Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Al destacar las comparaciones de Israel con la Alemania nazi se reflejan los temores sobre la creciente brecha interna en la política israelí y en el ejército.
«El ejército israelí está ahora controlado por las personas afiliadas al movimiento de los colonos», dice Gordon [Getty Images]
Nazaret.- No hay tabú más grande en Israel que comparar el Estado de Israel con la Alemania nazi. Y sin embargo eso es precisamente lo que Yair Golan, jefe adjunto de las Fuerzas Armadas israelíes, hizo la semana pasada durante un discurso con motivo del Día de Recuerdo del Holocausto.
«Si hay algo que me asusta sobre la memoria del Holocausto es el reconocimiento de los procesos repugnantes que se produjeron en Europa -y en particular en Alemania- hace 70, 80 y 90 años y la búsqueda de signos de ellos aquí, entre nosotros hoy en 2016». Golan pidió «examen de conciencia nacional» y agregó: «No hay nada más fácil que odiar al desconocido, nada más fácil que estimular los miedos e intimidar. No hay nada más fácil que comportarse como un animal y actuar con santurronería».
Fue un momento de autoincriminación extremo, raro entre los líderes políticos y militares de Israel. La reacción política no tardó en llegar. El mismo día el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una llamada telefónica, enojado, exigió a Moshe Yaalon, el ministro de Defensa, que se retractara.
Golan, diligentemente, dio marcha atrás con una «aclaración» de que equiparar a Israel y la Alemania nazi era «absurdo y sin fundamento» y que no tenía la intención de «criticar a los líderes políticos». No obstante, en la reunión semanal del gabinete del domingo Netanyahu dirigió sus dardos nuevamente hacia Golan, calificando su discurso de «indignante». Añadió que este tipo de comentarios «no hay que decirlos en ningún momento».
«En el conflicto entre israelíes y palestinos, todos los campos quieren tener la posibilidad de reclamar la propiedad exclusiva de la víctima. La transgresión de Golan fue atreverse a identificar a los israelíes como los opresores. Es por eso que [los políticos del Gobierno] van ahora furiosamente tras él». (Neve Gordon, de la Universidad Ben Gurion)
Otros ministros estaban igualmente indignados. El ministro de Ciencia, Afir Okunis, dijo que la comparación podría causar un «daño masivo a la diplomacia pública israelí en todo el mundo». Miri Regev, la ministra de Cultura y exportavoz del ejército, pidió a Golan que renuncie.
Anteriormente, Naftali Bennett, el ministro de Educación y líder del partido de los colonos de extrema derecha Habait Haieudí (Hogar Judío N. de T.) tuiteó que «nuestros soldados serán comparados con los nazis, Dios no lo permita, con la legitimación de sus superiores».
Neve Gordon, politólogo de la Universidad Ben Gurion de Beer Sheva, dijo que el estallido político pone de relieve la importancia de las observaciones de Golan. «Todos los campos en el conflicto entre israelíes y palestinos quieren tener la posibilidad de reclamar la propiedad exclusiva de víctima», dijo a Al Jazeera. «La ofensiva de Golan era atreverse a identificar a los israelíes como los opresores. Es por eso que [los políticos del Gobierno] ahora furiosamente van tras él».
Golan es un héroe de guerra y es por esa razón que puede -justamente- sobrevivir a este incidente. Aunque es raro en extremo, estas comparaciones fueron hechas antes por figuras públicas israelíes, aunque nunca antes por alguien de la posición de Golan. Poco después de la ocupación iniciada en 1967, el difunto profesor Yeshayahu Leibowitz, un reconocido científico y filósofo, comenzó advirtiendo de que Israel estaba en peligro de sucumbir a lo que calificó de «Judeo-Nazism» (nazismo judío N. de T.).
Un argumento similar expuso Avraham Burg, expresidente del Parlamento israelí. En las palabras de un destacado crítico, su libro de 2007 Defeating Hitler afirma que «Israel no tiene esencia moral y se ha convertido en una Esparta brutal, en rápido deslizamiento hacia el nazismo».
Y sólo el mes pasado Haneen Zoabi, una política de la gran minoría palestina de Israel, rechazó una invitación a un evento del Día del Holocausto, señalando «similitudes alarmantes» entre Israel y la Alemania nazi de la década de 1930.
