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La vigencia de Azaña y la izquierda republicana. (IV)

Fuentes: Rebelión

No se puede sustentar una República sin republicanos, lo mismo que no se puede sustentar una democracia sin demócratas. Al fin y al cabo, en España, República y Democracia, (con mayúsculas), están sustancialmente unidas. O si se prefiere, República e Izquierda. Porque la derecha, ni fue democrática durante la Segunda República, ni lo es hoy, […]

No se puede sustentar una República sin republicanos, lo mismo que no se puede sustentar una democracia sin demócratas. Al fin y al cabo, en España, República y Democracia, (con mayúsculas), están sustancialmente unidas. O si se prefiere, República e Izquierda. Porque la derecha, ni fue democrática durante la Segunda República, ni lo es hoy, ni lo será nunca.

Se disfraza de democrática con piel de cordero cuando las circunstancias lo aconsejan, cuando tiene claro que no es el momento de usar las pistolas, sencillamente porque no las necesita. Le basta, con el poder económico y los sucesivos gobiernos títeres al servicio de sus intereses. En definitiva, usa el poder, como un fin en sí mismo, para mantener sus privilegios y, si puede, acrecentarlos.

Por eso, cuando algún dirigente de la izquierda oficial bipartidista, al ser elegido para gobernar una comunidad autónoma, diputación, mancomunidad, ayuntamiento, y no digamos el ejecutivo estatal, dice frases como, ‘gobernaremos para todos’ (y todas), ‘tanto para quienes me han votado, como para quienes han votado otras opciones políticas’, pues uno sólo puede pensar dos cosas: o está intentando engañar al personal, o gobernará para los de siempre. Quizá, las dos cosas.

No se puede ‘gobernar para todos’. Sencillamente imposible. Siglos de historia, lo demuestra. Qué empeño en seguir intentado engañar a la ciudadanía. Lo que ocurre es que, a la vez que dicen esto, se encargan, muy mucho, de que los súbditos de este invento ‘monárquico-parlamentario’, estemos preocupados por problemas artificiales, para así, no centrarnos y actuar en consecuencia, respecto a los verdaderos problemas que nos afectan cotidianamente.

Mientras que se sigan propiciando las condiciones para que estemos preocupados por el ‘terrorismo internacional’, dejaremos de lado los dos grandes problemas que, en verdad, nos afectan, como son el paro y su variante precariedad laboral y la vivienda. Si a esto le añadimos la ‘preocupación’ por quien sale de la casa del gran hermano, por ejemplo, entonces, el resultado es redondo.

Nuestros gobernantes pueden estar tranquilos, divorciados de la sociedad, de la que solo ‘se preocupan’ para que ejerzan, cada cuatro años, su derecho al voto. Mientras, calladitos. Preocupados por los grandes problemas que asolan a la humanidad, como el terrorismo de Bin Laden. Pero, ni se nos ocurra pensar en el terrorismo de estado que escenificaron en su día ‘el trío de las Azores’. Recomiendo ver la película, ‘Cortina de humo’. Es del año 1997, pero tiene plena vigencia y, mucho me temo que, si no cambian sustancialmente las cosas, seguirá teniendo vigencia bastante tiempo.

Por ello, como vimos en el primer capítulo, Azaña, en su Apelación a la República, decía: ‘La democracia que solo instituye los órganos políticos elementales, como son los comicios, el parlamento y el jurado, no es más que aparente democracia’. Y añadía: ‘Si a quien se le da el voto no se le da la escuela, padece una estafa. La democracia es fundamentalmente un avivador de la cultura’.

Los republicanos de izquierda, en la Segunda República y hoy, estamos convencidos de que la República sigue siendo la alternativa para la democratización de España, el encauzamiento de nuestra sociedad. La posibilidad de plasmación de los principios de la democracia participativa y deliberativa y los valores cívicos. Ciudadanos libres, cultos e informados, no súbditos.


Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Francisco Vega, es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Republicana, partido político fundado por Manuel Azaña, que aspira a la proclamación de la IIIª República española.