Traducido del italiano para Rebelión por S. Seguí
¿Cuál ha sido la reacción de los palestinos de Cisjordania ante la masacre perpetrada por Israel en Gaza?, le preguntamos a la escritora palestina Suad Amiri, fundadora y directora del Riwad Center for Architectural Conservation, de Ramalá, que se encuentra actualmente en Roma para presentar su último libro No sex in the city.
Durante dos días todos los palestinos estuvimos pegados a los televisores, sin ir siquiera al trabajo, paralizados ante las imágenes transmitidas por la emisora Al Jazeera. Desde el comienzo ha habido una gran solidaridad humana, al margen de la política. La política ha comenzado a emerger con la entrevista concedida por el líder de Hamás Khaled Meshal, desde Damasco, que con un tono muy arrogante invitaba a manifestarse en favor de Hamás. Este llamamiento ha alarmado a las autoridades palestinas. Además, en esos momentos Abu Mazen se hallaba de viaje en el extranjero y, erróneamente, no ha vuelto enseguida.
La gente estaba enmudecida ante los hechos, pero ¿cuándo ha comenzado a salir a la calle?
Desde la primera noche, el 27 de diciembre, en que hubo una manifestación con antorchas, todas las iglesias suspendieron sus ceremonias. El día después, a la una de la tarde, sin ninguna convocatoria, nos hemos encontrado en la calle, en el centro de Ramalá. Estaban todos los partidos con sus banderas, pero no había ningún líder político. Había mucha policía, y cuando desde el checkpoint de Bireh comenzaron a llegar un centenar de militantes de Hamás, entre ellos muchas mujeres, con sus banderas, la policía quiso bloquearlos, pero los demás grupos lo han impedido gritando eslóganes unitarios. Hubo quien propuso retirar las banderas de partido y llevar sólo la palestina. Hubo pequeños enfrentamientos entre Hamás y Al Fatah, debidos a viejas querellas. Había mucha depresión, hasta que Amal Khresche, ex militante comunista, consiguió revivir los ánimos gritando eslóganes unitarios, y así, tras ella y con las mujeres en las primeras filas, una manifestación recorrió la ciudad.
Pero en la televisión hemos visto a la policía atacando a los manifestantes.
Sí, los jóvenes que querían dirigirse al checkpoint donde estaban los israelíes han sido bloqueados, golpeados y algunos arrestados.
¿Por qué no había ningún líder político?
Porque en Palestina no hay ningún liderazgo. Al Fatah se ha desintegrado, como resultado, en primer lugar, de los ataques y los bombardeos de Israel contra Arafat en 2002-2003, y, en segundo lugar, de la guerra civil desencadenada en Gaza.
La gente estaba en la confusión: la impresión era que Abu Mazen no quería oponerse, y sólo después de cinco días éste ha convocado a todos a manifestarse y ha impuesto la participación de los funcionarios públicos. La brutalidad de Israel era contra el pueblo palestino, y la solidaridad era con nuestro pueblo, no contra Hamás.
Sin embargo, el problema de las ayudas es urgente, y hay quienes proponen una fuerza de control en la frontera egipcia…
Israel ha conseguido desviar la atención del bloqueo del paso fronterizo de Erez, debía haberse levantado tras el acuerdo de la tregua con Hamás, al bloque de los túneles, que en cambio había tolerado. Europa, con su bloqueo impuesto al pueblo palestino, ha adoptado una actitud estúpida, y ahora propone controlar el paso de Rafah en lugar de hacerlo con el paso de Erez, que es el lugar de donde provienen todos los productos consumidos por los palestinos. Así, toda la presión se transfiere a Egipto, como si el responsable no fuese Israel.
¿Cuál es el futuro de Abu Mazen?
No podrá seguir en el poder sin un proceso de paz que, por otra parte, Hamás ha eludido. Quizás la elección de Obama pueda ayudar; el modo de pensar en el mundo puede cambiar a partir de la gran potencia. De no ser así, serán los islamistas fundamentalistas los que ganarán terreno porque son los únicos que resisten a la ocupación, y los jóvenes sólo conocen este modo de resistencia. Nosotros, los laicos, hemos perdido los instrumentos para dar sostén a una causa justa, no hemos articulado un modo de resistencia que no sea violento, la resistencia pacífica es considerada en Israel como violencia, y es reprimida como ésta; el precio a pagar es demasiado alto.
Pero, ¿quiere Israel el proceso de paz?
No, estoy convencida que Israel quiere apoderarse de toda nuestra tierra, pero como no puede echarnos al mar debe hacer todo para hacernos sentir derrotados. He aquí el objetivo declarado por diferentes exponentes políticos y militares israelíes: humillarnos e institucionalizar el sistema del apartheid.
S. Seguí pertenece a los colectivos de Rebelión y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar el nombre del autor y el del traductor, y la fuente.
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