Recomiendo:
0

La solidaridad tricontinental y Palestina hoy

Fuentes: Afro-Middle East Centre

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

«Al defender sus derechos nacionales el pueblo palestino ha defendido los derechos de todos los revolucionarios del mundo y la sangre derramada por sus hijos es como la sangre de nuestros propios pueblos», Fidel Castro, 23 de agosto de 1982. [1]

La muerte de Fidel Castro ha supuesto para muchas personas una oportunidad para reflexionar acerca del pasado y presente de Cuba. En este artículo queremos revisar las contribuciones de la revolución cubana a las luchas de los pueblos en todo el mundo y en particular a la del pueblo palestino. Firmemente convencida de la necesidad del internacionalismo, Cuba desempeñó un papel fundamental en fortalecer los conceptos de solidaridad, de acercamiento de los pueblos y de apoyo a las luchas de solidaridad por toda América, África y Asia. Durante décadas Cuba ha sido para el pueblo palestino un importante aliado y la puerta de acceso a los movimientos de liberación en América Latina.

Hoy, cuando muchos movimientos en todo el mundo se esfuerzan por entender, redefinir y practicar formas eficaces y contemporáneas de internacionalismo y de solidaridad, el examen de esta historia y de los esfuerzos actuales puede contribuir a identificar nuevas aportaciones para conformar las relaciones globales entre los pueblos.

Palestina y la Conferencia Tricontinental en Cuba

En la primera década después de la Nakba («catástrofe», en árabe), en la que la creación de Israel en 1948 supuso la expulsión de la mayoría del pueblo palestino de su patria y la transformación de las aspiraciones de asentamiento colonial del movimiento sionista en un Estado basado en el apartheid, la limpieza étnica, la ocupación y la agresión, el pueblo palestino tenía dos tareas principales ante sí. Por una parte, tenía que organizar las estructuras de resistencia y, por otra, tenía que concienciar acerca de la existencia, los derechos y los motivos de su lucha al tiempo que rebatía la idea de que la expulsión del pueblo palestino de su patria y la creación de un nuevo régimen colonial en la tierra palestina en cierto modo se podía justificar como una reparación por el holocausto nazi. En menos de una década la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) logró una proeza increíble, establecer relaciones sólidas y concretas con pueblos, gobiernos y movimientos desde Asia a América Latina. El trabajo de aquellos años garantizó que hasta el día de hoy una gran mayoría de los gobiernos del mundo apoye a Palestina, aunque solo sea nominalmente, en las votaciones en las Naciones Unidas. Esto no habría sido posible sin el apoyo de algunos de los líderes, gobiernos y movimientos que determinaban el mundo en aquellos días.

Los dirigentes árabes (en especial el presidente egipcio Jamal Abdel Nasser), el presidente indio Jawaharlal Nehru y los líderes de la República Popular China fueron los primeros que contribuyeron a situar la causa palestina en la agenda del Movimiento de Países No Alineados y de los países socialistas, y a elevarla a la categoría de lucha fundamental que incluía las aspiraciones anticoloniales y antiimperialistas. Su apoyo garantizó unas relaciones fuertes con Asia.

El avance de la causa palestina en África empezó con el apoyo de Nasser y del primer ministro argelino Ahmed Ben Bella en la Organización de la Unidad Africana (OUA). Fundada en 1963, la OUA desempeñó un papel fundamental en el apoyo a los movimientos africanos de liberación del colonialismo. La existencia de unas sólidas relaciones ideológicas, militares y económicas entre la Sudáfrica del apartheid e Israel, al utilizar ambos el apartheid como marco para preservar un régimen de asentamiento colonial en el siglo XX, y las relaciones directas entre el Congreso Nacional Africano y la OLP fortalecieron el apoyo al pueblo palestino en toda África.

