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Guerra contra el Estado Islámico (EI)

La milicia islámica es un ejército de 200.000 soldados, afirma un líder kurdo

Fuentes: ICH/The Independent

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El Estado Islámico (EI) ha reclutado un ejército de cientos de miles de soldados, muchos más que los de los anteriores cálculos de la CIA, según un alto dirigente kurdo. Dijo que la capacidad del EI de atacar en muchos frentes ampliamente distanciados en Irak y Siria al mismo tiempo muestra que la cantidad de militantes combatientes es por lo menos de 200.000 soldados, es decir siete u ocho veces más que los cálculos de los servicios de inteligencia extranjeros que los cifran en unos 31.500.

Fuad Hussein, jefe de gabinete del presidente kurdo Massoud Barzani, dijo en una entrevista exclusiva a The Independent el domingo que «hablo de cientos de miles de combatientes porque son capaces de movilizar a los jóvenes árabes en el territorio que han tomado».

Calcula que el EI controla un tercio de Irak y un tercio de Siria con una población de entre 10 y 12 millonesde personas en un área de 250.000 kilómetros cuadrados, el tamaño de Gran Bretaña. Eso asegura a los yihadistas una gran reserva de potenciales reclutas.

Una prueba de que el EI ha creado un gran ejército operativo con gran rapidez es que ha estado lanzando ataques al mismo tiempo contra los kurdos en el norte de Irak y contra el ejército iraquí cerca de Bagdad mientras combate en Siria. «Están combatiendo en Kobane», dijo Hussein. «En Kurdistán, el mes pasado, estaban atacando en siete sitios diferentes así como en Ramadi [capital de la provincia Anbar al oeste de Bagdad] y Jalawla [una ciudad árabe-kurda cercana a la frontera iraní]. Es imposible que puedan hacerlo 20.000 soldados».

La elevada cifra para la capacidad de combate del EI es importante porque subraya cuán difícil será eliminarlo incluso con  losataques aéreos de EE.UU. En septiembre, la CIA elaboró un cálculo del tamaño del EI de entre 20.000 y 31.500 combatientes. La subestimación del tamaño de la fuerza que el EI está en condiciones de desplegar puede explicar por qué EE.UU. y otros gobiernos extranjeros han sido repetidamente tomados por sorpresa durante los últimos meses cuando el EI infligía sucesivas derrotas al ejército iraquí, al ejército sirio, a los rebeldes sirios y a los peshmergas kurdos.

EE.UU. y sus aliados están comenzando a tener en cuenta los obstáculos para cumplir la promesa del presidente Obama de degradar y destruir al Estado Islámico. El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, llegó a Bagdad el viernes en una visita sorpresiva. Dijo que «quería conseguir una opinión de nuestro lado sobre cómo va nuestra contribución». Durante la semana, dijo al Congreso que para derrotar al EI se necesitaría un ejército de 80.000 hsoldados. Pocos en Irak creen que el ejército regular esté en condiciones de cumplir la tarea, a pesar de haber logrado un éxito la semana pasada al reconquistar la ciudad de la refinería de Baiji y romper el sitio de la refinería, la mayor de Irak.

En una amplia entrevista, Hussein explicó el nuevo equilibrio del poder en Irak después de la ofensiva de verano de los combatientes islamistas y la renovada participación de EE.UU. El Gobierno Regional del Kurdistán se enfrenta ahora a unidades del EI a lo largo de un frente de 1.050 kilómetros que va a través del norte de Irak entre Irán y Siria.  Hussein dijo que la intervención aérea de EE.UU. ha permitido que los kurdos resistieran cuando el inesperado ataque del EI en agosto derrotó a los peshmergas y estuvo a punto de capturar la capital kurda Irbil: «Combatían con una estrategia de miedo que afectó la moral de todos, incluyendo a los peshmergas«.

Así como atemoriza a sus oponentes publicitando sus propias atrocidades, el EI ha desarrollado un efectivo cóctel de tácticas que incluye atacantes suicidas, minas, francotiradores y el uso de equipamiento estadounidenses capturado del ejército iraquí como  Humvees, artillería y tanques. Para combatirlos, Hussein dice que los kurdos necesitan helicópteros Apache y armas pesadas como tanques y artillería.

Los dirigentes kurdos se muestran ahora mucho más tranquilos respecto al EI porque tienen una garantía estadounidense para su seguridad. La sombría experiencia de EE.UU. al ver el colapso del Gobierno y del ejército en Bagdad, que los estadounidenses habían auspiciado a expensas de un vasto coste, también actúa a favor de los kurdos.

Hussein no quiere hablar del tema por el momento, pero el Gobierno Regional del Kurdistán se llevó una desagradable sorpresa en agosto cuando pidió al Gobierno turco que le ayudara a detener al EI y Ankara le dijo que no planificaba ninguna ayuda inmediata. Solo entonces los kurdos se volvieron hacia Irán y EE.UU., y ambos actuaron de inmediato para impedir una victoria total de los combatientes islamistas. Irán envió algunos oficiales, unidades militares y artillería, mientras EE.UU. inició sus ataques aéreos el 8 de agosto.

Hussein especula que la CIA y las agencias de inteligencia estadounidenses pueden haber estado hablando solo de combatientes «del núcleo central» al afirmar que los yihadistas tenían un máximo de 31.500 soldados en armas. Pero los combates de los últimos cinco meses han mostrado que el EI se ha convertido en una formidable fuerza militar. «Estamos hablando de un Estado Islámico que tiene una base militar e ideológica», dijo Hussein, «lo que significa que quieren que cada cual aprenda cómo utilizar un rifle, pero también quieren que todos tengan entrenamiento en su ideología, en otras palabras que tenga lugar un lavado de cerebro».

