La cúpula de hierro, la impermeabilidad del ejército israelí o su invencibilidad, nuevamente fue perforada por la yihad islámica el 7 de octubre pasado cuando el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas (Harakat al-Muqáwama al-Islamiya) —contra cualquier pronóstico del ejército enemigo— atacó haciendo una incursión aérea, naval y terrestre en Israel en respuesta a los constantes ataques que la entidad ocupacionista viene llevando a cabo en Cisjordania, Gaza y Jerusalén desde hace más de 75 años.
Al momento de la redacción de estas líneas, los muertos por este conflicto se han llevado la vida de más de 500 palestinos fruto de los choques entre Palestina y el “18º ejército más poderoso del mundo” (Global Fire Power) que por todo lo visto hasta ahora se ha demostrado nuevamente que la imagen de poderío bélico que tiene Israel ha sido burlado y humillado por la Resistencia Palestina.
El hartazgo de los constantes abusos de Israel durante estas más de siete décadas ha sido la respuesta de la yihad islámica, quienes en sus albores de su lucha ponían los pechos como muros y usaban piedras como proyectiles; hoy gracias a la solidaridad de muchos países como Rusia, Irán, Líbano o Siria han demostrado que tienen la capacidad de lanzar más de 5.000 cohetes, así como incursionar por, aire, mar y tierra. Hoy Israel ha sido desenmascarado, humillado y abofeteado por todas las atrocidades cometidas durante décadas.
La respuesta por parte de Tel Aviv ha sido desmedida, ya que su primer ministro Benjamín Netanyahu ha declarado la Guerra a Palestina, manifestando que no es una escalada y por tal motivo ha llamado a sus reservistas para la afrenta, producto del cual ya han caídos cientos de civiles en donde aún los cazas de combate israelís continúan bombardeando despiadadamente viviendas, edificios residenciales públicos y privados; así como infraestructuras en diversas zonas de la Franja de Gaza.
Parece una ironía, pero el primer ministro israelí toca los tambores de guerra por una incursión de Hamas en respuesta a los abusos que sufren los palestinos desde hace 75 años, los mismos que han sido expulsados por las armas y el terror practicado por Israel durante todos estos años desde 1947-48; segregación, apartheid, posesión ilegal de territorios, usurpación de la explanada de las mezquitas, la instauración de colonias, demolición de viviendas todos los días, la negación al retorno de muchos; etc., en donde miles y miles de palestinos han presenciado y presencian en sus propias narices cómo el ejército del régimen israelí, golpea, patea, gasifica y asesina a mujeres, niños y civiles; acciones de violencia desmedida en su propio territorio, ya que se debe tener presente que actualmente todos los territorios palestinos están bajo la tuición israelí, por lo tanto: ¿Quién debería declarar la guerra por estos abusos?
“La comunidad internacional” apoya a Ucrania frente a Rusia, enviándoles cazas F16, tanques Leopard, HIMARS y misiles; pero no envía ni un centavo, ni una migaja a Palestina para defenderse de las agresiones criminales del estado ocupante de Israel en sus tierras, notándose claramente la obsecuencia, la hipocresía y el doble rasero de EEUU y sus halcones europeos.
La política internacional de EEUU y la OTAN está claramente definida; apoyar y escudar a sus gendarmes frente a las posibles amenazas como es el caso de Ucrania frente a Rusia e Israel frente a Palestina y al eje de la resistencia (Irán, Siria e Irak).
Sí se quiere la paz para Palestina, los “amigos” de Israel junto con este, deben ser quienes en aras del derecho internacional y el Ius Cogens devuelvan los derechos usurpados al pueblo palestino, reconociéndolo como estado pleno y soberano con sus fronteras antes de 1967, de no ser así, que no nos sorprenda que más temprano que tarde la resistencia islámica estará ingresando a Tel Aviv.
La comunidad internacional debe ser consciente que mientras no haya paz en Oriente Medio no habrá paz en el mundo. El posicionamiento geopolítico es claro; ya que EEUU y la mayoría de sus socios europeos apoyan ciegamente a Israel, cuando ellos mismos son quienes en el marco del Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas debieran ser los que restituyan los derechos de Palestina, ¿Acaso no pueden hacerlo? ¿O es que no quieren?
Desde hace más de 75 años Palestina viene reclamando su independencia, tal fue establecido legalmente en el marco de Naciones Unidas (Resolución 181), derecho que es desoído y soslayado , favoreciéndose obsecuentemente año tras año a Israel, quien bajo la capa de EEUU, su voto y el derecho al veto de este en el Consejo de Seguridad frente a cualquier medida sancionatoria o condenatoria contra su aliado israelí, lo protege aun no teniendo la razón, empantanando aún más el proceso de paz en la zona, cuando son estos paladines de la “libertad y democracia” quienes deberían tomar acciones frente a esta injusticia de décadas, de no ser así, seguiremos por años en este conflicto donde los únicos perdedores serán —como siempre — los pobres, los miserables y los “condenados de la tierra” frente a un régimen israelí, inhumano, hipócrita, criminal e incumplidor del Derecho Internacional.
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