-Mario Hernandez (MH): Dejamos a Miles Davis porque ya está con nosotros Guillermo Almeyra a quien hicimos esperar un rato pero escuchando buena música. Hace dos semanas estuvimos analizando en qué andaba la «Primavera árabe» y hoy quería que analicemos en qué anda Turquía que después de una situación de protestas masivas que analizamos en […]
-Mario Hernandez (MH): Dejamos a Miles Davis porque ya está con nosotros Guillermo Almeyra a quien hicimos esperar un rato pero escuchando buena música. Hace dos semanas estuvimos analizando en qué andaba la «Primavera árabe» y hoy quería que analicemos en qué anda Turquía que después de una situación de protestas masivas que analizamos en su momento, vuelve a ser elegido Presidente Recep Tayyip Erdogan con el 54,7% de los votos, dejando a un lado el ballotage ya que supera el 50% y derrotando al principal opositor, Ekmeleddin Ihsanoglu, candidato común del socialdemócrata CHP y el nacionalista MHP, que estuvieron por debajo de los votos que suelen obtener. ¿Cómo se explica esta contundente victoria electoral de Erdogan?
-Guillermo Almeyra (GA): En buena medida el Premio Nobel Turco nos la explica por lo que quedó de la influencia de Kemal Atatürk, quien intentó modernizar Turquía sobre una base nacionalista, laica, sumamente agresiva, que llevó a la masacre de los armenios a principios del siglo pasado, pero también con los restos del pasado monárquico y, por lo tanto, contra la religión, en una línea laica. Sus continuadores la transformaron en una línea burguesa, europea, pro-imperialista, siempre laica, pro sumamente «peluda», así fueron perdiendo prestigio.
La oposición a Erdogan estaba formada principalmente por jóvenes laicos y modernizadores a la europea, deseosos de espacios democráticos y mayores libertades, que rechazaban el retorno al Islam que proponía Erdogan y también por los kurdos, que a veces pueden votar.
En realidad, las elecciones expresaron el apoyo de la gran mayoría de los campesinos turcos y del pueblo turco tradicional a Erdogan, con excepción de los kurdos que presentaron un candidato propio que perdió.
-MH: Salahattin Demirtas, el líder político kurdo, consiguió el 9,1% de los votos.
-GA: También los liberales se le opusieron. Hay un Islam pro-imperialista, relativamente moderado que tolera la Flotilla de la Libertad que fue a abastecer a Gaza, donde murieron 6 turcos a manos de israelíes, que estuvo aliado con Israel, pero que ahora se opone para mantener los lazos con los pueblos árabes, que todos fueron antes colonias de Turquía.
-MH: Ud. habla de un Islam moderado, sin embargo, unas semanas antes de las elecciones, el vice premier, Bulent Arinc, dijo que las mujeres turcas no deben «reír en público».
-GA: Eso es normal en la mentalidad de los fundamentalistas turcos, pero mi mujer recibió un volante en un hospital público de Buenos Aires donde se daban una serie de consejos médicos y atrás venían los consejos de buen comportamiento para las mujeres, entre ellos, no reírse en público.
-MH: En todos lados se cuecen habas.
-GA: El conservadorismo, sea del Islam o del catolicismo, no tolera la libertad de las mujeres y una es la expresarse, de manifestar sus sentimientos en la calle. Es absolutamente aberrante de aceptar para estos sectores que una mujer se pueda reír porque sí.
-MH: De todo aquel movimiento generado en el Parque Central de la capital turca y que luego se extendiera a otras ciudades, ¿qué quedó?
-GA: Quedó un gran sentimiento de oposición y disconformidad. Buena parte de la intelectualidad, los estudiantes y sectores más modernos, por ejemplo, comerciantes ligados al comercio internacional, no del comercio tradicional turco, están en la oposición. Erdogan se apoya en los sectores más conservadores, más tradicionales, más apegados a la idea de familia y Dios, que practican las plegarias tradicionales, que son mayoritariamente turcos porque entre los kurdos no tiene apoyo, no porque el Partido de los Trabajadores Kurdos sea mayoritario entre ellos, pero tampoco las otras tendencias kurdas lo apoyan.
-MH: El próximo martes a la noche vamos a continuar analizando qué pasó con la «primavera árabe» para lo cual nos vamos a ocupar de Libia donde se ha instaurado un emirato en Bengasi, volviendo a los tiempos de las «Mil y una noches».
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