La introducción del pueblo palestino en América Latina se debió en gran parte al apoyo recibido de Cuba, en particular durante la Conferencia Tricontinental celebrada en enero de 1966 en La Habana. El pueblo palestino desempeñó un papel a menudo olvidado en la creación de este acontecimiento histórico que reunió a más de 500 representantes de ochenta y dos delegaciones. [2] Uniendo la experiencia del Movimiento de Países No Alienados y de las luchas de liberación nacional y socialista en el Sur global, tendió puentes entre las líneas divisorias tanto geográficas como ideológicas que había entre los movimientos revolucionarios en América Latina y las luchas y gobiernos anticoloniales africanos y asiático. Entre los delegados había figuras destacadas como Fidel Castro, Salvador Allende y Amilcar Cabral. De hecho, fue en Gaza donde se acordó celebrar una Conferencia Tricontinental. En 1961 el Comité Palestino para la Solidaridad Afroasiática albergó una reunión de la Organización de la Solidaridad Afroasiática vinculada al Movimiento de Países No Alienados. [3] L a reunión, celebrada en Gaza en señal de solidaridad con el pueblo palestino y árabe, supuso un avance significativo hacia la creación de la Conferencia Tricontinental.

La Primera Conferencia Tricontinental abrió América Latina al movimiento de liberación palestina. Una representación considerable de representantes de diferentes facciones de la OLP participó en ella y presentó el caso de Palestina. Forjaron lazos de solidaridad y profundizaron su conocimiento de las luchas de América Latina.

Definir la solidaridad: el espíritu tricontinental

Una vez reunidos en La Habana, los delegados desarrollaron lo que se llegó a conocer como un «espíritu tricontinental». Estaban imbuidos de un sentido de urgencia de formar, en palabras de la declaración de la conferencia, una alianza única contra «el sistema de opresión y explotación del colonialismo, neocolonialismo e imperialismo» [4] y de concebir formas eficaces de cooperación. Aunque en aquel momento los debates sobre la solidaridad estaban centrados en la resistencia del pueblo vietnamita, incluso entonces la lucha palestina contó con un lugar destacado. La declaración final de la Conferencia Tricontinental pidió específicamente «la solidaridad de todos los pueblos con el pueblo árabe de Palestina en su justa lucha por la liberación de su patria del imperialismo y de la agresión sionista». [5] Del mismo modo que la causa palestina fue una parte fundamental del espíritu tricontinental, la OLP consideró su lucha una parte de las campañas globales anticoloniales y antiimperialistas. El presidente de la OLP, Yasser Arafat, declaró en una visita a Cuba en 1969:

«La alianza del movimiento árabe y palestino de liberación nacional con Vietnam, la situación revolucionaria en Cuba y en la República Popular Democrática de Corea, y los movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina es el único camino para crear un campo capaz de hacer frente al campo imperialista y de triunfar».

En su carta a la Conferencia Tricontinental Che Guevara señaló acertadamente que la solidaridad «no es cuestión de desear la victoria a quienes están siendo atacados». [6] Este llamamiento a la concreción en las acciones fue un elemento fundamental de la conferencia. Los encuentros en La Habana fortalecieron las relaciones cubano-palestinas y establecieron la base para una cooperación concreta entre la OLP y las luchas de liberación en América Latina. Desde entonces movimientos como el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional en El Salvador, el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua y Montoneros en Argentina mantuvieron estrechas relaciones con la OLP. Activistas latinoamericanos lucharon juntos con los movimientos palestinos y los movimientos palestinos adiestraron y suministraron armas a movimientos de liberación nacional en América Latina. El portavoz sandinista Jorge Manda afirmó en un entrevista en 1979:

«Hay una unión de sangre de larga data entre los revolucionarios palestinos y nosotros. Muchas unidades del movimiento sandinista han estado en bases revolucionarias palestinas en Jordania. A principios de la década de 1979 se derramaron juntas sangre palestina y nicaragüense en Amman y en otros lugares durante las batallas del Septiembre Negro». [7]

Las relaciones que se forjaron y fortalecieron durante la Conferencia Tricontinental dieron importantes frutos en el plano oficial y diplomático. Cuba se convirtió en uno de los más firmes defensores de la causa palestina en los foros internacionales. Cuba presentó conjuntamente la resolución de la ONU 3379 que definía el sionismo como «una forma de racismo y discriminación racial» basándose en resoluciones existentes del Movimiento de los No Alineados y de la Organización de la Unidad Africana. Durante las décadas de 1960 y 1970 muchos países del Sur global rompieron relaciones diplomáticas con Israel. [8] Ya en los primeros años de existencia de la OLP la lucha palestina se convirtió en un símbolo de resistencia y en inspiración para los movimientos progresistas, de izquierda y de justicia social por todo el Sur global, y para finales de la década de 1960 el movimiento había establecido cada vez mas relaciones tanto en Europa como en América de Norte.

