Desde el amanecer del miércoles, centenares de soldados israelíes en columnas de vehículos blindados y excavadoras, respaldados por aviones no tripulados y helicópteros, irrumpieron en campos de refugiados de Yenín, Tulkarem y Tubas. Israel también llevó a cabo ataques con aviones no tripulados y, según informaciones, francotiradores dispararon contra la población en el interior de Yenín. El servicio de Internet y de telefonía móvil, así como los sistemas de agua y alcantarillado, quedaron interrumpidos en algunas partes de Cisjordania mientras las fuerzas israelíes perpetraban redadas en viviendas. Los residentes locales han informado de demoliciones generalizadas de sus casas y calles y del bloqueo de ambulancias y trabajadores médicos que intentaban llegar hasta los heridos. Las fuerzas israelíes rodearon el principal hospital de Yenín y, al parecer, han estado registrando a las personas que entraban y salían de las instalaciones.
«Se trata de una escalada increíble de la violencia de los meses precedentes y, en particular, de las semanas anteriores», declaró Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados, “con un asalto militar total, destruyen hospitales, destruyen carreteras, destruyen infraestructuras vitales que ya habían sido gravemente dañadas durante los meses precedentes, y ¡voilá!, van y le dicen a los palestinos que se vayan, ordenan evacuaciones masivas”.
En una entrevista concedida a Drop Site News, Albanese declaró: «Veo un grave modelo paralelo a lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza»: «pautas de tortura, de destrucción, de ejecuciones extrajudiciales, de desarraigo muy similares a los de Gaza».
«Es mi responsabilidad advertir del riesgo de que el genocidio se filtre a Cisjordania. Hay una retórica similar, patrones similares y una escalada de violencia, que ordena cosas similares».
Blandiendo la trillada enseña propagandística israelí de la autodefensa, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, ha descrito la operación como «una guerra en todos los sentidos», declarando que Tel Aviv enfocaría su invasión de partes de Cisjordania «exactamente igual que nos ocupamos de la infraestructura terrorista en Gaza, incluida la evacuación temporal de civiles palestinos».
«Estamos en la era post 11-S», dijo Albanese. «Así que los movimientos de resistencia son naturalmente considerados terroristas en primer lugar, y luego es muy difícil desmontar esta percepción que está tan arraigada, tan arraigada en la mentalidad de la gente corriente. Así que si los políticos dicen eso -y los periodistas lo amplifican- probablemente esto va a convencer a la gente de que nos están protegiendo a todos de estas masas de salvajes.»
Kamala Harris promete apoyo inequívoco a Israel
La amenaza de Israel de librar una guerra al estilo de Gaza contra los palestinos de Cisjordania se produce cuando la Casa Blanca lleva semanas asegurando a la opinión pública que está trabajando «incansablemente» por un acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, las acciones de la administración hacen que tales afirmaciones parezcan, una vez más, un ejercicio de cinismo. Desde finales de julio, se ha producido un repunte en los envíos de armas estadounidenses a Israel y en agosto se registró el segundo mayor número de aviones militares de carga entregando municiones y otros equipos en la base aérea de Nevatim desde el inicio de la guerra en octubre pasado.
En medio de los ataques en Cisjordania, la vicepresidenta Kamala Harris concedió su primera entrevista a un medio de comunicación desde que fue ungida candidata demócrata a la presidencia. En declaraciones a Dana Bash, de CNN, Harris afirmó su apoyo incondicional a Israel y que no retendría los envíos de armas. «Permítanme ser muy clara. Soy inequívoca e inquebrantable en mi compromiso con la defensa de Israel y su capacidad para defenderse», dijo Harris. «Y eso no va a cambiar».
Harris no hizo ninguna referencia al asedio de Cisjordania. La administración Biden-Harris ha dicho poco públicamente sobre la invasión israelí allí, reiterando su línea de que Israel tiene derecho a defender sus «muy reales necesidades de seguridad, que incluyen contrarrestar la actividad terrorista en Cisjordania». Un funcionario de la administración afirmó en una declaración a los periodistas que Estados Unidos se opone a los «desplazamientos masivos de palestinos en Cisjordania», pero añadió: «Reconocemos que las órdenes de evacuación localizada pueden ser necesarias en ciertos casos para proteger la vida de los civiles durante operaciones antiterroristas delicadas».
El jueves, en el Pentágono, la portavoz Sabrina Singh habló como si EE. UU. e Israel no estuvieran en contacto permanente sobre una guerra que está siendo suscrita militar y políticamente por EE. UU. «Somos conscientes de que las fuerzas del ejército de Israel están llevando a cabo operaciones en Cisjordania, pero de nuevo no tenemos una comprensión de lo que exactamente es», dijo Singh. «Estamos intentando saber más sobre esa operación».
En un post en inglés en Twitter/X, Katz, ministro israelí de Asuntos Exteriores, denunció que Irán está introduciendo armas de contrabando en Cisjordania transportándolas a través de Siria por su frontera con Jordania y acusó a Teherán de «trabajar para establecer un frente terrorista oriental contra Israel a través de unidades especiales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, implicadas en el contrabando de armas, la financiación y la dirección de organizaciones terroristas».
Katz afirmó que Jordania necesitaba el apoyo de Occidente para hacer frente a la «subversión iraní», y afirmó que «debe construirse rápidamente una valla de seguridad a lo largo de la frontera entre Israel y Jordania para impedir la entrada de armas avanzadas iraníes».
Albanese, relatora especial de la ONU, rechazó esta justificación, afirmando que resultaba inverosímil que una cantidad significativa de armas iraníes entrara por Jordania, país que participó en la defensa de Israel contra un ataque con misiles iraníes en abril. «Israel está inventando argumentos para legitimar y normalizar su asalto. Y Estados Unidos está proporcionando la baza más importante. Estados Unidos sigue proporcionando justificación política, incluso legal, apoyo económico y militar a Israel, aunque ya ha cometido un genocidio y recrudece su violencia contra los palestinos», afirmó. «Está muy claro lo que hace Estados Unidos».
Los medios de comunicación israelíes no se han centrado demasiado en la cuestión iraní, sino que han citado fuentes del ejército israelí que describen las operaciones en Cisjordania como «segar la hierba», la expresión utilizada por Israel para referirse a la realización periódica de intensos ataques militares contra los palestinos para afirmar su dominio. El Canal 12 de Israel informó de que el ejército israelí ha definido dos objetivos principales para la operación: «destruir artefactos explosivos improvisados e infraestructuras para fabricarlos» y “matar al mayor número posible de terroristas”. Los medios de comunicación en lengua hebrea también han citado un esfuerzo para detener el contrabando de armas a través de Jordania, aunque no han hecho especial hincapié en una conexión iraní.
Hamás promete reanudar las «operaciones de martirio» contra Israel
Desde que comenzó la invasión el miércoles por la mañana, las facciones armadas de la resistencia palestina, incluidas la fuerza Al Quds de la Yihad Islámica Palestina, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa y las Brigadas Al Qassam de Hamás, han lanzado una campaña defensiva de guerrillas. El jueves, Abdel Hakim Hanini, un alto cargo de Hamás, sugirió que el grupo se estaba preparando para realizar atentados suicidas dentro de Israel, una táctica que llegó a ser habitual durante la Segunda Intifada, que se extendió de 2000 a 2005, pero que había terminado casi por completo después de 2006, cuando Hamás y otros grupos anunciaron el fin de esta práctica.
