Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se encuentra esta semana en Estados Unidos, pero son muy pocos los observadores que esperan un avance inmediato o importante en las paralizadas negociaciones de paz con los dirigentes palestinos.
De cara a la galería, Netanyahu sostiene que está comprometido con la promesa que hizo el pasado año, poco después de formar su gobierno de derechas, de trabajar por la creación de un estado palestino desmilitarizado.
Pero lo que hasta ahora ha demostrado es que ni está dispuesto ni puede siquiera renovar la congelación parcial de la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania, una condición clave fijada por Mahmoud Abbas, el presidente palestino, para que se reanuden las negociaciones.
La mayor parte del gabinete de Netanyahu, incluido Avigdor Lieberman, su ministro de exteriores, apenas ocultan su oposición a la estatalidad palestina. Además, el Sr. Netanyahu ha impuesto a su vez una precondición: que los palestinos reconozcan a Israel como el estado del pueblo judío.
Un destacado analista de la política palestina dice que el panorama no es tan sombrío para los palestinos como pudiera parecer.
Asad Ghanem, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Haifa, predice que el Sr. Netanyahu y su gabinete tendrán finalmente que lamentar su obstinación.
La intransigencia y la temeraria adhesión a «la ideología de la supremacía judía» de Netanyahu y sus seguidores llevará a una gradual «reunificación» del pueblo palestino», dijo el Dr. Ghanem en una entrevista.
«Al aferrarse a la visión del Gran Israel, el Sr. Netanyahu y la derecha están avivando un nacionalismo palestino potencialmente de gran alcance que podría llegar a aplastar no sólo la ocupación sino también el estatuto de Israel como estado judío», dijo el Dr. Ghanem, autor de diversos libros sobre el nacionalismo palestino.
El Dr. Ghanem, que pertenece a la minoría palestina de Israel, la quinta parte de la población del país, señaló que el objetivo original de los fundadores de Israel consistía en utilizar una versión sofisticada de las tácticas políticas del divide y vencerás para debilitar un emergente movimiento nacional palestino opuesto al sionismo.
La guerra de 1948 por la que se creó Israel produjo la primera y más importante división: entre la minoría de palestinos que permanecieron dentro del nuevo territorio de Israel y los que se vieron forzados a refugiarse en el exterior de su fronteras, que en la actualidad alcanzan la cifra de al menos 4,7 millones de seres, según la Agencia de las Naciones Unidas para el Socorro a los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés).
Desde 1967, Israel ha venido impulsando muchas escisiones: entre las ciudades y las zonas rurales; entre Cisjordania y Gaza; entre Jerusalén Este y Cisjordania; entre los principales movimientos políticos rivales Fatah y Hamas; y entre los dirigentes de la AP y la diáspora.
«El principio directriz de Israel ha sido siempre engendrar la discordia entre los palestinos poniendo en conflicto los intereses de cada grupo», dijo el Dr. Ghanem. «Porque lo más probable es que una nación palestina enfrentada no esté nunca en condiciones de manejar sus propios asuntos».
Mostró desdén por los planes del Sr. Abbas y su primer ministro, Salam Fayyad, para intentar revivir el proceso de Oslo prescindiendo de Israel y buscando las bendiciones de la comunidad internacional para el establecimiento de un estado palestino en el próximo verano.
«Los dirigentes palestinos que han tratado de alcanzar la estatalizad», añadió el Dr. Ghanem, «lo han hecho siguiendo las condiciones dictadas por Israel».
«En primer lugar, se sacrificaron los derechos de los refugiados como parte de la nación palestina, después, los de los palestinos que viven en Israel. Se excluyeron zonas cercanas de Jerusalén Oriental y toda la Franja de Gaza. Y ahora, finalmente», dijo, «es casi seguro que incluso importantes zonas de Cisjordania se queden fuera de un futuro estado palestino.»
«Para Abbas, el punto culminante de las negociaciones es poner fin a la ocupación, pero poco a poco ha ido aceptando la muy estrecha definición que Israel formula de lo que constituye la tierra ocupada. Los derechos de los refugiados y los de otros palestinos a incluir en la nación palestina existen ahora fundamentalmente tan sólo a nivel retórico.»
«La insistencia en el derecho de Israel a que los palestinos lo reconozcan como estado judío debería acelerar la desintegración de esa política de Israel que persigue fragmentar al pueblo palestino y que data de su creación misma».
«Todos los palestinos se ven afectados por esa exigencia, no sólo los que viven dentro de Israel. El movimiento nacional palestino aceptó a Israel como estado hace ya décadas pero Netanyahu no se siente satisfecho con eso.»
«Quieren volver a abrir los archivos de 1948», dijo el Dr. Ghanem, en referencia a la guerra que estableció a Israel expulsando y desposeyendo al 80% del pueblo palestino. «Están provocando que el movimiento nacional palestino reconsidere el ya aceptado modelo de los dos estados para poner fin al conflicto».
«Como cada vez hay menos palestinos que se aferren a la idea de que Israel estará de acuerdo en partir el territorio, las barreras físicas e ideológicas entre los subgrupos palestinos están empezando a desmoronarse» dijo.
Las fragmentadas luchas de los palestinos -por los derechos civiles entre la minoría palestina de Israel; por la liberación nacional para quienes están en los territorios ocupados y por el derecho al retorno entre la diáspora- se están viendo reemplazadas por «una lucha común contra la realidad de un apartheid étnico».
El Dr. Ghanem añadió que, cuando los palestinos se den cuenta de que Israel nunca les va a ofrecer más que un «estado minusválido», el nuevo paradigma será «un estado binacional y democrático para todos, palestinos y judíos, en la Palestina histórica».
«Las diferentes facciones palestinas acabarán fundiendo sus plataformas políticas. Y de entre los palestinos que viven en Israel surgirán movimientos por los derechos civiles que servirán después para complementar la incipiente lucha antiapartheid en los territorios ocupados.»
Los analistas palestinos en los territorios ocupados no se mostraron tan optimistas.
George Giacaman, director de Muwatin, un instituto que promueve la democracia palestina, declaró que la reunificación que se está produciendo entre los palestinos era «fundamentalmente simbólica».
«Hay un nuevo sentimiento de causa y lucha comunes», dijo el Sr. Giacaman, «pero las divisiones geográficas entre los palestinos son tan profundas y duran ya tanto tiempo que es difícil que puedan superarse.»
Sin embargo, según sostiene el Dr. Ghanem, habrá un día en que los palestinos en Israel y en los territorios ocupados, así como los millones de refugiados, darán gracias al Sr. Netanyahu por haberles unido de nuevo.
Fuente:
http://www.thenational.ae/