A pesar de la indignación que suscitó Golan en Israel, de las declaraciones de Burg y de Zoabi, ninguno fue tan lejos como para sugerir que Israel está cometiendo un genocidio de los palestinos al estilo nazi. En su lugar se refirieron a Alemania en la década de 1930, cuando los nazis llegaron al poder y comenzó la creación de una estructura de leyes racistas. Este período fue un preludio del Holocausto, que comenzó varios años después.
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Golan se encontró con cierto apoyo muy limitado. Un editorial del principal periódico liberal de Israel, Haaretz, le «saludó» por sus «valientes palabras». Agregó el editorial: «Se hizo caso omiso a una de las lecciones más importantes del Holocausto, las primeras señales que llevaron al fin del régimen».
Es probable que la comparación de Golan sea registrada como más importante para los israelíes -incluso si esta persona no está dentro de las más populares- que las que puedan hacer Zoabi o Burg. La declaración de Zoabi es atribuible al «antisemitismo» palestino, mientras que Burg es ampliamente descalificado como intelectual de izquierda.
Las razones de la decisión de Golan para hablar son complejas y están relacionadas con los temores provocados por una falla en aumento tanto dentro de la política israelí como entre los militares que no se adhieren estrictamente a la acostumbrada brecha izquierda-derecha.
Yaalon, el ministro de Defensa, también miembro destacado del Partido Likud de Netanyahu, vino en ayuda de Golan también, aunque distanciándose de la comparación con la Alemania nazi. Argumentó que el general estaba convocando a la cúpula militar para que sirva como «brújula y conciencia» de la sociedad israelí.
Michel Warschawski, uno de los fundadores del Centro de Información Alternativa, un grupo de apoyo conjunto de palestinos e israelíes, dijo a Al Jazeera: «Los jefes del aparato militar y de seguridad realmente tienen miedo por el futuro de Israel. Creen que la derecha está conduciendo a Israel a un callejón sin salida.
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«Golan y los otros entienden que Netanyahu ya ha perdido en la opinión pública mundial y ahora ven que la derecha, con el tiempo, tomará distancia de los estados occidentales. Eventualmente Israel caerá en un aislamiento total».
Netanyahu aprovechó particularmente su discurso sobre el Holocausto no para promover los valores universales puestos de relieve por Golan sino que se centró en lo que afirmó que eran los peligros constantes que enfrentaron los judíos. «El antisemitismo y las mentiras no murieron con Hitler en el búnker de Berlín», dijo. Los objetivos de su ataque oscilaron entre el mundo árabe y los musulmanes hasta los ministros del Gobierno sueco, parlamentarios británicos y las Naciones Unidas.
El peligro de este tipo de tribalismo se puso de relieve el mes pasado en el furor que causó la decisión del ejército de llevar a juicio por homicidio a Elor Azaria, cuando un médico del ejército filmó la ejecución de un palestino en Hebrón mientras yacía gravemente herido en el suelo.
Las encuestas han mostrado que una mayoría de los israelíes -incluidos los enrolados en el ejército- cree que no se deben tomar medidas contra Azaria. Algunos lo llaman héroe. Golan hizo alusión al incidente de Hebrón varias veces en su discurso. Parece que hay un temor palpable entre los comandantes del ejército como Golan, que están perdiendo el control de sus soldados y con él toda esperanza de aferrarse a su demanda tan preciada de ser el «ejército más moral del mundo».
«Fuera del escalón más alto, el ejército israelí está ahora controlado por personas afiliadas al movimiento de los colonos», dijo Gordon. «Esto plantea un argumento incómodo sobre el lugar de la religión en el ejército. ¿Quién da las órdenes, Dios o los generales?»
El columnista Asher Schechter observó el fin de semana que había no poca hipocresía en los esfuerzos de Golan y de Yaalon de predicar la moral al resto de la sociedad israelí. Golan, por ejemplo, fue sancionado en 2007 por utilizar a los palestinos como escudos humanos dos años después de que la Corte Suprema de Israel pusiera fuera de la ley esa práctica.
«La ironía es que [el ejército israelí] ha echado más de una mano alimentando ese entusiasmo de la derecha y en el desprecio por la vida humana que ahora preocupa a sus funcionarios de más alto rango», escribió el columnista.
El periodista Gideon Levy se mostró de acuerdo, argumentando que los comandantes del ejército como Golan «harían bien en examinar sus papeles en la decadencia moral del país y del ejército y se cuestionen lo que están haciendo ahora en sus altos cargos para empezar un cambio».
Jonathan Cook es un periodista independiente que reside en Nazaret.
Fuente: http://www.aljazeera.com/news/2016/05/israeli-soldiers-compared-nazis-160509060134244.html
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.