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La muerte de un niño israelí revela la hipocresía de Netanyahu

Fuentes: Haaretz

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Netanyahu dijo recientemente a dos congresistas estadounidenses que Hamás, Hizbulá y otros grupos islamistas están desafiando todas las normas internacionales. Así dijo el hombre que acaba de matar a unas 2.100 personas.

«La hipocresía: es el caso de la práctica que afirma tener normas más estrictas o más creencias nobles » (Diccionario Oxford de Inglés)

Hace unos días, el primer ministro Benjamin Netanyahu se reunió con dos miembros del Congreso de Estados Unidos. «Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos en los Altos del Golán», les dijo, y agregó, «Lo que vemos es que el Frente Nusra, Hamás, Hizbolá -respaldado por estos otros grupos terroristas de Irán, Al-Qaida- están, básicamente, desafiando todas las normas internacionales».

Así lo dijo el hombre que acababa de matar a unas 2.100 personas , la mayoría civiles, violando toda norma de conducta internacional.

«Y creo que las Naciones Unidas se harían un gran favor a sí mismas si en lugar de la crítica obsesiva y automáticamente a Israel, dirigieran su atención y sus comités de investigación contra estos terroristas que pisotean toda norma sobre la que se fundó la ONU», añadió también el primer ministro.

Esto dijo el hombre cuya fuerza aérea sólo unos días antes había acabado con barrios residenciales enteros, a veces también con sus habitantes, pisoteando un buen número de valores y normas en que se fundó la ONU.

Después de esa conversación, Netanyahu fue a su casa. Al día siguiente, «expropió» otros 4.000 dunams  (casi 1.000 acres) de tierra ocupada para construir más asentamientos y transferir allí miles de ciudadanos más de su país.

Por lo tanto no existe un solo valor, norma, ley o tratado internacional -de todos los valores, las normas, las leyes y los tratados en los que las Naciones Unidas se fundó- que Israel no haya quebrantado, triturado, pulverizado y destruido.

Por lo tanto, se podría decir -y con mucha certeza- que a partir de todo lo señalado anteriormente, Benjamin Netanyahu reúne con gran éxito todos los requisitos de la definición que el diccionario hade de «hípócrita».

Pero para aquellos que todavía dudan de la magnificencia de la hipocresía del primer ministro, he aquí algunos ejemplos más.

El 20 de agosto, Netanyahu se grabó en una película que expresa su profunda consternación por la decapitación de un periodista estadounidense pasado por el cuchillo de un asesino del Estado Islámico. En verdad, una mala acción.

El 19 de agosto, un día antes de la horrible ejecución, el primer ministro aprobó el asesinato de un bebé de 8 meses, junto con su madre, con la esperanza de que el padre estuviera con ellos y también muriera.

El asesinato se llevó a cabo. El éxito fue parcial. El bebé y la madre resultaron aplastado, pero el padre está en paradero desconocido (no importa, probablemente volverá a casarse y tendremos otra oportunidad).

Insólito. ¿Apenas un día pasa de una ejecución convenientemente preparada para dar una sacudida eléctrica hasta la médula y pasar a la otra ejecución? ¿Y cómo es que el honor de un bebé es menor que el de un periodista?

Tal vez esto sólo viene a enseñarnos una lección de las formas de la hipocresía. Resulta que a veces cuando las necesidades de la hipocresía así lo requieren, no es el hecho el elemento decisivo sino la herramienta. ¿Ha utilizado un cuchillo para matar? Usted es el epítome de la barbarie animal. ¿Utilizó un misil guiado por láser? Usted es el epítome del progreso moral.

Pero Netanyahu llegó a la cúspide de sus habilidades hipócritas después de la terrible muerte del niño israelí de 4 años Daniel Tragerman el 22 de agosto. Con el rostro sombrío, el primer ministro declaró el asesinato de Daniel «doble crimen de guerra». Palabras verdaderas. También prometió que Hamás tendría que pagar un alto precio. Las palabras ásperas.

El problema es que en los 50 o más días antes de ese amargo día, el ejército israelí mató a 10 niños cada día. Por lo menos. Cada día. Un total de más de 500 niños murieron. O, como Netanyahu definió, 500 crímenes de guerra dobles. ¿Y quién va a pagar por ellos?

Y eso, queridos lectores, no es sólo un trozo de la más fina hipocresía. Es un candidato impresionante para ganar el título de campeón de la temeridad.

El rey Alejandro Janneo, según dice el Talmud, dijo a su esposa Salomé lo siguiente (más o menos): No temas a los fariseos ni a los saduceos, sino  sólo a los hipócritas, que imitan a los fariseos. Porque sus obras son las obras de Netanyahu, pero esperan una recompensa como la de Nelson Mandela.

Janneo me convenció. Desde luego, da miedo.

Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/.premium-1.614426