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Lecciones de la sanidad cubana después de 50 años de embargo

Fuentes: Rebelión

Traducción de J. R. Olarieta

Un articulo publicado el 30 de abril de 2010 por dos profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en la revista Science, una de las más prestigiosas del mundo científico, dice que «aún con el impacto de las sanciones sobre los suministros de medicinas y equipamiento médico, los resultados sanitarios de Cuba son comparables a los de los países desarrollados».

El articulo revisa las políticas y los resultados sanitarios en Cuba desde la Revolución. Resalta que en el año 1983 Cuba producía más del 80% de sus medicamentos a partir de materias primas químicas importadas de la Unión Soviética y Europa y tuvo pocos casos de falta de medicinas. A lo largo de los primeros 30 años de embargo, la esperanza de vida de los cubanos aumentó 12,2 años, una cifra comparable a la del resto del Caribe y Sudamérica. Pero después del colapso de la Unión Soviética en 1989 y con el endurecimiento del embargo con las leyes «Torricelli» de 1992 y «Helms-Burton» de 1996, las condiciones para el desarrollo del sistema sanitario cubano empeoraron, produciéndose diversos brotes epidémicos, algunos relacionados con la malnutrición.

Pero el impacto de las sanciones ha sido relativamente bajo por el éxito de Cuba en otros aspectos de la atención sanitaria. A pesar del embargo, Cuba ha tenido unos resultados en salud mejores que la mayor parte de los países latinoamericanos y comparables a los de los países desarrollados. Cuba tiene la expectativa de vida (78,6 años) y la densidad de médicos (59 por cada 10.000 habitantes) más altas, y la mortalidad de bebés y niños más baja de los 33 países de América Latina y el Caribe.

Y todo esto con un coste muy inferior. En el año 2006 el gobierno cubano dedicó a la salud 355 dólares por habitante, un 7,1% del Producto Interior Bruto (PIB). El coste anual de la atención médica en los Estados Unidos fue de 6.714 dólares, un 15,3 del PIB de aquel país. Cuba también gastó menos en salud que muchos países europeos.

Ello es debido al énfasis del sistema sanitario cubano en la prevención y en el sistema de atención primaria, cultivados a lo largo del embargo. Cuba tiene uno de los sistemas sanitarios más proactivos del mundo. Gracias a que se educa a la población en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, los cubanos dependen mucho menos de los suministros de medicinas para mantener una población saludable. Todo lo contrario que en los Estados Unidos, que dependen en gran medida de los medicamentos y las tecnologías para mantener la salud de la población, pero a un coste mucho más alto.

El artículo concluye recomendando que los Estados Unidos, que ahora mismo intentan reformar su sistema sanitario, aprendan de Cuba importantes lecciones sobre el desarrollo de un sistema de salud realmente universal y que da prioridad a la atención primaria.

Faltaría añadir que muchos países europeos pueden aprender también que un sistema público de salud da mejores resultados, incluso desde el punto de vista monetario, que un sistema privado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR