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Largo y difícil

Fuentes: Radio Nederland

El Presidente Rodríguez Zapatero expuso ayer, 22 de marzo, en el Congreso de los Diputados que el proceso que se inicia, tras la declaración de ETA de iniciar un «alto el fuego permanente» (estas son las palabras textuales incluidas en los dos comunicados publicados hasta el momento), será «largo y difícil».   Estas dos palabras […]

El Presidente Rodríguez Zapatero expuso ayer, 22 de marzo, en el Congreso de los Diputados que el proceso que se inicia, tras la declaración de ETA de iniciar un «alto el fuego permanente» (estas son las palabras textuales incluidas en los dos comunicados publicados hasta el momento), será «largo y difícil».
 
Estas dos palabras deben condicionar, desde hoy, la esperanza y la alegría que han sacudido a España de un extremo a otro, al empezar a imaginar que, por fin, la pesadilla terrorista que se inició hace cuatro decenios puede pasar a la Historia.
 
Se iniciará, cuando el Gobierno considere que las condiciones son las adecuadas, un proceso de negociación, ya aprobado por el Parlamento, entre dos interlocutores: el Gobierno del PSOE y ETA. Proceso que ya ha encontrado sus primeros obstáculos antes de iniciarse, como era inevitable suponer.
 
Por parte del Gobierno, los principales obstáculos serán los procedentes de la oposición del Partido Popular (PP) y de los medios de comunicación que le apoyan y que recientemente han venido atacando con dureza casi todas las medidas adoptadas por el presidente R. Zapatero. No conviene olvidar que el PP sigue sin aceptar de buen grado su derrota electoral tras los atentados terroristas en Madrid, que atribuye a extrañas conspiraciones, alentado por los medios de comunicación de la derecha más radicalizada.
 
Las declaraciones de algunos destacados dirigentes de ese partido no anuncian un camino fácil para el Gobierno en la compleja negociación con ETA que se avecina. Algunas asociaciones de víctimas del terrorismo, que se mueven en la misma órbita política, también harán todo lo posible por obstaculizar el camino hacia la paz, como lo vienen haciendo en el pasado inmediato.
 
Desde la otra banda -la organización terrorista y sus apoyos políticos- no cabe descartar la posibilidad de que ETA sufra una escisión y algún grupo (al estilo del «IRA auténtico») prosiga su criminal trayectoria, lo que supondría un difícil obstáculo para las perspectivas que ahora se abren, si no su abandono total.
 
Ni ETA se va a rendir por anticipado, pues pretenderá obtener ciertas concesiones que hoy aparecen como insoslayables (en relación con la aplicación de algunas medidas legales y con la situación de sus miembros encarcelados), ni los que más se oponen al proceso de paz, desde posiciones políticas de la extrema derecha, cejarán en su empeño de alarmar al pueblo español y anunciar calamidades sin cuento como consecuencia de lo que consideran una rendición incondicional ante los terroristas.
 
Al escribirse estas líneas, sin haber transcurrido siquiera un día desde el comunicado inicial del grupo terrorista, lo único que con certeza se puede afirmar es que el camino que se abrió ayer ante los españoles será largo y difícil, pero también estimulante, pues al final del trayecto una de las últimas herencias de la anterior dictadura – el terrorismo etarra – podrá extinguirse para siempre.
 
* Alberto Piris. Analista del Centro de Investigación para la Paz (Madrid)