Una señal de la profesionalidad militar del EI es la velocidad con la que aprendieron a utilizar tanques, artillería y otros equipos pesados estadounidenses capturados después de la caída de Mosul el 30 de junio. Lo mismo ocurrió en Siria, donde el EI capturó armas rusas que empezó a utilizar rápidamente. La explicación más probable es que las filas del EI incluyen muchos antiguos soldados iraquíes y sirios cuyas habilidades han sido identificadas. Hussein dice que los peshmergas han sido impresionados durante los combates por el entrenamiento y la disciplina del EI.

«Combaten hasta la muerte y son peligrosos porque están tan bien entrenados», dijo Hussein. «Por ejemplo, tienen los mejores francotiradores, pero para ser un buen francotirador no se requiere solo entrenamiento para disparar, sino disciplina para mantenerse en un sitio durante cinco horas para alcanzar  el objetivo».

Existen pruebas que apoyan la estimación relativamente alta de Hussein del número de combatientes del EI. Un estudio de la oficina del Consejero Nacional de Seguridad en Bagdad antes de la ofensiva del EI mostró que cuando 100 yihadistas penetraban en un distrito, reclutaban pronto entre cinco y diez veces su cantidad original. Existen informes de numerosos jóvenes que se presentaron como voluntarios para combatir por el EI cuando estaba en pleno éxito en el verano. Este entusiasmo puede haber disminuido desde que EE.UU. comenzó los ataques aéreos y la cadena de victorias del EI terminó al no poder capturar Kobane en el norte de Siria a pesar de un prolongado sitio.

En una región empobrecida, con pocos empleos, la paga de 400 dólares al mes del EI también es atractiva. Además, Hussein dice que en sitios que ha conquistado el EI está remodelando la sociedad según su propia imagen, apuntando a educar a la gente para que acepte su ideología.

Los kurdos han recuperado la confianza en su propia capacidad militar al saber que los respaldan EE.UU. e Irán. Los peshmergas han recuperado algunas localidades perdidas en agosto, sobre todo Zumar cerca de la frontera siria, pero no Tal Afar y Sinjar donde 8.500 yazidis siguen sitiados en la cima de la montaña. Pero existen límites en la voluntad de avanzar de los kurdos incluso si tienen éxito al hacerlo. Hussein dice que los kurdos pueden ayudar a un ejército iraquí, suponiendo que se cree uno que no sea sectario, pero «los kurdos no pueden liberar las áreas árabes suníes».

Se trata del gran problema que enfrenta una contraofensiva contra el EI por parte de Bagdad o los kurdos: los cinco o seis millones de árabes suníes de Irak considerarán que está dirigida contra toda su comunidad. Hasta ahora, EE.UU. ha esperado repetir su éxito entre 2006 y 2008 cuando volvieron a numerosos suníes contra Al Qaida en Irak. Hussein enumera las razones por las cuales esto será muy difícil: los estadounidenses tenían entonces 150.000 soldados en Irak para respaldar a los líderes tribales opuestos a Al Qaida. El Estado Islámico castiga salvajemente a cualquiera que se le oponga. «Hemos visto lo que ocurrió en Anbar a la tribu Albu Nimr [que se alzó contra el EI]. Resistieron valerosamente contra los terroristas pero murieron 500 personas. Fue un desastre.»

En general, Hussein dice que no ve ninguna señal convincente de resistencia de los árabes suníes. Muchos podrán estar descontentos, sobre todo en Mosul, pero esto no se traduce en oposición efectiva. Tampoco es claro qué fuerza externa podría organizar la resistencia. El ejército iraquí podrá ser aceptable en áreas suníes pero solo si se reconstruye de manera que no esté dominado por los chiíes.

Por el momento, los kurdos ven poca señal de su presencia. Han estado pidiendo que tropas regulares defiendan la represa Mosul sobre el Éufrates de manera que puedan utilizar hasta 3.000 peshmergas instalados allí, pero no han aparecido soldados iraquíes. «Los que ahora están defendiendo Bagdad pertenecen al ejército de los partidos [chiíes]. Restablecer un ejército profesional requiere tiempo».

Hussein no lo dice, pero puede ser demasiado tarde para crear un ejército regular competente que incluya a todas las confesiones. La contraofensiva por Bagdad está dirigida por tres milicias en su mayoría chiíes que tienen casi el mismo fervor ideológico y odio sectario que el EI. Cualquier progreso en el campo de batalla lleva a que la población considerada leal al lado perdedor escape de modo que todo el norte de Irak se ha convertido en un país de refugiados.

Patrick Cockburn es corresponsal en Oriente Medio del Independent; antes de eso, trabajó para el Financial Times. Ha escrito tres libros sobre la historia reciente de Irak y un ensayo, The Broken Boy; junto con su hijo, ha escrito un libro sobre la esquizofrenia: Henry’s Demons. En 2005, ganó el Premio Gelhom; en 2006, el Premio James Cameron; y en 2009, el Premio Orwell de Periodismo. Su próximo libro es The Jihadis Return: ISIS and the New Sunni Uprising. Este artículo fue publicado originalmente en The Independent

Fuente original: http://www.informationclearinghouse.info/article40240.htm