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La verdadera enemistad de Alina Bárbara Hernández

Fuentes: Rebelión

Que yo haya leído, -y no he leído pocos textos allí- en La Pupila Insomne no se ha declarado «enemigo de la revolución a cualquiera que explicite inconformidades con la marcha del proceso, la burocracia dirigente y la dirección y velocidad de las transformaciones en la Isla», como afirma Alina B. López Hernández en texto […]

Que yo haya leído, -y no he leído pocos textos allí- en La Pupila Insomne no se ha declarado «enemigo de la revolución a cualquiera que explicite inconformidades con la marcha del proceso, la burocracia dirigente y la dirección y velocidad de las transformaciones en la Isla», como afirma Alina B. López Hernández en texto publicado en esta página. Mucho menos alguna vez se ha utilizado la expresión «enemigo del pueblo», típica del estalinismo.

Sería tan absurdo como falso es afirmarlo sin pruebas como obvio es el objetivo de victimizarse y ganar notoriedad. Y es que cualquier ciudadano tiene inconformidades, le pueden parecer más lentas o no las transformaciones en curso, o puede opinar que nuestros dirigentes pertenecen o no a la «burocracia», en el sentido peyorativo, que es el que la autora menciona. No creo que los colaboradores de La Pupila Insomne hayan demostrado ser tan obtusos como para pretender como válida semejante gratuita generalización, porque ellos mismos han hecho críticas muy duras a la actuación burocrática de instituciones y personas con responsabilidades en Cuba.

A quien ahora hace esta afirmación, la mencionada Alina B. López Hernández, y a propósito de otro texto suyo, le hice una pregunta a través de los mensajes de Facebook del que nunca recibí respuesta. Tema que viene ahora a colación pues se trataba de otra festinada generalización. Le preguntaba: «¿conoce ud el artículo de Rafael Hernández, El hombre que amaba las novelas históricas, sobre la novela de Padura, El hombre que amaba a los perros?» En mi opinión allí Rafael Hernández refuta con sólidos argumentos la existencia del estalinismo en Cuba como una importación cultural del sistema soviético. ¿No cree ud. en su artículo sobre el tema en La Joven Cuba que está repitiendo un lugar común sembrado por cierta especie de propaganda?».

Pero es más fácil lanzar nuevas manipulaciones que dialogar en busca de la verdad. Creo que con generalizaciones de esa índole, frecuentes en la autora, no se promueve como  enemiga de la Revolución, no. Nadie que yo sepa la tiildaría de esa condición y tiene todo el derecho a sostener y manifestar lo que desee. Pero cuando se trata de una descontextualización histórica, un error, o una apreciación falsa, y tan festinada como la cita de más arriba, se es es algo que no tiene signo político sino ético: enemigo de la verdad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.