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La resistencia palestina unida vence al sionazismo y vestirá a la patria de independencia y soberanía

Fuentes: Rebelión

El modus operandi de la Operación Plomo Fundido apuntaba a la idoneidad del imaginario de los soldados. Un estudio de HRW sobre el uso “ilegal” del fósforo blanco encarnaba la metáfora de las hormigas quemadas. Causando “quemaduras horribles”, a veces hasta el hueso, el fósforo blanco alcanza una temperatura de 1.500 grados Fahrenheit (816 grados Celsius). HRW informaba de que Israel “había hecho explotar reiteradamente fósforo blanco sobre las áreas pobladas, matando e hiriendo a civiles, y dañando las estructuras civiles, incluyendo una escuela, un mercado, un almacén de ayuda humanitaria y un hospital”. Las IDF dispararon fósforo blanco sobre los cuarteles generales de la UNRWA, en Ciudad de Gaza, “ a pesar de las advertencias múltiples del personal de las Naciones Unidas sobre el posible daño a civiles”; en la escuela de la ONU de Beit Latiya incluso aunque “la ONU había proporcionado a las IDF las coordenadas GPS de la escuela antes de que empezaran las operaciones militares”; y, en el hospital Al Quds, aunque “estaba claramente señalizado y no parecía haber enfrentamientos en las zonas cercanas”. HRW también señalaba que “todos los proyectiles de fósforo” que recolectaron en Gaza estaban fabricados en Estados Unidos. Del libro GAZA. Una investigación sobre su martirio. Autor, el gran historiador estadounidense Norman G. Finkestein. Traducción de Ana Useros Martín. Ediciones Siglo XXI.

Los colonos, los ocupantes de Palestina, los invasores tienen miedo al pueblo palestino unido, puesto que si está unido hace ver con máxima claridad la verdad, y por eso le han secundado los pueblos del mundo. La bandera palestina ha envuelto al planeta, ha defendido con la vida que la sostiene a quienes aman la justicia, la paz, la igualdad, y la independencia.

La resistencia palestina es la que ha sido capaz de cortar la tela que estaba en discusión, ahora hace falta que las mismas manos hagan el traje. La resistencia ha demostrado a todos y a ella misma que la unidad es capaz de conseguir lo que se proponga, derrotar a los sionazis, a los genocidas, les ha hecho retroceder y tener miedo, ha derrotado a Oslo, al Acuerdo del siglo, al Acuerdo de Abraham, ha dejado por los suelos a los traidores que a su traición le llamaron normalización con Israel. Desde los territorios invadidos en 1948 a Sheij Yarrah, a la Mezquita de Al-Aqsa, a Cisjordania, a Gaza, el pueblo palestino en la 3ª Intifada, encendida el 10 de mayo, ha ido consiguiendo la victoria política disparando la verdad con los pueblos todos del planeta. El ente israelí y su padrino, EEUU, se han quedado solos por criminales. No es casual que los gobiernos del mundo hayan visto lo que significa para los pueblos ser un estado canalla, por eso hasta los mismos aliados del imperio han manifestado en la ONU su desacuerdo con la pareja, aunque, eso sí, ésta ha impedido una resolución del Consejo de Seguridad en su contra. A pesar de su tropelía, los pueblos, en solidaridad con Palestina-Gaza han cambiado la dirección de la guerra y las condiciones.

Si Gaza fue masacrada durante 11 días, cientos de mártires, entre los que se encuentran cerca de 100 niños y niñas, 1.500 heridos, cientos de viviendas demolidas, y la Torre Al-Jalaa, en la que se encontraban los medios de comunicación extranjeros, destruidas las calles que conducen a los hospitales, a las universidades, mezquitas destruidas, centros de suministro de agua destruidos, alcantarillado, alumbrado, cementerios, … toda la destrucción posible en medio de la pandemia para la que no se cuenta con defensas, y, aun así, fin: la respuesta del pueblo palestino, de la resistencia unida, de los refugiados y del mundo del internacionalismo solidario ha hecho saltar todas las defensas con que cuenta el sionazismo, ni sus medios de propaganda, ni su padrino el imperialismo, ni su ejército mercenario han podido con la resistencia.

