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Siria e Israel

Las declaraciones sorpresa de Rami Majluf

Fuentes: Al-Quds

Traducido del árabe para Rebelión por Elisa Viteri

Las declaraciones al periódico The New York Times del Sr. Rami Majluf, hombre de negocios sirio y sobrino del presidente Bashar al Assad, han sido fuente de un gran estupor. En ellas, decía que «no habrá estabilidad en Israel si no se logra la estabilidad en Siria». La sorpresa viene de que conectar estos dos extremos, en lo que ya se refugió el coronel libio Muamar el Gadafi, no parece servir al régimen sirio, al cual se supone pertenece el Sr. Majluf. Esta pertenencia, por cierto, le ha colocado a la cabeza del grupo de responsables sirios sancionados por Estados Unidos, a los que se acusa de haber desempeñado un importante papel en la ejecución de la política represiva y sangrienta adoptada el régimen a la hora de enfrentarse con el levantamiento sirio.

La mejor baza de las autoridades sirias la encarnaba su entidad de estado objetor que apoya a los movimientos de resistencia, desde Líbano a Palestina, desafiando el proyecto expansivo de los asentamientos israelíes. Declaraciones como estas pueden servir a muchos de los que dudaban de este argumento y debilitar a los muchos que se alinean con los férreos defensores de Siria arguyendo esto mismo.

No se puede establecer una relación entre la estabilidad en Siria y la estabilidad en Israel; son completamente antitéticas. Israel, que ocupa territorios árabes, entre ellos los Altos del Golán sirio y los Santos Lugares cristianos y musulmanes en el Jerusalén ocupado, no debería disfrutar de ningún tipo de seguridad o estabilidad, independientemente de que Siria se estabilice o no. Si se produjera una amenaza a la estabilidad y la seguridad sirias, ésta provendría de las conspiraciones del mismo Israel, no de los hijos del pueblo sirio, que sólo ejercen su derecho natural a pedir una reforma democrática, las libertades que de ella emanan, transparencia y respeto a los derechos humanos y una justicia independiente y justa.

Los israelíes fueron los que allanaron un reactor nuclear recién hecho cerca de Deir al Zur, asesinaron a Imad Mogniye, líder del ala militar de Hezbolá, al General Mayor Mohamed Suleimán, uno de los cerebros de la seguridad siria más destacados y la persona que, según se dice, estaba detrás de las ambiciones nucleares de Siria. Sin olvidar las incursiones israelíes en la zona de Ain Saheb, al sur de Deraa, donde hay una base de entrenamiento de las fuerzas de la resistencia. Los ejemplos al respecto son muchos y no tendríamos tiempo ni espacio para relatarlos todos.

Occidente era y sigue siéndole hostil a Siria. Los bloqueos a los que está sometida vienen de su negativa a aceptar los proyectos hegemónicos de Estados Unidos en la región y la invasión estadounidense de Iraq, además de su permisividad en la movilidad de los miembros de la resistencia del Iraq ocupado a través de sus fronteras. De la misma manera, prestó su apoyo a Hizbolá en Líbano cuando se enfrentaron con su enemigo, Israel, en el año 2006.

Que el Sr. Majluf defienda el régimen que le abrió las puertas de la riqueza y que le hizo acumular una inmensa fortuna es algo lógico y esperable. Sin embargo, que cometa el mismo error que cometió el líder libio Moamar el Gadafi, ya sea un desliz o un error de previsión resultado de su falta de experiencia política, es algo que puede traer consecuencias indeseadas, sobre todo si esta desafortunada asociación entre la estabilidad en Siria e Israel viene acompañada del deseo de continuar con la guerra contra los hijos del pueblo sirio, en lucha por la libertad, la justicia y las reformas democráticas.

Fuente: http://www.syriahr.com/11-5-2011-syrian%20observatory5.htm