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La necesaria consciencia negra en Brasil

Fuentes: Brasil de Fato [Imagen: Grupo Afro Imalê Ifê actúa ante el monumento a Zumbi dos Palmares en Sao Paulo el 20 de noviembre de 2021, Día de la conciencia Negra. Créditos: Fernando Frazão/Agência Brasil]

En este artículo el autor sostiene que uno de los grandes desafíos de futuro es la necesidad de ennegrecer Brasil, pues -sostiene-, es la única forma de dinamitar racismo estructural en Brasil.

Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez


La Ida de la historia del poeta, político y guerrillero de Bahía Carlos Marighella en las pantallas del cine brasileño, dirigido por Wagner Moura, y la elección de la música y del actor Seu Jorge para el papel de enemigo número uno de la dictadura militar, suscitó polémicas recurrentes en el racismo a la brasileña, o como bien dijo la antropóloga Lélia Gonzalez, síntomas de la neurosis cultural brasileña. En un país construido a través de las lentes del mestizaje racial, que nunca pretendió reparar las profundas desigualdades originadas por el sistema esclavista en nuestro país, y sí tender puentes ficticios para que la población negra creyese que era posible aproximarse a la blanquitud, ennegrecer a cualquiera de los personajes negros de nuestra historia es motivo de malestar y hace temblar los cimientos de la Casa Grande.

El más común de los procesos de representación histórica en Brasil pasaba inevitablemente por operaciones de blanqueamiento de figuras negras históricas, como ocurrió con Machado de Assis, Chiquinha Gonzaga y tantas otros personajes. Como bien describe el filósofo camerunés Achille Mbembe, la raza no existe como hecho natural físico, pero sí como construcción ficticia útil para la dominación de un sujeto sobre otro.

Más allá de un efecto perceptivo, el racismo opera en tanto que “afecto, instinto y speculum, ya que la raza tiene que transformarse en imagen, forma superficie, figura y, sobre todo, imaginario”. El racismo construye estereotipos y estigmatizaciones en torno a las poblaciones negras, del mismo modo que busca excluir cualquier tipo de representación de negritud dentro del imaginario social. El Brasil construido sobre la base de la esclavitud alimentó el mito de la democracia racial por medio de la figura del “ mestizo”, un lugar confortable para que las élites excluyan de la historia brasileña a los personajes negros o negras.

No por casualidad, como cita el historiador Clóvis Moura a partir del censo realizado en 1980, llegaron a emplearse nada menos que 136 “colores” distintos para describir los tonos de piel no-blancos en Brasil, todo un proyecto de emblanquecimiento para alejar a los no-blancos de su identidad.

En 1978, surge el Movimiento Negro Unificado (MNU) como organización que tiene el objetivo de fomentar la conciencia social y la necesidad de afirmar su negritud entre la población de negros, pardos, mestizos y las demás identificaciones de no-blancos. Una de las consecuencias prácticas del mito de la democracia racial, como nos acuerda Lélia, es la fragmentación de la identidad racial, y después la negación del color, de la propia cultura.

Por otro lado, como destaca la profesora Mara Viveros Vigoya, al hacer de la blanquitud un modelo identitario para toda la población, estamos desplazando ese lugar de neutralidad y situando en el centro las consecuencias de la dominación racial provocadas por la ideología del emblanquecimiento fundada sobre la imagen del blanco en cuanto “norma” o “color ideal”.

La creación del Día de la Conciencia Negra el 20 de noviembre, el mismo día en que Zumbi murió resistiendo y defendiendo el quilombo de los Palmares de la invasión de los bandeirantes, es asumir la tarea histórica inspirada por la experiencia del aquilombamiento. “Nacer negro es consecuencia, ser negro es conciencia”, decía Zumbi.

Ante las persistentes tentativas de la blanquitud para seducir, dispersar y dividir las poblaciones negras, ennegrecer Brasil es uno de nuestros grandes desafíos, imprescindible para dinamitar las bases estructurales racistas de nuestro país.

Para finalizar, tomo prestada una cita de la canción de Emicida “Principia”, del verbo principiar, iniciar, comenzar: “¡Todo lo que tenemos somos nosotros!”. El primer paso de la lucha antirracista es hacerse negro, parafraseando a Neusa Santos Souza, y así unir a negros y negras en la lucha contra el racismo.

Felipe Nunes es poeta, compositor, historiador, antropólogo y doctorando en Antropología Social por el PPGAS/ UFRN.

Fuente: https://www.brasildefato.com.br/2021/11/22/opiniao-e-preciso-enegrecer-o-brasil-o-porque-de-uma-consciencia-negra