Tras la rendición israelí las calles de la nación palestina se han llenado de alegría con manifestaciones festivas, fuegos artificiales, abrazos, cánticos, y con el amor a los mártires.

Ya es hora de romper el bloqueo a Gaza, necesita alimentos, medicinas, agua, personal médico, medios para la reconstrucción, ayuda en todos los órdenes, y debe llegar el castigo a los culpables y a sus apoyadores. Es la mejor hora del Boicot, la Desinversión y las Sanciones, y en esa dirección ha habido numerosos inversionistas que han empezado a retirarse buscando un lugar más tranquilo para su dinero, de la misma forma se cuentan por miles los colonos que han comprado billetes de avión para irse, y el negocio del turismo se ha hundido, si el sionazismo tenía su crisis económica ahora se le agudiza.

Es hora de que la la resistencia se afiance caminando al objetivo de la soberanía y la independencia, y es hora de que la solidaridad internacionalista desarrolle su trabajo unida frente a sus gobiernos que callan para sacar tajada de la guerra y del colonialismo. Un ejemplo inolvidable que a todos éstos les rompe la cara de hipócritas es el de Cuba, el ejemplo de antiimperialismo por excelencia, Cuba ha llamado a la unidad de todos los países libres en torno a la defensa de Palestina, y ha convocado a los No Alineados.

Si ayer destacaba a un eurodiputado irlandés por su llamamiento en el europarlamento para aislar a Israel y denunciaba a quienes representan a los países europeos por su silencio, hoy ha tomado su lugar la actriz Natalia Portman, nacida en Israel, pues ha rechazado el Premio Génesis “porque no quiero aparecer junto a Netanyahu, … el maltrato hacia quienes sufren hoy sus atrocidades, no está en línea con mis valores judíos”.

Por lo que respecta a Biden y su equipo sionazi, encabezado por Robert Menéndez, parece que ha pasado de entregar bombas de precisión al ejército recolonial para que mate niños y niñas, mujeres y hombres en el menor tiempo posible, a querer aparecer como distanciados del grupo terrorista al que financia y defiende, pero a la vez impidiendo que salga la resolución de condena al ente sionazi del Consejo de Seguridad. En medio de todo, el mismo Biden amenazó con atropellar a una periodista por preguntarle qué le parecía lo que hacía Israel, “ponte delante del coche y así te lo demuestro”. Biden es el que en 1986 declaraba que si Israel no existiese tendrían que inventarlo, y también es el que siendo vicepresidente con Obama se frotaba la manos de alegría cuando los asesinos asaltaron el Mavi Marmara en aguas internacionales, asesinaron a 9 tripulantes y secuestraron al resto de la tripulación, la encarcelaron y les robaron todo lo que llevaban.

Biden-Netanyahu y su equipo sionazi estadounidense frenarán la propuesta del senador Sanders para que no se envíen armas al régimen racista de Israel, pero la batalla de mayo de 2021 la han perdido: no han engañado ni dividido a los pueblos que han defendido a Palestina, no han contenido a la población refugiada, no han disuelto al pueblo que ha defendido Sheij Yarrah, la Mezquita de Al-Aqsa, Cisjordania, Gaza, no han callado las baterías palestinas, no han localizado sus talleres, no han derrotado a la resistencia unida.

La resistencia palestina unida, que ha cortado bien la tela de la batalla, ahora debe continuar el trabajo y no desperdiciar su fuerza, y con manos de hayyat (palabra árabe que significa sastre) terminar el traje de la nación palestina, poniendo fin a la ocupación, acabando con el racismo, el apartheid, la limpieza étnica, para vestir a la patria de independencia y soberanía.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de Estudios Sociales AMANE, Miembro de la Alianza Europea para la Solidaridad con los Detenidos Palestinos. Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista.