Banderas cubanas y fotos del líder revolucionario Fidel Castro (1926-2016) adornan las asambleas barriales, en la primera etapa de unos comicios históricos, que comenzó este mes y que concluirá en febrero de 2018 con la escogencia de un nuevo presidente en Cuba. En las singulares comicios por fases y con campaña solo institucional y no […]
Banderas cubanas y fotos del líder revolucionario Fidel Castro (1926-2016) adornan las asambleas barriales, en la primera etapa de unos comicios históricos, que comenzó este mes y que concluirá en febrero de 2018 con la escogencia de un nuevo presidente en Cuba.
En las singulares comicios por fases y con campaña solo institucional y no de los candidatos, como se establece en este país de gobierno socialista desde 1961, muchas mujeres participan en las comisiones electorales y asisten, en ocasiones con sus niños pequeños, a las reuniones, reanudadas tras el azote del huracán Irma.
También son electas como las representantes barriales y candidatas a formar parte de los gobiernos municipales.
En el país no hay un sistema de cuotas para grupos en desventaja, pero las mujeres están cada vez más presentes en el gobierno. Ellas cubren actualmente casi 49 por ciento del parlamento unicameral, son 51 por ciento de los gobiernos provinciales y 34 por ciento de los municipales.
Pero todavía persisten brechas de género, alertan especialistas y activistas consultados por IPS.
Con palabras claras y tono decidido, la jubilada Rosario Salazar habló en la asamblea de su barrio en el municipio de Cerro, en La Habana, entre las primeras en celebrarse este mes. Ella apostó por al candidato que resultó electo por votación a mano alzada, Edilberto Cantallops, de 29 años.
Salazar dijo sentirse «contenta de que hayan ratificado al muchacho (Cantallops), porque atiende a la población con cariño y respeto y enfrenta a los organismos que a veces quieren evadirlo».
No obstante, lamentó que muchas mujeres «evaden esas responsabilidades».
«Hay mujeres enérgicas, lo que pasa es que atienden tanto el trabajo, como la familia y la casa», opinó. «Haría falta que en la casa se les apoye, tanto el esposo como las madres, para que ellas puedan participar más», propuso.
Esta jubilada conminó a abordar las inequidades de género en los espacios de decisión y, sin saberlo, resaltó una cualidad de la población femenina confirmada por fuentes científicas. «La mujer es menos corruptible que el hombre, eso se nota cuando se buscan las estadísticas», sostuvo.
La fuerza femenina está menos presente justo en el nivel más cercano a la gente, el municipal, cuyo recambio se decidirá en las elecciones «primarias» del 26 de noviembre y el 3 de diciembre, después que por el impacto del huracán Irma en Cuba, el Consejo de Estado pospuso su fecha inicial del 22 y el 29 de octubre.
El país debe realizar 45.688 asambleas barriales, de donde salen las y los candidatos a concejales. Por este grupo, votarán los cubanos mayores de 16 años, incluso militares, en las elecciones «primarias» a celebrarse en más de 24.000 colegios electorales de 12.515 circunscripciones.
En Cuba se definen como primarias las elecciones de la base social de participación política en el país: los barrios y las concejalías, que constituyen la primera instancia del proceso de escogencia de autoridades.
Cuando tomen posesión, los nuevos representantes barriales y los concejales realizarán, además de sus empleos, esa labor de gobierno no remunerado durante los próximos dos años y medio, de acuerdo con la Ley Electoral vigente desde 1992 y que las autoridades aspiran a modificar en un plazo aún no especificado.
Luego seguirán las elecciones provinciales y las generales en una fecha todavía sin fijar. Ahí el sistema electoral cubano se distingue porque la Asamblea Nacional de Poder Popular (parlamento unicameral) se compone en 50 por ciento de concejales y diputados provinciales y el resto proviene de organizaciones políticas y de masas.
Los 612 parlamentarios que representan a los 168 municipios cubanos entonces eligen al presidente del país, que suele tomar posesión en el mes de febrero cada cinco años.
El actual mandatario, Raúl Castro, ha reiterado que dejará en 2018 la presidencia pero se mantendrá al frente del Partido Comunista de Cuba, el único en el país.
En la participación femenina, las expertas consultadas por IPS miran más allá de las cifras.
«Por la politización excesiva de la vida del movimiento social femenino, ese enfoque de género no está del todo presente en la política», explicó la profesora y feminista Teresa Díaz Canals. «Nuestras dirigentes repiten ese discurso patriarcal, oficialista y asambleario que no llega realmente al corazón de nuestra sociedad», valoró.
Al igual que en el resto del mundo, también en este país insular caribeño «la participación política de las mujeres se conoce ahora como ‘política de la presencia’ pero con ello no basta para que se manifieste un enfoque de género auténtico», apuntó Díaz Canals.
«Se trata de expresarse con voz propia», aclaró la autora del artículo «El feminismo como política en Cuba».
«No quiero ser absoluta pero veo cuanto trabajan y luchan las mujeres que son delegadas (representantes barriales)», compartió la activista Rita María García y actual representante de una circunscripción de 1.185 electores en la ciudad de Cárdenas, donde vive, a 150 kilómetros al este de La Habana.
«Ellas trabajan en el hogar, en sus trabajos estatales o privados, atienden a sus hijos, los ancianos y además a su comunidad», sostuvo la también directora del no gubernamental Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo Cuba, en Cárdenas, en referencia a la sobrecarga de trabajo que soportan las mujeres en la actualidad.
Invitó a que «más mujeres deben decir que sí a este tipo de participación en el campo de la política cubana» porque «eso abriría puertas en el campo de la incidencia y cambio de políticas públicas futuras».
A su juicio, en los espacios locales «sí se habla de género pero sigue habiendo brechas a pesar de lo conquistado». «Persiste la violencia de género», ejemplificó García, cuyo centro previene y atiende a víctimas de ese flagelo y sus familias.
Con un amplio abordaje en los medios estatales y mensajes especiales a los jóvenes, los comicios generales 2017-2018 afrontan múltiples desafíos.
Son los primeros luego de la muerte del líder Fidel Castro, el 25 de noviembre de 2016, considerado por muchos como el núcleo de consenso a favor del socialismo.
Además, el proceso se produce mientras está a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades para recuperar al país de los cuantiosos daños causados por el huracán Irma en su azote por más de 72 horas a la costa norte cubana.
Y un segmento de la disidencia interna persigue colocar a sus candidatos, como lo intenta sin éxito desde 1989 ya que es calificada por las autoridades de «mercenarios a sueldo» de Estados Unidos.
«Proponemos 177 candidatos (a las elecciones barriales), de los cuales 58 son mujeres. Buscamos la paridad y, aunque no es total, tenemos mujeres de todos los sectores para que se representen a sí mismas», expresó Manuel Cuesta Morúa, coordinador de la plataforma opositora #Otro18.
Hasta el momento esa plataforma logró nominar a un candidato en una asamblea del Cerro, que no fue escogido, y otro salió electo en un barrio de la provincia de Pinar del Río para luego ser descalificado. En su opinión, existe «hostigamiento, intimidación a los candidatos y sus familias y violaciones de la ley electoral».
Con grandes logros en el empoderamiento de la mujer, como salarios igualitarios, aborto voluntario y elevada participación económica y social, especialistas consideran que ese trabajo debe continuar y actualizarse con nuevos enfoques, que se fortalecen en la academia y hasta en espacios institucionales como el del ramo agrícola.
La Federación de Mujeres Cubanas, única que reúne a las mujeres mayores de 14 años en este país de 11,2 millones de habitantes, es una de las organizaciones que presenta candidatas para ocupar la mitad de las bancas parlamentarias.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/09/elecciones-en-cuba-reabren-brechas-en-la-participacion-femenina/