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Se abre un nuevo ciclo antes de las elecciones

Las armas bajan la voz en el País Vasco

Fuentes: Diagonal

La decisión de ETA de no llevar a cabo «acciones armadas ofensivas» se produce después de que la izquierda abertzale ilegalizada haya apostado por las vías democráticas.  Aunque las reacciones han ido del aplauso al abucheo, la última declaración de alto el fuego parcial de ETA no ha sido suficiente para nadie. La izquierda abertzale […]

La decisión de ETA de no llevar a cabo «acciones armadas ofensivas» se produce después de que la izquierda abertzale ilegalizada haya apostado por las vías democráticas. 

Aunque las reacciones han ido del aplauso al abucheo, la última declaración de alto el fuego parcial de ETA no ha sido suficiente para nadie. La izquierda abertzale ilegalizada le había reclamado dos días antes una tregua permanente y verificable y el Gobierno español su rendición sin condiciones. Sin embargo, muchos ven la oportunidad de afianzar un proceso hacia el fin de la violencia y destacan la importancia que supone para ese objetivo el proceso político iniciado por la izquierda abertzale.

Según Paul Ríos, coordinador de Lokarri, red ciudadana por el acuerdo y la consulta, «aunque la decisión de ETA no responde a lo solicitado en la Declaración de Bruselas de un alto el fuego permanente y verificable, contribuye a que se produzcan nuevos avances al remover, en parte, el obstáculo para abrir un proceso de paz que representa la violencia». Ríos recuerda que, en abril, Lokarri expuso que, «tras los pronunciamientos de Ezker Abertzalea, ETA no podía cometer atentados. Ahora hemos podido comprobar que esta impresión era cierta», explica Ríos a DIAGONAL.

En esta misma línea, el escritor y periodista Juan Ibarrondo considera que, «sin restar importancia al anuncio de ETA, lo que la inmensa mayoría de la sociedad vasca percibe es que ha terminado definitivamente el ciclo de la lucha armada. Y la clave de ese cambio no está en ETA sino en la decisión de la izquierda abertzale de actuar de forma unilateral dando pasos hacia esa nueva situación, sin esperar a que el resto de los agentes, incluida ETA, se posicionen al respecto». Otras fuentes, conocedoras de la situación política en Euskadi y del proceso abierto en la izquierda abertzale, destacan la ambigüedad de los términos usados por ETA y la importancia de las interpretaciones públicas que la izquierda abertzale hace de estos términos. Consideran que la dirección del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) ha pasado de ETA a Batasuna y que, por tanto, ETA debe adaptarse a la apuesta de la izquierda abertzale por las vías democráticas y políticas.

Próximos pasos

Sobre los próximos pasos tras la declaración de ETA, estas mismas fuentes entienden que ahora la clave está en el avance de la alianza estratégica entre la izquierda abertzale y Eusko Alkartasuna, y en su ampliación a Aralar y Alternatiba, y creen que más adelante podrían producirse movimientos en el ámbito internacional para establecer algún tipo de diálogo entre ETA y el Gobierno español. «La viabilidad de un nuevo proceso requiere de un alto el fuego incondicional e irreversible», opina Paul Ríos, quien cree que la izquierda abertzale ilegalizada «no debe cejar en la profundización y desarrollo de su nueva estrategia, que ha sido y es una oportunidad para promover una solución dialogada». «En cuanto al Gobierno», declara Ríos, «debe abandonar su estrategia obstaculizadora y contribuir a que esta oportunidad pueda consolidarse. Un proceso de paz no es factible manteniendo a Ezker Abertzalea ilegalizada, por lo que el Gobierno debe facilitar que este sector político pueda participar en igualdad de condiciones». Juan Ibarrondo coincide con Ríos y sostiene que esos movimientos supondrían «un primer paso importante que tendría un respaldo social mayoritario, cuando menos en Euskal Herria». «Sería positivo que, poco a poco, tanto ETA como el Gobierno español, y los partidos mayoritarios, incluido el PNV, asuman la nueva situación y sepan recolocarse en ella», explica Ibarrondo.

Las próximas elecciones autonómicas no sólo podrían condicionar los pasos de la izquierda abertzale, que busca aglutinar fuerzas para participar en ellas, sino también los de un Gobierno desgastado electoralmente que no quiere que el PSOE pierda ni un solo voto de los sectores más reacios a cualquier proceso de negociación. Por ello, el rechazo del ejecutivo a la declaración de ETA no ha sorprendido al mediador sudafricano Brian Currin, que ha seguido de cerca los últimos acontecimientos en Euskadi. Sin embargo, en una entrevista concedida a Gara tras la declaración, Currin aseguró que «la posición de la dirección de la izquierda abertzale ha comenzado a causar cierta impresión e impacto en el Gobierno español. Quizá no lo reconozcan públicamente, pero tengo razones para creer que es el comienzo de cierto reconocimiento hacia la dirección de la izquierda abertzale y su liderazgo».

CONTRA EL ESCEPTICISMO

El escepticismo de parte de la sociedad ante alto el fuego de ETA contrasta con el optimismo mayoritario con el que se han acogido treguas anteriores. Sin embargo, Paul Ríos, coordinador de Lokarri, opina que este escepticismo no puede ocultar los movimientos de los últimos tiempos: «En verano de 2009 la situación era muy preocupante y en los meses posteriores han ocurrido acontecimientos que no podíamos ni imaginar entonces». Otras fuentes atribuyen el escepticismo al hecho de que se trataba de un alto el fuego que se daba por descontado. Las mismas fuentes sostienen que quizá no sea del todo malo que la cuestión no esté siempre en primer plano, porque eso genera también conflictos entre PSOE y PP, y recuerdan que una cosa son los discursos oficiales de los políticos y otra lo que se pueda mover por debajo.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Las-armas-bajan-la-voz-en-el-Pais.html