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El 23 de octubre el Parlamento Europeo votará un nuevo acuerdo comercial con Israel para dar entrada en la UE a productos fabricados en territorios ocupados y asentamientos ilegales

La UE busca implicar a la ciudadanía europea en la violación de la legislación internacional por parte de Israel

Fuentes: Rebelión

El largo camino del estado de Israel por formar parte de la Europa comercial, saltando la distancia geográfica, algún que otro país árabe, y las obligaciones en materia de derechos como tal, abre un nuevo episodio de expansión y legitimación con la firma de un nuevo acuerdo comercial (ACAA) que complementa el Acuerdo de Asociación […]

El largo camino del estado de Israel por formar parte de la Europa comercial, saltando la distancia geográfica, algún que otro país árabe, y las obligaciones en materia de derechos como tal, abre un nuevo episodio de expansión y legitimación con la firma de un nuevo acuerdo comercial (ACAA) que complementa el Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel puesto en marcha en el año 2000.

¿Qué es el ACAA?

Este nuevo protocolo adicional, no solo facilita el libre acceso de los productos industriales a los mercados de Europa e Israel por parte de ambos, sino que lo harán sin que sea necesario proceder a ensayos o evaluaciones de conformidad adicionales.

Así, el ACAA (Protocolo relativo a la evaluación de la conformidad y aceptación de los productos industriales) es, en la práctica, una forma de integración en el mercado único europeo del Estado de Israel. La aprobación y votación del ACAA supone la eliminación de barreras de carácter técnico y administrativo para el comercio entre Israel y la UE, algo que el acuerdo de Asociación trababa con ciertos aranceles y barreras técnicas garantistas que gravaban los productos pese al acuerdo preferencial.

Pero éste no es el primer órdago comercial que Israel lanza a la Unión. En 2009, la Unión Europea acordó suspender la ampliación del Acuerdo de Asociación y el Parlamento Europeo ya votó en junio de 2010 en contra de la adopción del ACAA. Entre los motivos, se señalaba la violación sistemática de los derechos humanos y la legalidad internacional en la ocupación de Palestina por parte del Estado de Israel.

Israel y algunos de sus socios europeos insistieron en el acuerdo y de nuevo trabajaron para que se aprobara dicho protocolo. El ataque ilegal en aguas internacionales de la «Flotilla de la Libertad», congeló las negociaciones, que luego se reanudaron nuevamente y que fueron aprobadas por un solo voto de diferencia. Es ahora el Parlamento Europeo el que tiene la última palabra y el próximo 23 de octubre decidirá si bloquea la firma del ACAA o aprobarlo en pleno.

¿A quién beneficia el acuerdo?

El acuerdo, que trata sobre los productos industriales, contempla en principio al sector industrial farmacéutico, que por sus características, siempre encontraban barreras a la exportación. Sin embargo, aunque el protocolo sometido a votación se centre únicamente en los productos farmacéuticos, el acuerdo puede ampliarse, a través de la posibilidad de incluir anexos, sobre otros sectores industriales, sin necesidad de renegociar un nuevo protocolo por cada sector, creando un agujero sin control adicional, por el cual las industrias israelíes podrían exportar productos susceptibles de controles complementarios con la ausencia de ellos.

Por otra parte, Israel legitima sus prácticas ilegales según el derecho internacional y gana presencia en la Unión Europea como socio preferente, sin contrapartidas necesarias.

La estafa política

Lo que sobre el papel de los despachos europeos puede parecer un acuerdo comercial meramente técnico no es más que un proceso constante de legitimación de la ilegalidad internacional y una estafa perpetrada desde las instituciones europeas a los ciudadanos y ciudadanas de la Unión. En primer lugar, porque, según el Tratado de Lisboa, los acuerdos con terceros países, deben ser coherentes «con la universalidad e indivisibilidad de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales; el respeto por la dignidad humana; los principios de igualdad y solidaridad, y el respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y la legislación internacional». De firmar el acuerdo, la Unión Europea estaría incumpliendo su propio Tratado y legitimando la ilegalidad internacional y la violación de derechos humanos por parte de Israel.

Además, el Consejo de Derechos Humanos sobre Fundamentos de la Acción Exterior Europea recalca en su último comunicado de la Comisión Europea al Parlamento comunitario que, tanto el comercio exterior como la agenda de la Unión en materia de derechos humanos tiene que ser «coherente, transparente, predecible, viable y efectivo». Todo ello sin contar las numerosas ocasiones en las que la Unión Europea ha apoyado las resoluciones de Naciones Unidas pidiendo el fin de la ocupación y garantizando el derechos de retorno de las personas palestinas refugiadas, el cese de la construcción de asentamientos en territorio palestino y el fin del bloqueo de Gaza y Cisjordania así como el cese de las violaciones de derechos humanos a todos los palestinos y palestinas que viven en la Palestina ocupada.

Pero lo más preocupante es hacer a la ciudadanía cómplice de la violación de los derechos humanos de los palestinos a través del comercio. Europa es el primer socio comercial de Israel, que centra parte de su riqueza en la dependencia exterior de su comercio a través de las exportaciones. La mayoría de sus industrias, como la farmacéutica o la de cosméticos, envasados y otros productos, se encuentran en territorio palestino ocupado. Una buena parte de éstas industrias se localizan en asentamiento ilegales según Naciones Unidas y la propia Unión Europea.

De hecho, la mayoría de las industrias radicadas en asentamientos como el Valle del Jordán o en el corazón de Cisjordania como Ariel, incumplen la legislación israelí en materia de derecho laboral y medioambiental, razón por la cual estas fábricas se encuentran en las zonas ocupadas ilegalmente.

La organización de investigación Who Profits publicaba el pasado mes de julio el informe: La industria farmacéutica y la ocupación israelí: una economía cautiva (en inglés) en el que se revela el sistema de apartheid en el acceso a medicamentos básicos por parte de la población palestina y la destrucción de la industria local.

Las consecuencias son previsibles. Los mercados europeos se inundarán de productos made in Israel, en su mayoría, fabricados en colonias ilegales en territorios ocupados, esquilmando los recursos naturales palestinos, contaminando su territorio y haciendo económicamente sostenible una ocupación armada y violenta sobre las tierras del pueblo palestino haciendo cómplices de éste desastre, a través del consumo de sus productos, a la ciudadanía europea.

Peticiones en inglés: http://www.change.org/petitions/the-exploitation-of-the-palestinian-people-not-in-my-name-vote-no-to-the-eu-israel-acaa

Peticiones en español: http://www.change.org/es/peticiones/la-explotaci%C3%B3n-del-pueblo-palestino-no-en-mi-nombre-no-al-ue-israel-eca

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.