La retirada israelí de la Franja de Gaza no hubiera sido posible si no fuera por la heroica y audaz resistencia contra la ocupación a lo largo de los pasados años. La retirada, dicho de otro modo, es la resignación del ejército de ocupación a la inviabilidad de mantenerse en Gaza. Esa resignación es el […]
La retirada israelí de la Franja de Gaza no hubiera sido posible si no fuera por la heroica y audaz resistencia contra la ocupación a lo largo de los pasados años. La retirada, dicho de otro modo, es la resignación del ejército de ocupación a la inviabilidad de mantenerse en Gaza.
Esa resignación es el fruto mayor de la desafiante firmeza que han mostrado los palestinos y su indoblegable voluntad de no arrodillarse ante la sangrienta violencia del agresor. Se quebró la intransigencia israelí de mantenerse y tomó la decisión de largarse de la zona junto con sus colonos.
La salida del estado hebreo no significa el fin de la confrontación contra la ocupación, sino una parada crucial de suma importancia, que abre el horizonte a una nueva etapa de lucha que demanda la elaboración de una nueva y muy delicada fórmula que permita unir dos fundamentales tareas:
1) la reconstrucción de la Franja y la eliminación de las huellas de la ocupación.
2) la continuidad de la lucha en Cisjordania en aras de seguir adelante la marcha independentista.
La continuidad del batallar en Cisjordania significa que la labor de empuñar el fusil no ha terminado y que por delante queda un largo, complejo, costoso y arduo camino.
La experiencia ha demostrado que las negociaciones como única opción, a la sombra de la correlación de fuerzas a favor de Israel, imposibilitan a los palestinos alcanzar sus objetivos nacionales.
Por mucho que traten algunos de enfocar la atención hacia las reacciones del enemigo a las acciones de la Resistencia y plantear que se debe aliviar al pueblo palestino del altísimo costo que ellas significan, la realidad corrobora que si no fuera por esa Resistencia y por ese alto costo, el ocupante no se hubiera ido jamás de la Franja de Gaza.
Los hechos dejan claro que en Cisjordania, el precio a pagar será mucho mayor, teniendo en cuenta que la situación ahí es más compleja y difícil, pero ha de pagarse porque es la única opción.
Ello significa que aún existen desafíos y tareas de lucha de nuestro pueblo en Gaza como parte de la batalla por liberar a Cisjordania y a Jerusalén Este del yugo colonial, así como garantizar el derecho de los refugiados a retornar a sus hogares y propiedades.
A la luz de los previstos acontecimientos, no se puede tener calma y confiar en la buena voluntad del enemigo, sobre todo cuando muchos dirigentes y cuadros de la Franja de Gaza, aún figuran en las listas de candidatos a ser asesinados a manos de las fuerzas de ocupación, con lo que se hace imprescindible protegerlos. En este contexto las verdaderas medidas de protección se contraponen en esencia y forma con la inseguridad interna sembrada por algunos grupos armados, que agota a la sociedad palestina y permite al enemigo lanzar sus golpes.
La inseguridad representa un peligro para todos los hijos de nuestro pueblo sin excepción; la toma de medidas de seguridad para proteger a dirigentes y cuadros, es necesaria, pero se debe tener en cuenta la protección de toda la sociedad.
Tenemos que estar alertas porque el enemigo puede aprovechar cualquier incidente, aunque sea simple, como pretexto para cometer más crímenes y agresiones para encubrir su retirada de Gaza, reanimar a sus soldados y limar las asperezas y fisuras que dicha salida dejó en el seno de la sociedad israelí y dentro de sus fuerzas políticas.
Al enemigo no debemos darle el más mínimo pretexto, tenemos que estar atentos a todos sus movimientos y prepararnos para la contienda que implica darle un papel principal al fusil de la resistencia, cuya protección es un deber patriótico para todos sin excepción.
Los días venideros para Cisjordania serán muy duros y abrirá, entre el pueblo palestino con sus diferentes fuerzas políticas y la ocupación, una serie de batallas, como la destrucción del Muro, la detención del colonialismo, la preservación del carácter árabe de Jerusalén y la expulsión de la agresor.
La batalla no estará circunscrita a Cisjordania, sino abarcará Gaza y el destierro. Es más, creemos que la Franja de Gaza debería desempeñar un rol fundamental en apoyar a Cisjordania estando en el corazón de la batalla misma. A partir de allí se adelanta el fusil de la Resistencia para ocupar un lugar de avanzada en la batalla.
La Franja de Gaza es la primera porción de la liberada tierra palestina y estará siempre vinculada a la contienda por la liberación del resto del suelo palestino, pues queda mucho territorio bajo ocupación. Por eso, frente a todo tipo de agresión, debe contar con todo el poder para que el fusil de la Resistencia esté junto al fusil de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
La ANP es la única facultada a administrar las cuestiones de Gaza mediante mecanismos que permitan a las organizaciones de la Resistencia asumir sus responsabilidades, pero desde la propia Autoridad y a través de sus organismos e instituciones, y no desde organismos paralelos.
Debe existir una concordancia política a nivel nacional que permita trazar el papel de la resistencia en la próxima etapa, sin rebasar el papel de la ANP. La convivencia entre ambas partes es vital y necesaria para favorecer el interés nacional.
Bajo ningún pretexto político o ideológico, el fusil de la Resistencia puede convertirse en sustituto y/o competidor del fusil de la ANP en la administración de los asuntos cotidianos de la Franja de Gaza.
El fusil de la Resistencia está aún en el principio del largo y áspero sendero de la liberación y no se puede hablar de abandonarlo por ser una necesidad nacional que nunca puede estar en contraposición a los intereses del pueblo palestino.
La resistencia es la de todos los destacamentos palestinos que enfrentaron a las fuerzas de la ocupación y sus colonos. Es la resistencia de todas las clases, sectores y tendencias políticas del pueblo y de todos los que lucharon calladamente sufriendo hambre, sed, destierro y de los que murieron en silencio bajo los escombros de las viviendas destruidas por los actos de barbarie de las tropas sionistas. Por tanto ninguna parte por sí sola puede adjudicarse la victoria como algo exclusivo.
La victoria pertenece a todo el pueblo palestino y a todos los hermanos árabes y amigos del mundo que apoyan y están junto a nuestra causa.
Editorial del Frente Democrático para la Liberación de Palestina jueves, 22 de septiembre