Recomiendo:
0

Entrevista a Enrique Ojeda, sindicalista de Co.bas

«La respuesta no puede ser otra que continuar la lucha. Unidad sí, pero para luchar, no para el diálogo social»

Fuentes: Rebelión

Enrique, ¿cuál es tu valoración de la reciente Huelga General? La valoración es positiva. Por no hacer una relación extensa de los sectores que fueron a la huelga, de todos conocidos, y dada también la brevedad que me pedís en la respuesta, me limitaré a dar un par de datos que resumen esta valoración positiva. […]

Enrique, ¿cuál es tu valoración de la reciente Huelga General?

La valoración es positiva. Por no hacer una relación extensa de los sectores que fueron a la huelga, de todos conocidos, y dada también la brevedad que me pedís en la respuesta, me limitaré a dar un par de datos que resumen esta valoración positiva. El Mundo , que como sabemos fue uno de los medios de desinformación que más habló antes y después contra la Huelga General, decía «… Donde no pareció calar hondo la convocatoria fue entre el funcionariado público, con una notable disparidad entre los datos de los sindicatos y el Gobierno»…  Es decir, si ahí no calo hondo la huelga, significa que en el resto de sectores sí caló. Ellos mismos hablan de sectores como el transporte, la industria, etc. Es de todos conocido que el consumo de energía eléctrica el 29-S fue similar al de un día festivo, dato que tampoco nadie cuestiona y que constata que la huelga no fue un fracaso, como ha intentado plantear (sin conseguirlo) la derecha económica, política y mediática. Básicamente podemos decir que los sectores tradicionales de la clase obrera fueron a la huelga el 29-S: metal, construcción, transporte, etc.

El piquete patronal (amenazas de despidos o de no renovación de contratos en sectores como el comercio, la hostelería, etc.) fue determinante para que muchos de estos trabajadores y trabajadoras no se sumaran a la huelga, pero sí se sumaron por la tarde a las manifestaciones, ya que ahí no era efectiva la amenaza patronal. Los otros piquetes patronales, en las puertas de El Corte Inglés, también hicieron su trabajo al impedir, con sus acciones «democráticas», que los piquetes informativos pudiésemos arropar a ese conjunto de trabajadores y trabajadoras que querían y podían haberse sumado al paro pero a los que «democráticamente» se les había impedido, mediante la campaña «democrática» de las amenazas patronales, la presión de falsimedia y el piquete tradicional y «democrático» de cascos y porras que, por ejemplo, informó a los compañeros de Construcciones Aeronáuticas de Getafe mediante… su «hoja informativa» de tiros y de balas. En resumen la huelga fue positivo, y eso pese a la campaña insistiendo en que fue un fracaso. Las llamadas a buscar vías de diálogo son la expresión de que el capital ha encajado el golpe.

¿Cuál es la valoración que haces en tu localidad y sector productivo en particular?

En el ámbito de la Comunidad de Madrid, salvo el problema del Metro, que no es posible explicar en la brevedad de la respuesta a esta pregunta, la huelga fue más fuerte de lo esperado, teniendo presente el empeño de Esperanza Aguirre de impedir la huelga a cualquier costo. Lo elevado de los servicios mínimos, el despliegue policial y la presión de su televisión tuvieron su primera respuesta a las 12 de la noche, cuando «Teleespe» no pudo emitir su telediario. El resto es de todos conocido. La Gran Vía de Madrid estuvo toda la mañana cortada con un piquete de varios miles de personas que la recorrían de arriba abajo. Los polígonos industriales de la periferia de Madrid, la construcción y la mayor parte del transporte fueron a la huelga.

En cuanto a mi localidad de trabajo, Móstoles, decir brevemente que pararon el 80% de las dependencias municipales, no se recogió la basura y los autobuses interurbanos que comunican con Madrid hicieron paro total, así como una parte importante de los polígonos industriales.

¿Cuál es tu previsión para lo sucesivo? ¿Crees que, en lo inmediato, se avecina un otoño caliente?

