los últimos 19 días, el ejército israelí ha llevado a cabo una campaña concentrada de exterminio y limpieza étnica en el norte de Gaza, según el personal médico y los testigos que han hablado con Drop Site News. Las fuerzas israelíes han sitiado la zona con tropas, bloqueado carreteras y construido barreras de tierra, al tiempo que han cortado el acceso a alimentos, agua, combustible y suministros médicos. Desde el aire, han atacado casas, refugios, escuelas y hospitales con incesantes ataques aéreos. Los cuadricópteros disparan a los civiles en las calles. En medio de bombardeos y demoliciones sobre el terreno, los soldados han acorralado a los residentes, deteniendo a cientos y obligando a decenas de miles a marchar hacia el sur. «Es la primera vez desde el comienzo de la guerra que el ejército de ocupación sitia una zona y luego inicia una campaña de bombardeos, matanzas y hambre de una forma tan completa», declaró Mahmud Basal, portavoz de Defensa Civil de Gaza, a la agencia de prensa palestina Safa.
En uno de los incidentes más mortíferos, murieron o desaparecieron al menos 87 personas el sábado tras un ataque aéreo contra un bloque de viviendas en Beit Lahia. Más de 40 personas resultaron heridas en el ataque, incluidos bebés, algunos de los cuales fueron trasladados al hospital Kamal Adwan. Un vídeo difundido por el Ministerio de Sanidad muestra a varios niños que se aferran a duras penas a la vida en la unidad de cuidados intensivos del hospital, e incluye imágenes de un bebé de meses que yace muerto junto a otro niño gravemente herido, cubierto de gasas y conectado a tubos para recibir tratamiento.
El lunes, al menos 10 personas murieron y 30 resultaron heridas en el bombardeo de una escuela la UNRWA que albergaba a palestinos desplazados en el campo de Yabalia, después de que el ejército israelí les ordenara evacuar. El martes, en Beit Lahia, 15 personas murieron en un ataque israelí con aviones no tripulados, seguido de un bombardeo con tanques contra una escuela que se había convertido en refugio de desplazados, en el que murieron siete personas.
El ejército israelí difundió el miércoles imágenes aéreas que mostraban multitudes saliendo de un paisaje bombardeado y ensalzaban a las «decenas de miles» de ciudadanos que se han visto obligados a huir de Yabalia. Al Jazeera también publicó imágenes de la cadena nacional israelí en las que se veían camiones de las fuerzas ocupantes transportando a decenas de palestinos con los ojos vendados, al parecer procedentes de Yabalia.
Hasta el momento, el asalto se ha cobrado la vida de más de 770 personas, una cifra que seguramente aumentará con las innumerables víctimas que yacen en las calles y bajo los escombros en zonas a las que las tropas israelíes han prohibido el acceso a los equipos de emergencia. «Las fuerzas israelíes están ejecutando a personas en las calles, en los refugios, en todas partes», declaró a Drop Site News Ismail Al-Thwabta, portavoz del Ministerio de Información en Gaza. Más de 1.000 personas han resultado heridas y más de 200 civiles han sido «secuestrados», según la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno en Gaza, con docenas más de desaparecidos.
El centro de la campaña militar es la provincia más septentrional de la Franja de Gaza, una zona conocida como Gaza Norte. El tramo, donde aún permanecen unos 200.000 palestinos, incluye las ciudades de Beit Lahia, Beit Hanun y Yabalia, junto con el campo de refugiados ubicado en Yabalia, el mayor de la Franja de Gaza.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU emitió el domingo un comunicado en el que expresaba su preocupación por el hecho de que las fuerzas israelíes en el norte de Gaza estén interfiriendo con la ayuda humanitaria y facilitando la expulsión forzosa de palestinos. «El ejército israelí ha tomado medidas que hacen imposible la vida de los palestinos en el norte de Gaza, al tiempo que ha ordenado repetidamente el desplazamiento de toda la gobernación», afirmó la oficina. También se han destruido miles de viviendas, refugios y otras estructuras «causando una destrucción masiva y sin precedentes», señalaba en un comunicado la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno en Gaza.
Imágenes y vídeos compartidos por periodistas sobre el terreno muestran a grandes grupos de civiles en la calle siendo acorralados por tanques israelíes situados junto a ellos. El lunes, el corresponsal de Al Jazeera Hossam Shabat publicó en X que las fuerzas israelíes habían atacado ese día una escuela del campo de refugiados de Yabalia, obligando a la gente a salir. «Luego los pusieron en fila y dispararon a cualquiera que se atreviera a moverse. Cualquier varón mayor de 16 años está siendo detenido, torturado e investigado», escribió. «Muchas de las personas que están siendo puestas en fila son individuos enfermos, como amputados, enfermos de cáncer y niños pequeños a los que se les pide que hagan cola durante horas. La situación es catastrófica».
A medida que se han intensificado las operaciones israelíes en el norte, sus aviones están lanzando octavillas sobre la zona y desplegando drones equipados con altavoces, advirtiendo a la población de que la zona será detonada mientras estén dentro de sus casas si no evacuan inmediatamente. Las tropas israelíes también han bombardeado e incendiado refugios para los desplazados.
En medio de la matanza, los desplazados describen un viaje infernal hacia el sur, obligados a caminar muchos kilómetros entre tanques y tropas israelíes.
Fadi Redwan, de 22 años, residente en el campo de refugiados de Yabalia, se vio obligado a dejar a su familia el 8 de octubre y dirigirse al hospital Kamal Adwan para recibir una transfusión de sangre que tratara su talasemia, un trastorno sanguíneo que afecta a los niveles de hemoglobina. «En mi camino, las calles eran un cuadro de horror y trauma: cuerpos en descomposición roídos por perros, cráneos de niños aquí y allá, esqueletos esparcidos entre los escombros de las casas. No podía hacer nada, ya que los francotiradores y los quadricópteros disparaban a todo el mundo», contó Redwan a Drop Site News. Poco después de llegar al hospital, los soldados israelíes rodearon y asaltaron las instalaciones. «Comprobaron mi identificación, mi informe médico y mi teléfono», explicó Redwan. «Sólo me devolvieron el documento de identidad y el informe médico y me ordenaron a mí y a otras cinco personas como yo con talasemia que nos dirigiéramos al sur».
Con helicópteros Apache sobrevolando la zona, Redwan y otras personas que también buscaban atención médica se vieron obligados a abandonar el hospital. «Las calles estaban llenas de cadáveres y montones de escombros y era difícil caminar recto. Cualquiera que mirara a izquierda o derecha recibía un disparo mortal», dijo. «Había muchos cadáveres en descomposición y el olor era absolutamente horrible». Tras una caminata de 10 horas, llegó al corredor de Netzarim, un tramo de terreno segurizado establecido por el ejército israelí con bases y puestos de control que divide el norte y el sur de Gaza, donde los soldados finalmente le permitieron pasar.
Dieciséis horas después de que le obligaran a salir del hospital, Redwan llegó por fin a Deir al-Balah, en el centro de Gaza, donde más de un millón de palestinos desplazados se hacinan en tiendas de campaña en todas las calles, con escasos servicios de saneamiento e infraestructuras, y se refugió con un amigo en una tienda de campaña. «Mi familia estaba muy preocupada por mí. Cuando por fin les llamé, rompieron a llorar porque pensaban que me habían matado. Ahora soy un paciente y no tengo nada conmigo. Ayer temblaba de frío porque sólo tenía esta camiseta», cuenta Redwan. «Era la primera vez que veía a soldados israelíes, fue el susto de mi vida. Ahora estoy sin mi familia. Sueño con tener las cosas más básicas, como ropa para calentarme y algo de comida. No sé cómo voy a soportar esto, pero espero que termine y volver con mi familia. Me siento gravemente traumatizado».
La clave de la campaña israelí en el norte ha sido atacar hospitales, según declaró Al-Thwabta a Drop Site News. Tras repetidos ataques, los tres hospitales que funcionan parcialmente en la zona -Kamal Adwan, Indonesia y al-Awda- están prácticamente fuera de servicio. Más de 350 pacientes están atrapados en los tres hospitales, entre ellos mujeres embarazadas y personas recién operadas, según Médicos Sin Fronteras.
«Los ataques israelíes han alcanzado hoy el hospital Kamal Adwan, que sigue bajo los constantes bombardeos de Israel y sin ayuda ni suministros médicos», ha declarado Al-Thwabta. «Hemos estado pidiendo al mundo que permita corredores seguros para proporcionar al norte las necesidades básicas. Sin embargo, no ha habido respuesta. Incluso se rechazó nuestra petición de proporcionar alimentos a los profesionales sanitarios».
El Dr. Hussam Abu Safia, director del hospital Kamal Adwan, dijo que el hospital se ha quedado sin sangre y que varios heridos han muerto como consecuencia de la grave falta de recursos. «Ahora estamos aplicando un sistema de tratamiento prioritario. Esta es la realidad», afirmó. La Dra. Eid Sabah, directora de enfermería del hospital Kamal Adwan, declaró en un mensaje de audio compartido con Drop Site que las fuerzas israelíes han bombardeado y cerrado todas las carreteras y calles que conducen al hospital, impidiendo que las ambulancias lleguen al centro, aislándolo de hecho.
