Recomiendo:
0

Lo que debe hacerse

Fuentes: Jordan Times

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

He  escrito que el mantra «con el fallecimiento  de Arafat  y la reelección de Bush, existe una nueva oportunidad para la paz»  es una estimación errónea peligrosa, ya que las realidades políticas fundamentales en los Estados Unido e Israel no han cambiado.

Habiendo escrito esto,  sin embargo, déjenme  aclarar que no he abogado por la pasividad árabe ni palestina, ni por «cosas por el estilo.» Debido a que algunos han malinterpretado mi razonamiento, permítanme ampliarlo.

A pesar de prevalecer condiciones de ausencia de soberanía alguna  y un persistentemente ocupación brutal y humillante, hay iniciativas importantes

palestinas  y árabes que pueden emprender aquello que contribuyera a una mejora de la situación palestina.

1. La casa Palestina necesita reorganización.

Precisamente debido a las penalidades creadas por la ocupación de Israel, los pasos palestinos actuales (para reorganizar la dirección de sus instituciones nacionales; elegir y crear mandatos para los nuevos líderes locales y nacionales; para crear órganos más responsables y transparentes de gobierno; establecer una estructura más unificada para  las fuerzas de seguridad; y para desarrollar un acuerdo nacional general) deben verse como actos valientes de resistencia que deben ser  apoyados.

Durante  más de un medio siglo, Israel se negó a reconocer la existencia de los palestinos como una comunidad nacional. Una de las metas  del primer ministro israelí Ariel Sharon y del Likud ha sido desmantelar la Autoridad Nacional Palestina. Permaneciendo firmes y tomando los pasos para poner su casa en orden, los palestinos están desafiando el objetivo de Israel.

A pesar del hecho de que esta nueva dirección no encontrará en Israel mas voluntad de encuentro con los requerimientos palestinos para una paz justa, o más voluntad de los  EE.UU.  para presionar a Israel de  manera significante, la dirección palestina  elegida estará en una posición mejor para demostrar a la comunidad mundial que las peticiones palestinas no eran el antojo de Yasser Arafat, sino que  representan la voluntad de todo un pueblo.

La nueva dirección Palestina también se posicionará mejor para solicitar,  recibir y se administrar la tan necesitada ayuda financiera internacional, y para proporcionar una contestación más coherente a las conductas políticas de la ocupación israelí.

2. Abu Mazen y Mustafá Barghouthi tienen razón: la violencia debe acabar y la dirección nacional debe liderar una creativa conquista sostenida y no violenta a la  opresión israelí. La violencia de esta Intifada está moralmente equivocada  y es políticamente desastrosa. Ha jugado a favor en las manos de Sharon y de aquellos israelíes de la línea dura, dándoles la oportunidad que buscaban para desmantelar al ANP, deslegitimar  a sus líderes, acabar con el proceso de  Oslo  y usar políticas brutales y represivas intolerables contra toda la población palestina.

Durante muchos largos años, una verdad se ha vuelto evidente en sí misma: así como la violencia de la ocupación no acaba con la voluntad palestina de ser libres, la violencia palestina no acabará con la ocupación.

Como ya escribí hace tres años («Hacia una nueva estrategia Palestina», 28 Ene. 2002), los palestinos necesitan una nueva estrategia política. La venganza no es una estrategia.

La única contestación eficaz a la violencia penetrante y sostenida de la ocupación es una creativa campaña sostenida de no-violencia. Los palestinos emplean la  resistencia no-violenta todos los días. Cuando los refugiados permanecen firmes en su resolución de volver, cuando organizan elecciones locales y nacionales, o cuando desafían a la ocupación en los puntos de control militar en Jerusalén o en foros internacionales, están resistiéndose no violentamente.

Este esfuerzo necesita ser organizado y desarrollado en una amplia estrategia nacional. Pero para que esto ocurra, la nueva dirección palestina debe apoyarse en sus esfuerzos para recobrar el control sobre la empresa nacional, a pesar de las dificultades que esto traerá consigo.

3. La ocupación continuada no es ninguna excusa para el descuido árabe.

Mi madre me enseñó que necesitaba  aceptar la responsabilidad y desafiar para conducir mi propia situación. «Quejándose,» decía, «no es una estrategia.»

Nada absuelve la conducta israelí con el cautivo pueblo palestino, pero algo debe hacerse para aliviar el impacto horrible que todo esto ha tenido en los largamente sufridos palestinos. Como se detalla en  un reciente informe del Banco Mundial sobre la pobreza, y en otros estudios, las condiciones en Cisjordania y sobre todo en la Franja de Gaza han llegado más allá de los niveles de crisis: el 60 por ciento de la población está por debajo del nivel de la pobreza; 80 por ciento  de la juventud desempleada;  la desnutrición extendida y, con todo esto, una desintegración del mismo tejido de la vida social.

El EE.UU. le dice a Israel que «alivie el sufrimiento palestino y acabe con las humillaciones diarias.» Pero ignorando, que no hace ninguna acción.

Hay un desafío aquí para el mundo árabe – un desafío que debe encontrarse. Otra resolución que condene a Israel no se hará. Deben ahorrarse vidas palestinas. La sociedad palestina debe fortalecerse y su  juventud  joven debe dar esperanza.

Hay proyectos inteligentes, como aquellos patrocinados por el Fondo de Bienestar Palestino y la Fundación Jeque Zayed, que pueden basarse en el enfoque de una estrategia árabe global para rescatar al pueblo palestino y sostener a su dirección que pronto será elegida.

Nada de esto suple a una paz justa, pero es un requisito previo para la paz con justicia. La desesperación nunca ha sido un agente eficaz para el cambio, pero la esperanza puede ser una fuerza poderosa.

4. Palestinos y árabes deben conquistar la opinión norteamericana.

Durante demasiado largo tiempo,  Israel se ha permitido  una mano libre en la batalla para formar la  opinión pública norteamericana. Ya he expuesto este caso antes, y yo lo haré de nuevo: allí se necesita  una campaña de información árabe para desafiar las distorsiones israelíes  y retratar el lado palestino y árabe del conflicto.

A pesar de jugar una mano de cartas  perdedora, Israel continúa ganando porque trabaja  incansable y metódicamente para hacer suyo el caso. Entretanto, la más convincente narrativa palestina no se oye. En la ausencia de una campaña de información árabe, los israelitas han podido históricamente definir los términos del debate y se han retratado como las víctimas y a los árabes como los agresores malos.

Éstos son unas de las cosas que pueden y deben hacerse, con o sin «una oportunidad.» No  son un sustituto de la paz, pero el cambio real necesario para una voluntad de  paz no ocurrirá  sin esfuerzos como éstos.

4 de Enero del 2005