Reencuentros en la Conferencia Mundial contra el Racismo en Durban

Por desgracia, la década de 1990 fue testigo del debilitamiento, si no el colapso, de muchos de los esfuerzos por construir una solidaridad global entre los pueblos en lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo. El colapso del bloque socialista atestó un golpe casi fatal incluso a la idea del no alineamiento y las luchas globales anticapitalistas se encontraron ante desafíos cruciales. Las intervenciones estadounidense y europeas acabaron con los últimos restos del nacionalismo árabe. Para el pueblo palestino el periodo del proceso de «paz» de Oslo en el que mediaron Estados Unidos y Europa reflejó un nuevo paradigma: los movimientos palestinos, que se habían quedado prácticamente sin ningún refugio seguro en el mundo árabe y a principios de una década en la que Occidente dominaba un orden mundial unipolar, centraron gran parte de sus relaciones internacionales en Estados occidentales.

No obstante, para el año 2000 era evidente que no iba a haber una «Pax Americana» en ninguna parte y mucho menos en Palestina: siguieron aumentando las agresiones militares, no solo en el mundo árabe, y en vez de crear un Estado palestino en las fronteras de 1967 las colonias israelíes aumentaron drásticamente en la ocupada Cisjordania, con lo que se robó aún más tierras y recursos palestinos, y se aceleraron las políticas de limpieza étnica en los territorios palestinos. En septiembre de 2000 estalló otro levantamiento popular, la Segunda Intifada, y fue ahogado en sangre en 2002 cuando las fuerzas israelíes llevaron a cabo operaciones militares a gran escala en la ocupada Cisjordania y empezaron a construir un muro del apartheid que tiene ocho metros de altura y una extensión de más de 700 kilómetros, y que encierra pueblos y ciudades palestinos. Israel cimentó literalmente sobre el terreno sus planes para una solución definitiva para el pueblo palestino en forma de un sistema de bantustanes, similar al intento del régimen de apartheid sudafricano de contener a la población negra en reservas aisladas. Durante muchos años Gaza ha sido una cárcel a cielo abierto mientras que Israel sigue imponiendo políticas de limpieza étnica a la población palestina en aproximadamente el 60 % de la ocupada Cisjordania. El derecho al retorno de los refugiados, que constituyen la mayoría de la población palestina, parece más lejos de implementarse que nunca y los ciudadanos palestinos de Israel sufren cada vez más discriminación racial y desplazamientos. Por consiguiente, el final del período de Oslo ha desencadenado la urgencia de desarrollar nuevas estrategias y de recuperar alianzas perdidas .

Para Palestina la Conferencia Mundial en Contra del Racismo celebrada en Durban en 2001 se celebró en el momento adecuado para devolver centralidad a un país del Sur global, Sudáfrica, y recuperar un argumento casi abandonado acerca de la naturaleza racista del sionismo. Hay que situar dentro de este marco la decisión del movimiento popular de calificar de «Muro de apartheid» ese proyecto de infraestructura de Israel.

El reencuentro con Sudáfrica y el legado de su movimiento en contra del apartheid inspiró fuertemente el llamamiento palestino al boicot, la desinversión y las sanciones [contra Israel] (BDS) emitido el 9 de julio de 2005 por más de 170 organizaciones palestinas de todo el territorio histórico y la diáspora . Este llamamiento, que unió a todos los partidos políticos palestinos y a los principales sindicatos y redes, creó una vez más una estrategia unida de acción a escala internacional. La lógica del llamamiento de BDS es básica: una empresa capitalista y colonial solo sobrevivirá mientras produzca beneficio. Como respuesta directa a la incapacidad de los gobiernos estadounidense y europeos para garantizar al pueblo palestino una solución justa, el llamamiento de BDS es un llamamiento a todas las personas del mundo que comparten el objetivo común de luchar contra la injusticia, la opresión y la exclusión. Es un llamamiento a los gobiernos a que respondan a las voces de sus pueblos o que, cuanto menos, no están intrínsecamente en deuda con Israel.