En el hospital Indonesia, «la ocupación bombardea los generadores, cortando la electricidad, lo que provoca que los pacientes mueran tras ser desconectados de los dispositivos de oxígeno», declaró en un comunicado el Dr. Munir Al-Borsh, director general del Ministerio de Sanidad. «Los médicos y el personal sanitario cavan fosas para enterrar a los mártires dentro del hospital, asediado por los tanques, ya que no pueden salir».
Y en el Hospital Al-Awda, las fuerzas israelíes «han rodeado completamente el hospital, y no podemos salir ni acercarnos a las ventanas», dijo en un mensaje el Dr. Mohammed Salha, director en funciones del hospital. «Sólo comemos una vez al día, que es media barra de pan o un pequeño plato de arroz. Hace dos días, las fuerzas de ocupación dispararon proyectiles de artillería contra el hospital, destruyendo dos plantas de alojamiento de pacientes y depósitos de agua».
Mientras Israel sigue aplicando un bloqueo casi total, la crisis humanitaria se está volviendo catastrófica. El lunes, las fuerzas israelíes mataron a seis hombres en el campo de refugiados de Yabalia que intentaban conseguir agua potable, informó Al Jazeera. También el lunes, la ONU declaró que Israel había denegado, por cuarto día consecutivo, una petición urgente que había hechopara permitir el acceso al campo de refugiados de Yabalia para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros. Israel también denegó otra petición de la ONU para entregar alimentos, agua y combustible. Farhan Haq, portavoz adjunto de la ONU, dijo que Israel también denegó 28 solicitudes de la ONU para entregar ayuda humanitaria a Yabalia, Beit Hanun y Beit Lahiya entre el 6 y el 20 de octubre. Varias otras solicitudes, añadió, «se enfrentaron a impedimentos diversos».
El martes, el ejército israelí afirmó en un comunicado que más de 230 camiones cargados de ayuda habían entrado en el norte de Gaza desde la semana pasada, a pesar de los múltiples informes de periodistas sobre el terreno y de organizaciones humanitarias que rebatieron esa afirmación, entre ellas la Organización Mundial de la Salud. El grupo declaró el miércoles que, cuando se permitió a los equipos acceder al hospital Kamal Adwan para evacuar a pacientes críticos, se les denegó la petición de llevar alimentos, combustible, sangre y medicamentos.
En una carta dirigida a altos funcionarios israelíes con fecha de 13 de octubre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, afirmaron que Israel debía tomar medidas en el próximo mes para permitir la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza o enfrentarse a posibles restricciones de la ayuda militar. Sin embargo, al mismo tiempo, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, subrayó en una rueda de prensa que la carta no pretendía ser una amenaza, sino una forma de «reiterar la sensación de urgencia que sentimos de la necesidad de un aumento drástico de la ayuda humanitaria.»
Phillippe Lazzarini, Comisionado General de UNRWA, publicó un mensaje urgente en X el martes:
“Casi tres semanas de bombardeos ininterrumpidos de las fuerzas israelíes mientras aumenta el número de muertos. Nuestro personal informa que no pueden encontrar comida, agua o atención médica. El olor a muerte está por todas partes y los cadáveres yacen en las carreteras o bajo los escombros. Las misiones para retirar los cadáveres o proporcionar ayuda humanitaria son denegadas. En el norte de Gaza, la gente sólo espera morir. Se sienten abandonados, desesperados y solos. Viven de una hora a otra, temiendo la muerte a cada segundo”.
Sharif Abdel Kouddous es un periodista independiente de prensa y televisión que reside entre Nueva York y El Cairo. Ha informado desde todo el mundo árabe, incluidos Egipto, Palestina, Siria, Libia, Yemen, Iraq, Bahréin y Argelia, así como desde todo Estados Unidos y otros espacios internacionales. Ha recibido un premio George Polk por su investigación sobre el asesinato de la periodista palestina Shirin Abu Akleh, un premio Emmy por su cobertura de la prohibición de viajar a musulmanes por parte de la administración Trump y un premio Izzy por su cobertura de la revolución egipcia de 2011. Abubaker Abed es un corresponsal de guerra accidental de Deir al-Balah, en Gaza. Se ha visto arrojado a una zona de guerra activa para informar sobre el genocidio. Es periodista y comentarista de fútbol.
Texto original: Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.