«La resistencia en Cisjordania ha comenzado a cambiar sus tácticas y a volver a las operaciones de martirio para golpear a la ocupación en el interior ocupado», afirmó Hamás en un comunicado en el que resumía el anuncio de Hanini. «El cambio de táctica de la resistencia es consecuencia de que los colonos y el gobierno de ocupación han traspasado las líneas rojas en sus crímenes contra el pueblo palestino». Hanini también hizo un llamamiento a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina para que participen en un levantamiento popular contra las fuerzas de ocupación y los colonos israelíes.
El cambio de estrategia se anunció el jueves tras los asesinatos de líderes de la resistencia en Cisjordania. Entre los muertos en las operaciones israelíes destaca Mohammed Jaber, un joven comandante de la Yihad Islámica conocido por el nombre de guerra Abu Shuja’a, Padre de los Valientes. Jaber, una conocida figura de la resistencia a la que Israel ya había dado por muerta en abril, fue al parecer asesinado el jueves junto con otros cuatro combatientes palestinos cuando las fuerzas israelíes atacaron el campamento de Nur Shams, en Tulkarem. El ejército israelí afirmó que las fuerzas de la resistencia palestina estaban almacenando armas en el interior de una mezquita, pero un funcionario local dijo que Jaber fue asesinado en una casa cercana y que las fuerzas israelíes se llevaron su cadáver a Israel. La Yihad Islámica, miembro de la Brigada de Tulkarem que Jaber dirigía, confirmó su muerte. El viernes, Hamás confirmó que el comandante en Yenín de las Brigadas Al Qassam también había muerto a manos de las fuerzas israelíes.
Aunque «el derecho a matar existe en el derecho internacional», subrayó Albanese, sólo puede utilizarse «como medida extrema cuando la persona representa un peligro que no puede evitarse. De lo contrario, es una ejecución». Añadió que los «asesinatos selectivos» de figuras de la resistencia palestina en territorio ocupado, incluidos los comandantes de grupos armados, son ilegales.
Albanese, citando el derecho internacional, las resoluciones de la ONU y los protocolos de Ginebra, dijo que los palestinos tienen derecho a tomar las armas contra las fuerzas invasoras israelíes. «Están en Cisjordania y técnicamente se están defendiendo de un ocupante ilegal que les arrebata sus tierras». Israel, añadió, no tiene derecho a la autodefensa cuando se trata de una invasión ilegal. En julio, el Tribunal Internacional de Justicia emitió una sentencia en la que reafirmaba que la presencia de Israel en Cisjordania es ilegal.
Desde el 7 de octubre, Israel ha matado a más de 665 palestinos en Cisjordania. Desde entonces, las fuerzas israelíes han llevado a cabo incursiones casi diarias en diversas zonas de Cisjordania. En los últimos once meses, unos 10.200 palestinos de Cisjordania han sido detenidos o encarcelados por Israel, según la Asociación para los Prisioneros Palestinos.
Desde que Israel asesinó al dirigente político de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán a principios de mes y Yahya Sinwar consolidó su control de las operaciones políticas y militares de Hamás, el grupo ha declarado que no participará en las negociaciones de alto el fuego en el marco actual impuesto por Estados Unidos e Israel. Hamás ha acusado a Estados Unidos de engañar a la opinión pública sobre las negociaciones, afirmando que Washington se ha retractado de la propuesta que Biden describió públicamente por primera vez en mayo y que Hamás dijo haber aceptado a principios de julio. El grupo afirma que Estados Unidos está apoyando la exigencia de Israel de que se le permita continuar su guerra contra Gaza tras un intercambio inicial de cautivos y seguir ocupando partes de la Franja.
Israel ha bautizado su violenta incursión en Cisjordania como «Operación Campamentos de Verano». Los grupos de resistencia palestinos la han bautizado como «La batalla de los horrores de los campos». Combinados con la incesante matanza masiva de palestinos en Gaza y el respaldo estadounidense a la expansión de la guerra por parte de Israel, los ataques a Cisjordania podrían ser la chispa que provoque una Tercera Intifada. La historia puede demostrar que ya ha comenzado.
Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.
Texto original: Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.