El contexto de un espíritu tricontinental del siglo XXI

Cincuenta años después de la Conferencia Tricontinental el contexto en el que opera el internacionalismo ha cambiado radicalmente. Aunque Cuba ha seguido siendo una referencia durante todo este tiempo y la lucha palestina ha siguido siendo un símbolo mundial de resistencia, resiliencia y esperanza para las luchas por la justicia social, en la mayoría de los países que en aquel momento apoyaron al pueblo palestino la firma de acuerdos neoliberales de comercio e inversión ha sustituido a los vínculos de solidaridad. Mientras tanto, unos movimientos que en su momento estuvieron junto al pueblo palestino y recibieron apoyo y entrenamiento palestinos, han llegado al poder y han favorecido las inversiones israelíes anteponiéndolas al legado histórico .

Estos cambios de posicionamiento de los movimientos y gobiernos nacionales reflejan la desaparición de las aspiraciones anticoloniales como objetivo alcanzable para los Estados, así como las transformaciones económicas. Nunca antes en la historia el capital transnacional había tenido unas instituciones y marcos regulatorios tan sofisticados que protegieran e implementaran sus intereses . Esto no significa el fin del papel del poder del Estado, sino que lo configura de manera diferente frente al capital transnacional, que está profundamente vinculado a los gobiernos nacionales y a las instituciones estatales. En las últimas décadas esta idea caló en los movimientos de todo el mundo y, por consiguiente, empezaron a centrarse mucho más en sus luchas contra estas estructuras e intereses corporativos.

Otro cambio fundamental se produjo con el cada vez mayor espacio ocupado por las economías «emergentes» en Asia, África y América Latina en términos de comercio mundial y PIB mundial . En 2015 solo los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tenían un PIB nominal de 16.92 trillones, equivalente al 23.1 % del PIB global, [9] igual al de la UE. El porcentaje de los BRICS en las exportaciones globales pasó del 8 % en 2000 al 19 % en 2014. [10] En las últimas décadas se han creado corporaciones transnacionales que se basan en el capital de los países BRICS. Teóricamente esto confiere a los países emergentes un mayor potencial de influencia económica y política. No obstante, la realidad es que este avance no ha acabado en absoluto con las estructuras imperialistas y coloniales: los pueblos de África, Asia y América Latina siguen pagando el precio de la explotación colonial e imperialista. Los Estados occidentales, incluidos Israel y sus corporaciones transnacionales, siguen cosechando los beneficios clave del sistema. Los pueblos de Asia, África y América Latina siguen atrapados en guerras por delegación y siguen siendo reprimidos brutalmente cada vez que se rebelan en contra del sistema. En este contexto Israel actúa no solo como un bastión imperialista en Asia occidental sino que en la era de la «guerra mundial contra el terrorismo» se ha convertido en el laboratorio más rentable del mundo y en exportador de conceptos y tecnología de represión y de sistemas orwellianos de vigilancia.

El complejo militar industrial israelí que fomenta las guerras de agresión y represión de Israel y se aprovecha de ellas siempre ha dependido de las exportaciones para su supervivencia. Hoy exporta hasta el 80 % de su producción . [11] Entre 2010 y 2015 ocho de los diez mayores importadores de armas israelíes estaban en el Sur global, incluidos India, Turquía, Singapur, Vietnam, Colombia y Brasil. [12] En 2013 Israel exportó armas por valor de casi 4.800 millones de dólares a Asia, África y América Latina, mientras que a América del Norte y Europa solo fueron [armas por valor de] 1.700 millones. [13] Los primeros clientes de la industria militar israelí (creada después de la guerra de 1967) y que supusieron una aportación fundamental a esta industria fueron las dictaduras de América del Sur y Centrales, las cuales utilizaron ese armamento para reprimir a los movimientos de liberación con los que había cooperado la OLP desde la Conferencia Tricontinental. Hoy en día Israel sigue obteniendo beneficios de la represión y el genocidio en América Latina y otros lugares. En Rio de Janeiro los adiestradores israelíes enseñaron sus conocimientos a algunas de las brigadas de policía más brutales del planeta. [14] Israel estuvo implicado directamente en el genocidio de Rwanda.[15] La cooperación de seguridad y militar entre India e Israel ha exacerbado los conflictos internos existentes por medio de la propaganda antimusulmana, el suministro de armas [16] y el adiestramiento [17] para reprimir los movimientos en Cachemira que luchan por su autodeterminación.

