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La palabrería no arregla nada

Fuentes: Público

Con palabrería no se arregla nada y los que recurren a la palabrería lo saben. De hecho, la emplean porque no quieren arreglar nada, sea porque los desarreglos les convienen, sea porque no se atreven a afrontar sus causas. El ministro español de Asuntos Exteriores afirma que ya basta de autoflagelarnos por el conflicto de […]

Con palabrería no se arregla nada y los que recurren a la palabrería lo saben. De hecho, la emplean porque no quieren arreglar nada, sea porque los desarreglos les convienen, sea porque no se atreven a afrontar sus causas.

El ministro español de Asuntos Exteriores afirma que ya basta de autoflagelarnos por el conflicto de Oriente Próximo. ¿A cuento de qué emplea Moratinos la primera persona del plural? ¿Cuándo se ha flagelado él, sea en su condición de ministro español, de dignatario de la Unión Europea o de integrante de las Naciones Unidas? Nunca ha mostrado ni pena ni desacuerdo con ninguna de las decisiones -de las indecisiones- exhibidas en esos tres centros de poder. Se ha limitado a decir que preferiría que hubiera paz, como quien desea a todas y a todos felices fiestas y próspero año nuevo. Frases rituales.

Igual de irritante es la pretensión de los muchos místicos que afirman sin parar que «la violencia no resuelve nada». ¿De dónde se han sacado esa bobada? Es la palabrería la que no resuelve nada; la violencia sí, unas veces para bien y muchas más para mal. Basta con dar un breve repaso a la marcha de la Humanidad a lo largo de los siglos para comprobarlo: desde Cartago al desembarco de Normandía, pasando por la toma de la Bastilla y la del Palacio de Invierno, la violencia ha cambiado muchísimas veces el curso de la Historia.

Otra cosa es que la guerra que ha desatado el Ejército sionista en Gaza vaya a salirle bien.

Aunque también es pura retórica la proclama de Hamás, que dice que Israel saldrá «sin duda» derrotada. ¿Por qué habría de ser así? No, desde luego, porque su causa no sea justa. Es de lo más frecuente que las guerras las ganen los malos.