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Las recientes medidas de Bush buscan provocar una oleada migratoria que proporcione la excusa para una invasión militar a la Isla

Leyes de Estados Unidos continúan alentando éxodo ilegal de Cuba

Fuentes: Prensa Latina

La Habana.- A 10 años de la llamada crisis de los balseros, que llevó a Estados Unidos a firmar un acuerdo migratorio con Cuba, las leyes norteamericanas que estimulan el éxodo ilegal continúan alentando peligrosas travesías por el estrecho de la Florida. La Ley de Ajuste Cubano, aplicada desde 1966, otorga automáticamente un permiso de […]

La Habana.- A 10 años de la llamada crisis de los balseros, que llevó a Estados Unidos a firmar un acuerdo migratorio con Cuba, las leyes norteamericanas que estimulan el éxodo ilegal continúan alentando peligrosas travesías por el estrecho de la Florida.

La Ley de Ajuste Cubano, aplicada desde 1966, otorga automáticamente un permiso de trabajo a los nacionales que lleguen a territorio norteamericano por cualquier vía, privilegios que no se conceden a ciudadanos de otros países.

Esa legislación da un trato selectivo a los cubanos que llegan de forma ilegal a Estados Unidos, en relación con emigrantes de otros países, a quienes se deporta de inmediato a sus naciones de origen sin otra explicación.

La Habana considera la Ley de Ajuste violatoria de los acuerdos migratorios bilaterales, que establecen que las autoridades estadounidenses deben devolver a los emigrantes ilegales y otorgar un mínimo de 20 mil visas anuales, para regular las relaciones migratorias.

La política aplicada contra Cuba ha provocado, desde 1965, tres grandes oleadas migratorias: Camarioca, 1965; Mariel, en 1980, y la denominada «crisis de los balseros», en agosto 1994.

De esas crisis, las dos últimas derivaron varias rondas de conversaciones entre los dos países, que concluyeron con la firma, en 1984, del Acuerdo de Normalización de las Relaciones Migratorias y, más tarde, del Acuerdo Migratorio del 9 de septiembre de 1994 y la Declaración Conjunta del 2 de mayo de 1995.

Los incumplimientos de estos convenios por la parte estadounidense, alientan la emigración ilegal pues en virtud de la Ley de Ajuste, admiten a cubanos que se trasladan allí como polizones o «balseros», lo que alienta la emigración insegura e ilegal.

La prensa nacional cubana refiere dos casos recientes en los que perdieron la vida 10 personas en uno y siete en otro; todos ellos viajaban en balsas rústicas.

Una de las embarcaciones se partió en dos y sus ocupantes estuvieron varios días a la deriva, durante los cuales tuvieron que beber su propia orina a causa del agotamiento, hambre y sed. Unos se lanzaron al mar y murieron ahogados, otros perecieron por ataques de tiburones.

El único sobreviviente del segundo caso relató como vio morir a un joven cuando era atacado por tiburones y a otro lo divisó muerto sobre lo que parecía una boya.

El presidente cubano, Fidel Castro, aseguró en su discurso por el Día de la Rebeldía Nacional, el pasado 26 de julio, que la Ley de Ajuste Cubano ha costado incontables pérdidas de vidas humanas.

Comparó el manejo del asunto migratorio por ambas naciones y recordó que más del 90 por ciento de los que emigraron de Cuba desde el triunfo revolucionario de enero de 1959, lo hicieron por canales normales y motivados por razones económicas.

Entre 1959 y 1962 emigraron hacia Estados Unidos 274 mil cubanos, de los cuales los primeros 70 mil ingresaron en ese territorio sin que mediara trámite migratorio alguno.

«Sus salidas fueron autorizadas por la Revolución sin obstáculo alguno», dijo, y criticó la manipulación política de ese fenómeno que incluye calificar a los cubanos, sin excepción, como exiliados a diferencia de los millones de latinoamericanos, incluidos haitianos y caribeños, que viajaron a Estados Unidos y se les llama emigrantes.

Con posterioridad a 1962 los vuelos regulares y las vías de salida legal desde Cuba fueron suspendidos de forma paulatina por Washington, al tiempo que se otorgaba automáticamente el estatus de refugiado a todo ciudadano cubano que arribara a territorio estadounidense.

Asimismo, se crearon condiciones financieras especiales para apoyar a los emigrantes cubanos.

El tratamiento que bajo la Ley de Ajuste recibe la emigración ilegal linda con el absurdo pues, en la mayoría de los casos, se trata de personas que previamente han sido rechazadas o simplemente no han solicitado visas estadounidenses porque saben que no cumplen los requisitos para obtenerlas.

Para Cuba, las recientes medidas implementadas desde junio último, que pretenden reducir el ingreso de divisas al país y recrudecer el bloqueo económico impuesto por la Casa Blanca ya hace 40 años, buscan provocar una oleada migratoria que proporcione la excusa para una invasión militar a la Isla.

Además dichas restricciones afectan directamente los derechos de los cubanos radicados en la Unión, quienes no podrán mantener relaciones filiales normales a ambos lados del estrecho de la Florida.

En junio pasado, Fidel Castro aclaró que una agresión al país caribeño desencadenaría una guerra total que destrozaría los acuerdos migratorios y podría provocar «éxodos masivos que no estaríamos en condiciones de impedir».