Además, el Sur global desempeña un papel cada vez más importante en el mantenimiento de la economía israelí por medio del comercio civil. Tanto la crisis económica de 2008 como las victorias del cada vez más extendido movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) en Europa han contribuido a limitar los beneficios que puede obtener Israel de sus relaciones económicas con Europa. En los últimos cinco años las exportaciones israelíes a Estados Unidos han disminuido en 342 millones de dólares, lo que convierte al mercado estadounidense en el mercado israelí que más se ha reducido en términos de valor neto de los bienes exportados. [18] Las exportaciones desde Israel hacia muchos Estados de la Unión Europea también tienen índices negativos de crecimiento. A consecuencia de ello, la clase dirigente financiera de Israel se ha orientado hacia el Sur global, especialmente a Asia. Leo Leiderman, economista jefe del Banco Hapoalim, afirmó: «Las exportaciones israelíes a los mercados emergentes equivalen a aproximadamente el 36 % de las exportaciones totales de bienes, un porcentaje similar al de los mercados emergentes en el comercio mundial […] Los mercados asiáticos, encabezados sus dos gigantes, China e India, tienen una importancia fundamental para el crecimiento de las exportaciones israelíes en las próximas décadas». [19] China ya es el tercer destino de las exportaciones de Israel e India el séptimo. Ambos países están negociando actualmente acuerdos de libre comercio con Israel. Beijing, que cuenta con un 14.37 % del total de las importaciones israelíes (excluyendo los diamantes) procedentes de China, es el principal importador de productos israelíes, incluso por delante de Estados Unidos, que cuenta con un 13.42 %. [20] Todos los países BRICS juntos suponen un 20.7 % de las importaciones israelíes. [21] En los últimos cinco años en todos los países BRICS han aumentado las tasas anuales de las exportaciones israelíes . Actualmente las exportaciones israelíes a Asia exceden el valor de las exportaciones a Europa. [22] Entre los diez principales productos que exporta Israel hay medicinas, teléfonos móviles, fertilizantes e instrumental médico, productos para los que África, Asia y América Latina ofrecen vastos mercados.[23]

La solidaridad tricontinental hoy en día

Todo esto confiere a la renovada solidaridad tricontinental una oportunidad y una responsabilidad sin precedentes. Aunque estos esfuerzos y luchas no se pueden desvincular de las luchas en América del Norte y Europa, la postura y experiencia compartidas con Asia, África y América Latina definen un terreno común natural .

Como hemos señalado, se puede encontrar un espacio común en el interés cada vez mayor de los movimientos en favor de la justicia social en que las corporaciones transnacionales asuman sus responsabilidades por sus violaciones de los derechos de pueblos . Las luchas y las victorias de las comunidades que defienden sus tierras y sus medios de vida frente a corporaciones mineras como Glencore International AG [24], frente a megaproyectos como la presa de Agua Zarca en Honduras [25] o frente a multinacionales que destruyen recursos naturales como la lucha contra Coca-Cola en India [26] hablan de levantamientos populares que han logrado impedir, aplazar o aumentar el coste de construcciones y operaciones de capital transnacional. Las protestas locales, la presión internacional, las luchas legales y las campañas para que se anule la financiación de estos proyectos devastadores centrándose en los bancos que conceden préstamos a las corporaciones son otras tantas herramientas compartidas que los pueblos han desarrollado para defender sus derechos y hacer responsables a las corporaciones y a los gobiernos cómplices.