Para contestar es necesario previamente hacer algunas consideraciones. La Paz Social impuesta por la cúpulas de CC.OO y UGT, mediante lo que se conoce como «Diálogo Social», ha supuesto que lo que ahora se quiere aplicar al conjunto de la clase obrera sea, en realidad, lo que ya llevan soportando hace años los sectores más explotados y precarizados de dicha clase: despido barato, temporalidad, bajos salarios, jornadas de trabajo desreguladas, etc. Por eso, la aparición en escena, mediante la huelga, del conjunto de la clase supone una ruptura con esta política de conciliación de intereses inconciliables que es el Diálogo Social. Las últimas declaraciones de Díaz Ferrán, hablando de más jornada y menos salario, llevan aplicándose desde hace muchos años. De ahí que ese llevarse las manos a la cabeza de algunos comentarista «progres» y de la dirección de las cúpulas sindicales darían risa, si la cosa no fuese tan dramática.

La declaración del Diálogo Social habla, lisa y llanamente, de adaptar los salarios a la productividad y eso es, ni más ni menos, lo que dice Díaz Ferrán. Los Acuerdos de Negociación Colectiva firmados hasta el 2013 no son más que eso. Para este año, lo acordado entre Patronal y Sindicatos es un abanico salarial entre el 0 y el 1%. Las previsiones son que lleguemos al 2% al final de año.

Dada esta situación y la negativa del gobierno a retirar la Reforma Laboral, su afán en retrasar la edad de jubilación y la política de recortes en todos los gastos sociales suponen una continuidad en la implantación de la política de ajuste que necesitan las burguesías española y europea para seguir manteniendo su tasa de beneficio a costa de precarizar nuestras condiciones de trabajo. Hay que recordar que esto no es una novedad y que los males no empiezan en el 2007, con el reconocimiento de la crisis. Dos millones de parados, cinco millones de temporales, 600 euros de salario mínimo, jornadas muy superiores a la 40 horas estipuladas, despido libre y barato para todos los trabajadores y trabajadoras que se han incorporado al mundo del trabajo en los últimos 10 ó 12 años… Son datos de antes de la crisis. Lo que pretenden la burguesía y el gobierno que las representa es empeorar para el conjunto de la clase las condiciones de explotación y, así, mantener su tasa de beneficio. Lo que nos ocurra a nosotros no les importa. Para el capital sólo somos máquinas de generar riqueza y, en su lógica y en la ley, esa riqueza (que nosotros producimos) se la apropian por unos u otros medios.

Por eso la pregunta se contesta por sí sola. Las condiciones de explotación siguen empeorándose. La respuesta ha sido la Huelga General. El gobierno mantiene y amenaza con más medidas contrarias a nuestros intereses. La respuesta no puede ser otra que continuar la lucha, y no sólo con la oposición a las mismas y por la retirada de la Reforma Laboral y el pensionazo. Pasa también por incorporar a las reivindicaciones un plan de salida de la crisis que mejore nuestras condiciones de vida y que podemos resumir en: ni un parado sin prestación mientras esté en esa situación. Reparto del trabajo existente, reducción de la jornada a 35 horas por ley sin rebaja salarial. Ningún desahucio. Expropiación de los sectores estratégicos de la economía. Nacionalización de la banca, etc., etc. Y sobre todo, por el abandono de la política de conciliación de clases que significa el Diálogo Social.

¿Cómo contemplas la confluencia con otras fuerzas sindicales o políticas?

La experiencia que tenemos en Madrid con la Plataforma «Hay que pararles lo pies», de la que Co.bas forma parte desde su inicio, es muy positiva, y creo que imprescindible para continuar con la lucha tras la Huelga General. Hay que mencionar igualmente, como una experiencia positiva, la reunión, el pasado 12 de septiembre en Madrid, de más de treinta organizaciones sindicales, políticas y sociales de todo el Estado. El acuerdo, que muchos conocerán, fue el apoyo a la Huelga con nuestras propias reivindicaciones y la decisión y el compromiso de continuar en esa línea tras el 29-S con un plan propio que pasa, en principio, por hacer, hacia finales de noviembre, una jornada de lucha -a concretar- en diversos sectores y territorios. En Madrid ya hemos decidido hacer coincidir esa jornada de lucha con la Huelga General convocada por los compañeros portugueses para el 24 de noviembre. La idea es que eso sea posible hacerlo en el todo el Estado. Hay que tener presente que las luchas aisladas en los distintos estados de la UE no son suficiente para hacer frente a este ataque del capitalismo internacional y europeo, además del propio de cada país, y por eso la idea de la huelga general europea debe ser un objetivo lo más pronto posible. En conclusión, no es posible enfrentar esta guerra social que nos ha declarado el capital sin la mayor unidad de acción posible, pero dejando claro, como decimos en las manifestaciones, que unidad sí, pero para luchar, no para el Diálogo Social.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.