Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
Ramala ocupada, 23 de marzo de 2010. Un reciente artículo que critica la postura de la PACBI respecto a la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente [1] se basa en falsas premisas, en malinterpretar y/o tergiversar el criterio de boicot de la PACBI, y en una idea falsa de la historia reciente de la resistencia civil en Palestina. Dado que el artículo insinúa que la postura de la PACBI respecto a la Orquesta contradice sus propios principios, es necesario poner las cosas en su lugar.
También queremos refutar todo intento de presentar el llamamiento al boicot [a Israel] hecho por la sociedad civil palestina como una antítesis del rico pensamiento y la herencia humanista de nuestro difunto gigante de la cultura, Edward Said. Como la gran mayoría de los palestinos, particularmente aquellos que trabajan en el ámbito de la cultura, la PACBI considera que el legado de Edward Said pertenece a la humanidad en general y al pueblo palestino en particular. Inmune a todo tipo de reduccionismo, la amplia erudición de Said pone de relieve la importancia del pensamiento crítico, de los principios éticos y el rechazo del discurso dogmático. Said argumentaba que por encima de cualquier otra cosa, la causa palestina se basa en la justicia y en una búsqueda moral de libertad e igualdad. Las herramientas de nuestra lucha, continuaba Said, deben mantener en todo momento el alto terreno moral. Los escritos de Said sobre el discurso anticolonial también nos alertan de la importancia de aprender de nuestros propios errores y de los errorres de otros movimientos de resistencia de todo el mundo, presentes y pasados. En este espíritu es en el que la PACBI y en general el movimiento de boicot, desinversión y sanciones contra Israel (BDS) dirigido por palestinos ha lanzado nuestra campaña de boicot contra la ocupación, colonización y apartheid de Israel, y lo ha basado tanto en un compromiso inequívoco con el derecho internacional y los principios universales de los derechos humanos, como en un rechazo inquebrantable del racismo en todas sus formas. Aunque la fuente más reciente de inspiración y la actual influencia táctica sobre el movimiento palestino de BDS procede de la lucha sudafricana contra el apartheid, los principios del movimiento de BDS se han desarrollado a partir de la experiencia adquirida con la profundamente arraigada experiencia palestina en resistencia civil y de los errores históricos y desafíos asociados a ella. Atesoramos en nuestros corazones el consejo de Said de ser críticos y repudiar la autocomplacencia.
Hacia finales de enero de 2010, la PACBI criticó expresamente al gobierno de Qatar por invitar a la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente, dirigida por el famoso músico israelí Daniel Barenboim, a actuar en las celebraciones de Doha como Capital Árabe de Cultura para 2010, porque invitar a una institución que va en contra de las directrices del boicot no puede sino ser considerado un acto que contribuye, aunque sea involuntariamente, a encubrir las violaciones por parte de Israel del derecho internacional. Y más teniendo en cuenta que la actuación coincidía con el primer aniversario de la masacre cometida por Israel en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009, condenada por la Misión de Investigación de las Naciones Unidas dirigida por el juez Richard Goldstone por constituir crímenes de guerra y posiblemente crímenes contra la humanidad. Las graves violaciones por parte de Israel de los derechos palestinos incluyen también el actual asedio medieval a Gaza, su ocupación militar durante décadas de tierras palestinas y de otras tierras árabes, su negación de los derechos de los refugiados palestinos (incluyendo su derecho a retornar a sus hogares originarios) y su duro sistema de apartheid contras sus propios ciudadanos «no judíos», los palestinos originarios.
Anteriormente, en 2009, la PACBI junto con el Sindicato General de Escritores Palestinos, el Sindicato de Artistas Expresivos Palestinos y la Casa de la Poesía, entre otras organizaciones y asociaciones culturales, se opuso por los mismos motivos a que la Orquesta actuara en Ramala [2].
Paro, ¿cómo y por qué la PACBI llegó a la conclusión de que la Orquesta violaba el boicot cultural palestino?
Es importante plantear de entrada que la PACBI establece de forma coherente si un proyecto cultural viola o no los criterios del boicot palestino de acuerdo con [el documento] «Pautas para aplicar el boicot cultural internacional a Israel», adoptado mayoritariamente y elaborado meticulosamente [3]. Adoptar una postura de principios apoyando la campaña de BDS de la sociedad civil palestina exige necesariamente respetar y aplicar los criterios del boicot establecidos por el movimiento. Antes de hacer pública su opinión sobre el incumplimiento de los criterios de boicot por parte de la Orquesta o de cualquier otro proyecto, la PACBI examina y discute exhaustivamente toda la información pública disponible referente al proyecto de una manera matizada, racional y metódica que se centra en los principios antes que en las opiniones personales, y más en la complicidad institucional que en la culpabilidad individual. Basándose en este sistemático proceso de evaluación, la PACBI considera que, en efecto, la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente está en conflicto con los criterios del boicot cultural palestino.
La Orquesta se identifica [4] como una que trata de «posibilitar un diálogo intercultural y promover la experiencia de colaborar en una cuestión de interés común». Al combinar «el estudio y desarrollo musical con compartir el conocimiento y la comprensión entre personas de culturas que tradicionalmente han sido rivales«, la Orqeusta «no es sólo un proyecto musical, sino también un foro para el diálogo y la reflexión sobre el problema palestino-israelí». Enorgulleciéndose de tener «la misma cantidad de músicos israelíes y árabes» [5], la Orquesta aspira, en las palabras de su propio director, a «desempeñar un papel importante en vencer las diferencias políticas y culturales entre los países representados en el taller de trabajo. En ese modelo, una orquesta sirve como un buen ejemplo de democracia y vida civilizada» [6] [la negrita es nuestra].
Además, la página web de la Orquesta afirma que » la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente ha demostrado una y otra vez que la música puede derribar barreras que antes se habían considerado insuperables… Por medio de su trabajo y de su existencia, la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente demuestra que se pueden construir puentes para animar a las personas a escucharse unas a otras» [7].
En otras palabras, la manera de definirse de la Orquesta convierte a la ocupación y a la opresión colonial en un mero «problema» o «barrera» que hay que discutir entre «rivales tradicionales» que esperan solucionar sus «diferencias» y construir «puentes» de comprensión por medio de la música y el diálogo para animar a «escucharse unas [personas] a otras y establecer «un buen ejemplo de democracia y vida civilizada».
Al promover esta falsa simetría o equilibrio entre «dos partes», de hecho la Orquesta está promoviendo la normalización. La Orquesta se niega a reconocer siguiera (no digamos ya a oponerse) la limpieza étnica de Israel, la ocupación y el sistema de discriminación racial como causas originarias del conflicto colonial arabo-israelí, aseptizando con ello la situación muy real de opresión sobre el terreno con términos benignos que pretenden proyectar simetría entre opresor y oprimido, y paridad moral entre colonizador y colonizado. Esto se ajusta a la noción de normalización, un término utilizado por todo el mundo árabe, especialmente en Palestina, para describir los proyectos conjuntos arabo-israelíes que ignoran o eluden totalmente la realidad de opresión y/o no contribuyen a la lucha para acabar con ella, con lo que presentan al mundo una imagen engañosa de coexistencia «civilizada» a pesar de la colonización y del sistema de apartheid de Israel que a todas luces no son civilizados.
Con todo, la Orquesta no es la única que tiene este enfoque basado en el diálogo. Desde principios de la década de 1980 han existido proyectos basados en las nociones de «diálogo» o de «compromiso constrictivo» y florecieron tras la firma de los Acuerdos de Oslo. La asunción que subyace en estos proyectos, tal como se hace eco de ello la página web de la Orquesta, es que el poner a palestinos e israelíes frente a frente y comprometerlos en actividades «apolíticas» comunes abordará la injusticia y en cierto modo más adelante la posibilidad de lograr la paz. Esta línea de pensamiento suscribe el modelo del «nativo meritorio» que sugiere que cuando se hacer trabajar al privilegiado/colonizador junto con el oprimido/colonizado, el colonizador estará más dispuesto a «conceder» al oprimido sus derechos, o al menos, una parte de ellos. Este modelo se intentó en el caso de Sudáfrica a principios de la década de 1980, cuando la primera ministra británica Thatcher aconsejó a los blancos y a los negros sudafricanos «comprometerse constructivamente» como una estrategia para acabar con el régimen de apartheid. No hay ni que decir que los dirigentes del movimiento en contra del apartheid rechazaron rotundamente este modelo y en vez de él optaron por diferentes formas de resistencia que acabaron llevando al desmoronamiento del apartheid en Sudáfrica.
Bajo las condiciones de la opresión colonial, ya sea en la Sudáfrica de ayer o en la Palestina de hoy, los proyectos conjuntos que afirman ser «apolíticos» o que tienen el objetivo de promover la música, la ciencia, la protección del medio ambiente, etc., como dominios que están «por encima de la política» inducen a error y son perjudiciales para la lucha en contra de la injusticia. En efecto, al pasar por alto la opresiva realidad de las atrocidades de Israel y su limpieza étnica gradual, estos proyectos legitimizan la opresión y contribuyen a perpetuarla y normalizarla. Además, con frecuencia han desempeñado un papel en manos de la persistente propaganda oficial israelí, especialmente en su bien orquestada pero por el momento inútil campaña «Marca Israel» [8] que vende la imagen de Israel no sólo como una nación «normal», sino también como una «democracia» que sobresale en el arte, la investigación académica y la alta tecnología.
También es importante subrayar que en la mayoría de los casos lo que puede parecer una colaboración «neutral» o «no política» entre palestinos e israelíes no lo es en absoluto. Presentar la enemistad entre palestinos/árabes e israelíes como si fuera fundamentalmente un resultado de no entender a «la otra parte» o algún otro factor psico-cultural sin relación alguna con la realidad de ocupación y apartheid es una postura política por excelencia.
La PACBI es consciente de que ni se pueden considerar por igual todos los proyectos que van en contra del boicot ni todos son inaceptables en el mismo sentido. Dadas las limitaciones de las capacidades humanas del movimiento de boicot se ha vuelto crucial el priorizar lo que es objeto de boicot. Esta priorización es un factor en el que están implicadas múltiples consideraciones que van evolucionando y son de tipo moral y pragmático, y que entre otras cosas tienen en cuenta el grado de complicidad de cada proyecto y el daño que se espera que haga al movimiento global por los derechos palestinos y en contra de la impunidad israelí. Aunque claramente viola las directrices del boicot, no se considera que la Orquesta sea de los proyectos más inaceptables, hablando en términos comparativos.
Más de veinte años de este tipo de proyectos en Palestina, la mayoría de ellos bajo la rúbrica de «compromiso constructivo», no han llevado sino a consolidar la colonización israelí y la progresiva negación de los derechos palestinos al tiempo que se exonera a Israel en el escenario internacional como una entidad civilizada que trata de salvar las distancias con los palestinos originarios. Como hicieron los sudafricanos, los palestinos han aprendido lecciones cruciales de esta importante experiencia histórica: el único resultado de la falsa simetría entre opresor y oprimido es conferir un poder aún mayor al opresor y, por lo tanto, prolongar el derramamiento de sangre y la injusticia. La sociedad civil palestina ha aprendido de esta experiencia e ideado un modelo diferente de resistencia civil, el movimiento de BDS. Los escasos proyectos que permanecen del pasado condenado al fracaso no son simplemente inútiles, sino que representan un modelo que ha demostrado tener unas repercusiones perjudiciales para la lucha del pueblo palestino por la autodeterminación, la justicia y la libertad.
A pesar de su misión musical, la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente, en tanto que un foro motivado políticamente con objetivos políticos que defiende el «diálogo» sin justicia, está en contradicción con el mayoritariamente aceptado criterio de boicot cultural al que se han adherido los palestinos y secundado por amplios sectores del movimiento de solidaridad internacional en apoyo de la campaña de BDS. Cualquier defensor de los derechos palestinos, la justicia, la libertad y una paz duradera que sea moralmente consecuente no puede ignorar este hecho.
[1] http://electronicintifada.net/
[2] http://www.pacbi.org/
[3] http://www.pacbi.org/
[4] http://www.west-eastern-divan.
[5] http://www.barenboim-said.org/
[6] Ibid.
[7] http://www.west-eastern-divan.
[8] http://www.israel21c.org/