Reflejo de estas luchas es el llamamiento palestino al boicot, las desinversiones y sanciones para acabar con la impunidad no sólo del Estado de Israel, sino también de todas las corporaciones e instituciones que se benefician del apartheid israelí o lo mantienen . Ejemplo de ello son las victorias frente a corporaciones transnacionales como Veolia, que perdió más de 20.000 millones de dólares en contratos que no se llegaron a firmar y sufrió varias desinversiones de instituciones financieras antes de abandonar sus operaciones en Israel. [27] Otro caso importante son las cada vez más numerosas victorias frente a [la empresa de servicios de seguridad israelí] G4S. [28] Este gigante de la «seguridad» global, que actualmente está bajo la presión de movimientos de todo el mundo, no solo suministra equipamiento vital al sistema israelí de prisiones y de checkpoints militares, sino que también proporciona mercenarios en Iraq y Afganistán [29], y ha obtenido contratos de seguridad para proteger el oleoducto de Dakota contra el que pueblos indígenas y movimientos [estadounidenses] han emprendido una fuerte campaña para defender sus derechos sobre su tierra y sus recursos. [30]

Probablemente la campaña «Stop Mekorot» [31] es el mejor ejemplo de cómo las campañas de apoyo a la lucha palestina y a su llamamiento al boicot, desinversión y sanciones se centran no solo en las políticas israelíes contra el pueblo palestino, sino también en las estructuras globales de opresión. La empresa nacional del agua de Israel Mekorot es un agente clave en el robo del agua palestina que lleva a cabo simultáneamente una limpieza étnica de las comunidades palestinas al obligarles a abandonar los espacios en los que viven debido a la falta de acceso al agua y permite la colonización de la tierra por parte de las ilegales colonias israelíes, a las que Mekorot suministra agua. Desde que hace una década empezó sus operaciones internacionales la empresa se ha beneficiado de privatizaciones de agua en todo el mundo. Su contrato de una planta desalinizadora en La Plata, una provincia de Buenos Aires, que frustraron los activistas de la solidaridad con Palestina unidos a los sindicalistas, pone de relieve no solo que el proyecto violaba el llamamiento palestino de BDS sino que, lo que es más importante, habría exportado el apartheid del agua israelí a Buenos Aires al ofrecer agua potable solo a los distritos ricos y subir innecesariamente el precio del agua a los consumidores. [32] Si en India se examina más de cerca lo que Israel denomina «apoyo» al sector agrícola, se ve que también tiene un alto coste para los pequeños y medianos agricultores. Por ejemplo, Israel Elbit Imaging ha participado durante muchos años en proyectos lácteos que en gran parte han sido fallidos y perjudiciales al importar razas extranjeras para industrializar y concentrar el sector bajo el control de empresas agroindustriales a gran escala . Un informe de Global Forest Coalition sobre estas prácticas concluía de forma elocuente: «En vez de promover ciegamente razas extranjeras el gobierno debería ayudar a los ganaderos para que mejoren la alimentación, el agua y otras condiciones de sus animales. El éxito de la raza india Gir en Brasil debería servir de inspiración al respecto». [33] Movimientos de todo el mundo están encontrando maneras similares de atacar al opresor que, sorprendentemente, a menudo acaba siendo siempre el mismo, por estar controlado por el mismo capital o emplear métodos similares.

Especialmente en las últimas décadas los movimientos han tratado de crear espacios nuevos en los que intercambiar ideas y experiencias, encuentros que van desde los Encuentros Intergalácticos iniciados por el Movimiento Zapatista hasta los Foros Sociales Mundiales y otras redes mundiales de activistas, como la Campaña Global para Reivindicar la Soberanía de los Pueblos, Desmantelar el Poder de las Transnacionales y Poner Fin a la Impunidad [Global Campaign to Reclaim Peoples Sovereignty, Dismantle Corporate Power and Stop Impunity]. Sin embargo, aunque todos sabemos de sobra que solo si nos unimos en todo el planeta podemos ganar a un sistema global de opresión, con demasiada frecuencia nos vemos atrapados por las urgencias, contingencias y necesidades de nuestras propias luchas sin lograr sacar el t iempo necesario para preguntarnos cómo podemos ir más allá de simplemente desear que los que están igualmente oprimidos tengan éxito .

