Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
Líbano acoge actualmente a una de las mayores poblaciones refugiados sirios del mundo. La politóloga Tamirace Fakhoury habla acerca de cómo aborda su país el reto que esto supone y sobre qué puede aprender Europa de ello.
Middle East Monito (MEMO): El nuevo informe sobre Líbano del Bertelsmann Transformation Index, BTI 2016 , concluye que el impacto que tiene la crisis de los refugiados sirios sobre la capacidad de reforma del gobierno libanés es enorme. La descomunal población refugiada «ha intensificado las tensiones internas y los desacuerdos, lo que ha llevado a una paralización de las reformas y de los nombramientos de altos cargos del gobierno», [según el informe]. ¿Nos lo puede explicar?
Tamirace Fakhoury: Líbano tienen la mayor concentración de refugiados per capita del mundo, más de un millón. Esto supone un shock demográfico para un país con una población de cuatro millones y medio de habitantes. Sin embargo, el impasse político en el que se encuentra Líbano no se puede atribuir únicamente a la crisis de los refugiados sirios. Otra razón es la política del sectarismo a consecuencia de la cual muchos partidos luchan por el reparto de poder y la atribución de recursos. El hecho de que Líbano haya estado en el centro de tanta agitación política también ha contribuido a lo que en este contexto he denominado la «sobrecarga de gobernanza». Por ejemplo, desde mayo de 2014 el parlamento es incapaz de acordar el nombramiento de un presidente.
MEMO: ¿Hasta qué punto es estable Líbano en estos momentos?
TF: Lo que mantiene unido el sistema político es que de manera informal las partes rivales están de acuerdo en que no quieren caer de nuevo en una guerra. Debido a su cultura de reparto de poder que data de antiguo Líbano se ha podido mantener frente a las crisis que se han extendido por los países de alrededor. Además , existe una bien arraigada historia de prácticas democráticas, aunque sea precaria e imperfecta. Con todo, la libertad de expresión y la libertad intelectual no han estado en peligro. ¡Miren lo que ocurre en Libia, Siria o Egipto ! No obstante, no podemos seguir apostando simplemente por la resistencia de Líbano y por su cultura de reparto de poder compartido, y cerrar los ojos a la necesidad de reactivar unas instituciones inactivas y de proporcionar gobernanza estructural al país. En julio de 2015, por ejemplo, hubo una enorme crisis de basuras. Para muchas personas aquello fue la prueba de que el sistema político de Líbano es insostenible porque ya no se ocupa de las cuestiones clave: gestionar los bienes públicos y proporcionar infraestructuras y servicios públicos.
MEMO: ¿Cómo gestiona Líbano la crisis de los refugiados sirios?
TF: Se ha elogiado a Líbano por su política de puertas abiertas y de no crear campos en relación a los refugiados sirios. El país cuenta con una larga tradición de relaciones laborales y de migración circular con Siria. Desde la década de 1990 muchos sirios han venido a Líbano a trabajar. Esto ha facilitado la reciente integración de los refugiados y que se repartan entre la población. Aún así, vale la pena señalar que la política de no crear campos de refugiados en Líbano está motivada por razones de seguridad. El gobierno teme que los campos de refugiados se conviertan en un refugio para los terroristas, aunque esta cuestión sigue siendo polémica. Por una parte, hay asentamientos informales, particularmente en la zona limítrofe con Siria. Por otra, algunos políticos y ONG argumentan que unos campos gestionados por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) proporcionarían a los refugiados mejores condiciones de vida.
MEMO: Va a hacer seis años que comenzó el conflicto sirio. ¿Cómo aborda el gobierno libanés esta presión constante sobre su hospitalidad?
TF: En efecto, el hecho de que el conflicto resulte ser prolongado hace que Líbano sea cada vez más incapaz de manejar el enorme problema humanitario y político. El país no tiene capacidad para integrar totalmente a todos estos refugiados y desde octubre de 2014 impone importantes restricciones a la llegada de refugiados. Aunque Líbano colabora con la comunidad internacional para garantizar una respuesta coordinada a la oleada de refugiados, las políticas han sido bastante ad-hoc e incoherentes (respecto al registro, por ejemplo) y muchos refugiados ha caído en un estatus ilegal. Los ayuntamientos se quejan de la falta de una política nacional coherente y a menudo establecen sus propias normas a la hora de establecer toques de queda o de regular la movilidad de los sirios en la localidad, por ejemplo.
MEMO: En su opinión, ¿qué papel debería desempeñar la comunidad internacional?
TF: Líbano necesita una estrategia global de estabilización. No puede resolver solo esta crisis. Hay tensión en la infraestructura social de Líbano (la educación, la sanidad, el suministro de agua). La situación es desalentadora, tanto para los refugiados como para las comunidades de acogida pobres. Esto provoca un aumento de las tensiones y de las quejas. Debería haber una respuesta mejor coordinada con Europa, por ejemplo, un acuerdo sobre más canales legales para la emigración. No obstante, el esquema de reparto de refugiados de Europa es muy lento. Necesitamos un enfoque global de gestión de la crisis de refugiados sirios.
MEMO: ¿Qué probabilidades hay que lo haya?
TF: Ha habido algunos acontecimientos con el aumento del flujo de refugiados a Europa del año pasado. A lemania y Suecia han asumido parte de la carga, pero hoy en día esto no es una opción política viable porque los gobiernos europeos se centran más en seguridad que los intereses de los migrantes. La diferencia entre la forma nacional y supranacional de gestionar la migración en Europa hace difícil generar planes bien coordinados acerca de cómo distribuir los refugiados. Los Estados discuten sobre si acoger a los refugiados y en qué medida, y en caso de hacerlo, cómo deben acogerlos. Con todo, hay que pensar acerca de la posibilidad de un mecanismo de gestión global mejorado, aunque sea poco probable que entre en vigor a corto plazo. Este mecanismo podría definir mejor las obligaciones de los Estados a la hora de acoger flujos humanos provocados por conflictos .
MEMO: ¿Qué papel desempeña la sociedad civil de Líbano en el problema de los refugiados?
TF: La sociedad civil ha hecho mucho. La crisis de los refugiados ha supuesto una oportunidad de restablecer plataformas cívicas y reflexiones relacionadas con la gestión de los refugiados. La sociedad civil y las comunidades han ideado soluciones novedosas sobre cómo pueden trabajar juntas las personas locales y las refugiadas, particularmente en comunidades pobres. En este sentido Líbano cuenta con buenas prácticas que puede transmitir a los países de Europa y otros lugares debido a las iniciativas locales y de abajo-arriba creadas para mitigar las tensiones. Por ejemplo, diferentes proyectos han generado posibilidades para que las poblaciones de acogida y las refugiadas trabajen juntas o han tratado de desmentir la asunción popular de que los refugiados provocan tensión o no pueden participar en el gobierno local y ser agentes de desarrollo.
Tamirace Fakhoury es profesora de políticas en la Universidad Americana Libanesa de Beirut y actualmente es becaria de la Fundación Humboldt en el Instituto GIGA de Estudios de Oriente Medio en Hamburgo, Alemania. Su último artículo sobre historia contemporánea, «Lebanon’s Perilous Balancing Act», analiza los dilemas de gobernanza del país tras el conflicto sirio. Tamirace Fakhoury es una de los 250 expertos del Bertelsmann Transformation Index (BTI) 2016, publicado el 29 de febrero de, 2016.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.