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Llega Adolph Lieberman

Fuentes: www.palestine-info

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Nadia Hasan y revisado por Caty R.

 

 

 

 

 

¿Se han preguntado alguna vez por qué en Israel y Estados Unidos guardan silencio acerca de la inminente incorporación de la figura estilo nazi de Avigdor Lieberman en el gobierno israelí de Ehud Olmert?

Sólo imagínense cómo reaccionarían los judíos, sus seguidores y apologistas si George W. Bush hubiera incluido en su gabinete a figuras tales como David Duke o Lewis Farrakhan.

Todos recordamos la rabiosa reacción en los círculos sionistas de todo el mundo por la breve incorporación al gobierno austríaco del Partido Libertad de Jorge Haider en el año 2000. Los círculos judíos y sionistas desde Sydney hasta California difundieron por todos los países europeos una virulenta campaña de difamación contra todo lo austríaco como si el país fuera una moderna reencarnación del Tercer Reich.

Ahora en Israel asistimos al estrellato creciente de una figura judeo-nazi, un vil moldovan, un pequeño Stalin que combina el racismo característico de los sionistas con la brutalidad estalinista y está a punto de unirse al gobierno de Israel, la proclamada «verdadera democracia de Oriente Próximo».

Para los que todavía no conocen a esa figura bestial que es Lieberman, estamos hablando del líder del cuarto partido político israelí, Yisrael Beitenu o «Israel es nuestra casa».

Lieberman es algo más que una figura «polémica» como lo retratan los judíos y los medios de comunicación controlados por ellos, para así no tener que enfrentarse a la realidad de su mente fascista.

De hecho, es un peligroso político, demagogo y fanático de la guerra, que apoya la limpieza étnica, el genocidio y las guerras nucleares. En realidad se puede decir sin exagerar demasiado que es como una reencarnación de Hitler.

El comportamiento brutal de Lieberman es bien conocido, incluso entre los judíos de Israel. En 1999, el ex inmigrante moldovan atacó y golpeó salvajemente, algunos dicen que sólo un poco, a un niño vecino porque presuntamente había golpeado a su hijo.

El asunto se conoció en Israel pero la publicidad se extinguió cuando Lieberman asumió el cargo de abogado representante de los inmigrantes judíos provenientes de la Unión Soviética y posteriormente el de ministro del gobierno de Ariel Sharon entre 2001 y 2003.

Como ministro del gobierno Lieberman expuso sus ideas nazis tan apasionadamente que el Ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, tuvo que advertirle de que podría ser convocado a La Haya para enfrentar un juicio por crímenes contra la humanidad si decidía llevar a cabo su ideología racista.

El 8 de marzo del 2002, el periódico israelí Yediot Ahronot citó sus comentarios durante una reunión del gabinete:

«A las 8 bombardeamos todos los centros comerciales, a las 12 bombardeamos todas las estaciones de servicio y a las 2 de la tarde bombardeamos todos los bancos y mantenemos las fronteras abiertas.»

Aún hay más, la plataforma electoral de Lieberman habló de retirar el derecho de voto a los no judíos, de expulsar a los palestinos de Galilea y de limpiar étnicamente de palestinos Cisjordania y Gaza por medio de la expansión de los asentamientos judíos y confinando a los palestinos en bantustantes y municipios como los del apartheid de Sudáfrica.

Lieberman sugirió en reiteradas ocasiones que Israel bombardeara Teherán y la Presa de Asuán en Egipto.

Ahora parece que Lieberman será el nuevo vice primer ministro de Israel y, lo que es más grave, ministro de defensa, es decir, el que maneja los asuntos relacionados con las amenazas estratégicas que debe afrontar Israel.

Bueno, ¿esto incluiría darle capacidad, al menos parcial, para decidir sobre las 300 a 400 bombas nucleares y misiles israelíes? Todo es posible en ese extraño estado que no ha despertado de una psicosis colectiva congénita que le hace asesinar a los niños que van a la escuela o lanzar un millón y medio de bombas de racimo en Líbano con el pretexto de la seguridad.

Es cierto que Lieberman no es la única figura política de estilo nazi en la larga historia criminal de Israel. Después de todo, es muy difícil encontrar a un líder israelí cuyas manos no estén manchadas con la sangre de los civiles árabes y cuya mente no esté infectada de un racismo criminal. De hecho asesinato, terror y racismo son para Israel lo que la tarta de manzana es para los estadounidenses y los bumeranes para los australianos.

No obstante, Lieberman puede ser especialmente peligroso debido a que se le está dando legitimidad a su ideología sio-nazi. ¿Tenemos que recordar que Adolfo Hitler también fue elegido por el pueblo en una elección libre y justa?

Es más Lieberman, cuyo partido controla 11 escaños de los 120 del Knesset, cuenta con el apoyo, además del de su electorado más cercano, de amplios sectores del público judío israelí, quienes más o menos apoyan sus ideas fascistas acerca de quitarles el voto e incluso expulsar a los ciudadanos no judíos de Israel, que constituyen cerca un cuarto de la población total.

Sin embargo sería engañoso suponer que este hombre y su partido manifiestamente racista son un fenómeno marginal en Israel. De hecho, no sería muy exagerado decir que Lieberman refleja y representa los sentimientos de la mayoría de los judíos en Israel. Sí, quizás otros políticos, como el Primer Ministro Ehud Olmert y el líder de la oposición Benjamín Netanyahu -quien se ha jactado en reiteradas ocasiones de su éxito en la reducción de la tasa de natalidad de los árabes israelíes- no se expresan tan fervientemente como Lieberman, especialmente en público. No obstante está claro que la mayoría de estos políticos y líderes de los campos del sionismo y el sionismo religioso, así como también los llamados de centro izquierda, apoyan las mismas ideas de Lieberman, lo que ha quedado de manifiesto por las políticas y prácticas de los sucesivos gobiernos israelíes a través de los años.

Y ahora algunas palabras para los europeos.

Es realmente difícil de entender, por no hablar de justificar, el silencio europeo por la incorporación de esta figura nazi al gobierno israelí.

¿Acaso Europa, que no perdió el tiempo para aplicar sanciones draconianas al pueblo palestino por haber elegido a Hamás, no se da cuenta que este hombre es un millón de veces más extremista y racista que cualquiera que apoye a Hamás?

¿Cómo puede continuar Europa haciendo negocios normalmente con un gobierno en el que sus ministros llaman abiertamente a retirar el derecho a voto e ilegalizar a un cuarto de la población, sin otra base que el hecho de que pertenecen a una religión diferente?

¿O acaso Europa está emulando a la administración de George Bush al seguir el camino de la hipocresía y la doble moral y a jugar al ciego, sordo y mudo cuando Israel aplica su propio fascismo frente a todo el mundo?

Europa debería recordar que el fascismo no se vuelve benigno cuando está en manos de los judíos.

Original en inglés: http://www.palestine-info.co.uk/am/publish/article_20296.shtml

 

Nadia Hasan y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, la traductora y la fuente.