Es necesario que entendamos que nuestras luchas son una causa común para poder acumular las fuerzas necesarias para alzarnos contra un sistema que hoy en día muestra de forma aún más descarada su naturaleza racista, exclusivista y opresiva. Desde la ocupación de Palestina hasta las guerras devastadoras por toda Asia occidental y central al ascenso de la derecha desde Argentina a India e incluso en América del Norte y Europa necesitamos urgentemente identificar lo que tenemos en común y cómo unir nuestros esfuerzos en un movimiento poderoso por los derechos a la tierra y a los recursos, por la igualdad, la autodeterminación y unas estructuras de gobierno que respondan a las necesidades de las personas.

Recordar el legado de Fidel Castro significa reflexionar sobre la principal contribución de Cuba al desarrollo del internacionalismo. Hoy tenemos la responsabilidad de construir un internacionalismo del siglo XXI eficaz.


Notas:

[1] de la Torre, López y Fernando, Carlos (2014), Encuentros solidarios en épocas revolucionarias. La revolución cubana y el Frente Sandinista de Liberación Nacional ante la causa palestina, CLACSO (Latin American Council of Social Sciences), http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20141202041539/ensayoclacso.pdf

[2] Azambuja, Carlos (2005), «As origens da Tricontinental de Havana», http://www.heitordepaola.com.br/imprimir_materia.asp?id_materia=3960.

[3] Oron, Yitzhak (ed.) (1961), Middle East Record, Vol 2. Tel Aviv: The Reuven Shiloah Research Center, Tel Aviv University. https://books.google.com.br/books?id=vzZ71Eh5QvMC&pg=PA45&lpg=PA45&dq=AAPSO+Gaza+1961&source=bl&ots=uE-35Tu8J5&sig=Sd0c93wN_7HYn6q_vDGtUOJQaIs&hl=pt-BR&sa=X&ved=0ahUKEwjg7J2R7eDKAhVJipAKHUiQAUIQ6AEIHzAA#v=onepage&q=AAPSO%20Gaza%201961&f=false.

[4] «Declaración General de la Primera Conferencia Tricontinental (1966)», http://constitucionweb.blogspot.ro/2014/06/declaracion-continental-de-la-primera.html.

[5] Ibid.

[6] Guevara, Ernesto Che (1967/1999), «Crear Dos, Tres…Muchos Vietnam», https://www.marxists.org/espanol/guevara/04_67.htm.

[7] de la Torre y Fernando (2014). http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20141202041539/ensayoclacso.pdf.

[8] Othman, Haroub (2005), «Africa’s solidarity with Palestine», ponencia presentada en la Conferencia Internacional «Visión de Bandung 50 años después» (Vision of Bandung After 50 Years), El Cairo, 1-3 de marzo. http://www.aapsorg.org/en/vision-of-bandung-after-50-years/541-africas-solidarity-with-palestine.html.

[9] (2016) «BRICS movement gathering momentum», Business Standard, 11 de octubre, http://www.business-standard.com/article/news-ani/brics-movement-gathering-momentum-116101100062_1.html.

[10] International Trade Statistics 2015, WTO (World Trade Organization). https://www.wto.org/english/res_e/statis_e/its2015_e/its2015_e.pdf.

[11] (2011) «Israeli Exports», https://disarmtheconflict.wordpress.com/israeli-arms/israeli-exports.

[12] Stockholm International Peace Research Institute, http://armstrade.sipri.org/armstrade/html/export_values.php.

[13] Cohen, Gili (2016), «Defense Ministry Official: Israel, Like Other Countries, Exports Arms Not Only to Democracies», Haaretz, 20 de junio. http://www.haaretz.com/israel-news/.premium-1.726097.

[14] Por ejemplo, la empresa de «seguridad» israelí ISDS adiestró desde 1982 a las fuerzas de policía y militares de dictaduras en Guatemala, Honduras, El Salvador y a los Contras en Nicaragua. En las últimas décadas ha entrado en el mercado de los grandes eventos y tiene un contrato con los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Durante muchos años adiestró a la tristemente célebre policía militar de Rio de Janeiro para que aplicara en las favelas «las mismas prácticas que utilizamos en Gaza».

[15] Gross, Judah Ari (2016), «Records of Israeli arms sales during Rwandan genocide remain sealed», Times of Israel, 12 de abril, http://www.timesofisrael.com/records-of-israeli-arms-sales-during-rwandan-genocide-to-remain-sealed; Konrad, Edo (2015) «The story behind Israel’s shady military exports», +972, 22 de noviembre, http://972mag.com/who-will-stop-the-flow-of-israeli-arms-to-dictatorships/114080.

