Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis
Recientes eventos en el propio Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados refuerzan la duda palestina de que Israel sea la única democracia en Oriente Medio, sino un estado racista con un record de violaciones de los derechos humanos absolutamente horrendo y espantoso. Para empezar, la premisa de que los colonos son responsables y justificables de sus propios actos es absolutamente falsa. Los colonos de extrema derecha son un producto del sionismo como ideología y de Israel como un Estado expansionista exclusivamente judío. Los palestinos han tenido que recordar demasiado a menudo cuán potentemente violentos son los colonos israelíes, el más reciente ejemplo de ello tuvo lugar en el ilegal asentamiento de Shiloh, cuando un colono mató a cuatro obreros palestinos brutalmente a sangre fría. Este incidente fue precedido por otro crimen horroroso, cuando un colono soldado judío israelí, mató a cuatro palestinos, ciudadanos israelíes, de la ciudad árabe israelí de Shafa Amer.
Los ataques de colonos israelíes contra palestinos, no son incidentes aislados que tienen lugar erráticamente o sobre unos fundamentos al efecto, son, a menudo, tan suficientemente frecuentes que tristemente ninguna agencia occidental distribuidora de noticias a los medios de comunicación o agencia informativa elige destacarlos. Debe enfatizarse que este último ataque no era simplemente un incidente aislado, ni fue el trabajo de un «individuo loco » actuando en solitario. Fue alimentado y está directamente relacionado con una cultura general de sentimiento anti-árabe y de racismo que prevalecen dentro de la sociedad judía israelí que ha crecido con particular intensidad en las semanas que se lleva a cabo la ‘ desconexión Unilateral de Gaza. ‘ Además, debe enfatizarse que el extremismo que penetra entre los colonos emana del hecho que la ocupación y los asentamientos han hecho a los colonos actuar por encima de la ley, con las bendiciones y el apoyo del Estado de Israel.
El problema de la violencia de los colonos sobre todo en un estado (Israel) que no sólo promueve asentamientos ilegales, sino que halla sus fundamentos ideológicos arraigados en la noción de los asentamientos y su expansión, es una ideología muy peligrosa basada en la supremacía y en la filosofía colonialista. Según el Grupo Palestino de Monitorización, sólo en el mes de junio, hubo 67 incidentes informados, de colonos atacando a palestinos inocentes. Los meses anteriores a abril y mayo vieron respectivamente 58 y 68 casos de ataques. Los incidentes como la matanza de Baruch Goldstein de 29 civiles palestinos en la mezquita de Abraham, en Hebrón representan una herida profunda en la psique palestina, y es desgraciadamente uno de los muchos incidentes que tiene lugar en los Territorios Palestinos Ocupados y en el propio Israel.
Con la ‘ Desconexión Unilateral de Gaza’ que entra en su sexto día, la forzosa evacuación de colonos ha sido un trabajo relativamente duro para las autoridades israelíes que han sido testigos primeramente que, del extremismo presente entre los colonos, en segundo lugar, el poder que este electorado tiene dentro de Israel y en tercer lugar, el peligro que estos colonos suponen a cualquier paz amplia y justa con Israel. Uno sólo necesita recordar el asesinato del antiguo primer ministro israelí Isaac Rabin en 1995, por la persecución del proceso de paz con su colega palestino el anterior Presidente Yasser Arafat. El Primer ministro israelí, Rabin fue asesinado simplemente por comprometerse en el proceso de paz con los palestinos.
Para ser francos, los colonos israelíes son gente peligrosa, con principios ideológicos peligrosos. El hecho es que estos colonos son promocionados continuamente, apoyados y respaldados a través de ayuda financiera, armas y legitimidad política por el Estado de Israel tanto cuando es liderado por los laboristas como por el Likud, el gobierno levanta la vital pregunta de sí una auténtica y duradera paz puede ser lograda con el Estado de Israel. Aunque varios funcionarios israelíes han condenado abiertamente el reciente brote de violencia de colonos contra los palestinos, incluso el notorio Ariel Sharon, sencillamente, no es suficiente. La simple condena debe transformarse en un esfuerzo concentrado por la policía israelí para llevar al perpetrador de estos crímenes horrorosos ante la justicia. Además la comunidad internacional puede hacer su parte para proteger a los civiles inocentes palestinos, a través de la incorporación de los derechos humanos en todas sus relaciones diplomáticas oficiales con el Estado de Israel, así como presionando a Israel para obedecer varias resoluciones de la ONU relativas a la ilegalidad de los asentamientos. Entonces, y sólo entonces, la construcción de la paz será posible.
Finalmente, el mundo y sobre todo el Cuarteto de la Paz de Oriente Medio no debe engañarse por ‘ la forma de la Desconexión Unilateral de Gaza, ‘ deben abrir sus ojos más bien a la actividad y expansión colonizadora continuada que tiene lugar en Cisjordania y en Jerusalén oriental.