[16] SOS Kashmir (2011), «Indian Army using Israeli weapons in Kashmir», Kashmir News, 15 de julio, https://soskashmir.wordpress.com/2011/07/15/indian-army-using-israeli-weapons-in-kashmir.

[17] Johnson, Jimmy (2010), «India employing Israeli oppression tactics in Kashmir», The Electronic Intifada, 19 de agosto, https://electronicintifada.net/content/india-employing-israeli-oppression-tactics-kashmir/8985.

[18] Simoes, Alexander (2014), Where does Israel export to? The Observatory of Economic Complexity, http://atlas.media.mit.edu/en/visualize/tree_map/hs92/export/isr/show/all/2014 (consultado el 26 de diciembre de 2016).

[19] Leiderman, Leo y Mozerafi, Irit (2015), «Israeli trade with emerging markets requires selectivity», Globes, 7 de junio, http://www.globes.co.il/en/article-israeli-trade-with-emerging-markets-requires-selectivity-1001042422.

[20] «Imports, by Country of Origin, excl. Diamonds», http://www.cbs.gov.il/hodaot2016n/16_16_109t4.pdf.

[21] Ibid.

[22] Simoes, Alexander (2014), Where does Israel export to? The Observatory of Economic Complexity, http://atlas.media.mit.edu/en/visualize/tree_map/hs92/export/isr/show/all/2014 (consultado el 26 de diciembre de 2016).

[23] Ibid.

[24] ‘Glencore International AG’, Environmental Justice Atlas. https://ejatlas.org/company/glencore-international-ag.

[25] El caso se ha hecho aún más famoso tras el brutal asesinato de Berta Caceres, líder del movimiento de oposición a la presa, el 3 de marzo de 2016, pero no es en absoluto el único ejemplo. Véase: de Boissiere, Philippa y Cowman, Sian (2016), «For Indigenous Peoples, Megadams Are «Worse than Colonization»», Foreign Policy in Focus, 14 de marzo, http://fpif.org/indigenous-peoples-megadams-worse-colonization.

[26] Methews, Rohan D (2011), «The Plachimada Struggle against Coca-Cola in Southern India», ritimo, 1 de julio, https://www.ritimo.org/The-Plachimada-Struggle-against-Coca-Cola-in-Southern-India.

[27] (2015), «BDS marks another victory as Veolia sells off all Israeli operations», BDS Movement, 1 de septiembre, https://bdsmovement.net/news/bds-marks-another-victory-veolia-sells-all-israeli-operations.

[28] (2016), «UN World Food Programme Drops G4S», BDS Movement, 6 de diciembre, https://bdsmovement.net/world-food-program-drops-g4s.

[29] Richard Norton-Taylor, «Britain is at centre of global mercenary industry, says charity», The Guardian, 3 de febrero de 2016,
https://www.theguardian.com/business/2016/feb/03/britain-g4s-at-centre-of-global-mercenary-industry-says-charity

[30] Steve Horn, «Security Firm Guarding Dakota Access Pipeline Also Used Psychological Warfare Tactics for BP», Desmog Blog,13 de septiembre de 2016 https://www.desmogblog.com/2016/09/13/g4s-dakota-access-pipeline-human-rights-bp


[31]www.stopmekorot.org

[32] (2014), «The agreement with Mekorot in La Plata (Argentina) has been suspended!», Palestinian Grassroots Anti-apartheid Wall Campaign, 7 de marzo, http://stopthewall.org/2014/03/07/agreement-mekorot-la-plata-argentina-has-been-suspended.

[33] Khadse, Ashlesha (2016), «Dairy and Poultry in India – Growing Corporate Concentration, Losing Game for Small Producers», http://globalforestcoalition.org/wp-content/uploads/2016/12/india-case-study.pdf.


Fuente: http://www.amec.org.za/palestine/item/1512-tricontinental-solidarity-and-palestine-today.html

Maren Mantovani es la coordinadora de las relaciones internacionales de la Campaña palestina Stop the Wall y de la Coalición por la Defensa de la Tierra (Palestinian Land Defence Coalition).

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.