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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre "Amianto: un genocidio impune"

«Lo que parece fuera de toda duda es que Cuba queda adscrita al grupo de naciones que han optado por el ‘uso seguro’ y reglado del amianto»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, reseñó su obra (escrito editado en las […]

Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, reseñó su obra (escrito editado en las páginas de rebelión). Tengo que añadir al cabo de muchos meses: «y una de las personas más admirables que este entrevistador ha conocido nunca. Un referente de todos nosotros».

 

***

 

Nos acercamos a los compases finales. De esta última semana. He recibido esta link de nuestro amigo común Paco Puche: http://elfarodigital.es/melilla/sanidad/165711-salud-laboral-descarta-que-el-amianto-causara-12-casos-de-cancer-en-polavieja.html (via shareaholic.com). ¿Nos explica el tema sobre el que me alerta Paco?

Sobre esta misma cuestión, nuestro común amigo ha publicado el siguiente artículo:

Paco Puche, «La razón de la sinrazón» rebelión», 05/06/2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199625. Por consiguiente, me remito a lo dicho por él, y que yo suscribo íntegramente.

 

-¿Y qué es esto? Me lo ha enviado usted, como casi todo: «¿El zorro puesto a guardar el gallinero? http://www.biobiochile.cl/2015/05/28/mutual-examinara-a-trabajadores-que-denuncian-tener-asbestosis-por-faenas-en-bocamina-de-coronel.shtml »

-Si yo no lo he interpretado mal, se trataría de que el mismo organismo que en su momento tendría que asumir el pago de las indemnizaciones o pensiones derivables del hecho de que se confirmara que los trabajadores denunciantes estuvieran afectados de asbestosis (llama poderosamente la atención, el hecho de que no se reivindiquen otras patologías asbesto-relacionadas), sea precisamente, al propio tiempo, de forma exclusiva, y sin estar sometido a ninguna suerte de contra-examen de contraste, quien determine si tal afectación es real, o no. Una situación, que de ser así efectivamente, no puede ser considerada como ecuánime y satisfactoria.

-También de usted: «esto otro sobre otro grupo de substancias peligrosas, los disruptores endocrinos: http://www.etui.org/fr/Themes/Sante-et-securite/Actualites/Hauts-fonctionnaires-et-lobbies-s-allient-pour-saper-l-initiative-europeenne-contre-les-perturbateurs-endocriniens » ¿Y de qué va eso de los disruptores endocrinos? ¿Tiene algo que ver con el amianto?

-Los disruptores endocrinos no guardan relación alguna con el amianto, más allá, meramente, de compartir su carácter de contaminantes nocivos. Se trata de substancias, originadas, directa o indirectamente, por la actividad industrial, y que comparten la característica común, de interferir con el metabolismo hormonal, con el consiguiente deterioro de esa normalidad; eso, a veces, puede ser determinante de graves consecuencias para la salud. En la información comentada, se pone el énfasis en la acción de lobby frente a los funcionarios europeos responsables de que una legislación protectora sea creada. Desde nuestro interés específico por el amianto y su regulación, lo sucedido en relación con los disruptores endocrinos es todo un toque de atención sobre el riesgo que representa todo lo que ha ocurrido, está ocurriendo, y puede seguir ocurriendo en el futuro, respecto del amianto. Es eso lo que me ha parecido digno de ser resaltado.

-Un amigo científico, Eduard Rodríguez Farré, ahora que lo pienso, me habló de ello. El resumen de un artículo que he conocido por usted: «Polvo de asbesto es uno de los agentes cancerígenos neumoconióticos más peligrosos. El objetivo de este estudio fue evaluar la incidencia de asbestosis y mesotelioma pleural, dependiendo del consumo de amianto y el tipo de productos manufacturados, entre los ex trabajadores del amianto en Polonia. Los sujetos del estudio incluyen los empleados de 18 grandes empresas de transformación de amianto de propiedad estatal que operan en el mercado polaco en 1945-98. El estudio se basa en datos obtenidos de registros de empresas de amianto y el Registro Central de datos de Enfermedades Ocupacionales en los casos de asbestosis y mesotelioma para el período de 1970 hasta 2012, así como los datos del Programa Amiantus. El análisis se realizó durante 5 sectores que comprende plantas clasificadas de acuerdo a los productos manufacturados y tecnología de producción aplicada. En el período de estudio, se reportaron 2.160 casos de asbestosis y 138 casos de mesotelioma. Las plantas procesan un total de cerca de 2 millones de toneladas de amianto, incluido un 7,5% de la crocidolita. El consumo total de amianto era un fuerte predictor de la incidencia de asbestosis: tasa (R2 = 0,68, p = 0,055). Se observó la presencia de más alto riesgo de asbestosis en la producción de textiles y productos de estanqueidad. El mesotelioma se produjo sólo en plantas donde crocidolita había sido siempre procesada. El consumo total de amianto era un fuerte predictor de la tasa de incidencia de asbestosis. La observación confirma la relación entre la exposición a la crocidolita y la ocurrencia de mesotelioma, independientemente de los productos fabricados, y sugiere la ausencia de tal relación para el volumen total de consumo de amianto». ¿Nos puede dar su opinión de este estudio?

-Mi valoración, en esta ocasión, tiene que ser forzosamente ambivalente. Por una parte, sus autores no son ningunos desconocidos, sino que, por el contrario, se trata de profesionales de reconocido prestigio. Por otra parte, sin embargo, es notorio que en este estudio no se encuentra lo que no se busca, porque no cabe otra explicación para que no se registre ni un solo caso de carcinoma de pulmón asociado a exposición al asbesto, y otro tanto cabe decir respecto del cáncer de laringe, del de ovarios o de los mesoteliomas de los demás asentamientos, excluyendo al pleural, que es el único considerado, y faltando, por consiguiente, el peritoneal, el pericárdico y el para-testicular. Se contabilizan por separado los casos de asbestosis y de mesotelioma, pero nada se dice respecto de los eventuales casos de afectación simultánea por ambas patologías, siendo extensible esa ausencia de la poli-morbilidad, respecto de las restantes patologías asbesto-relacionadas, igualmente no contempladas. Por consiguiente, se presenta un cuadro general, que infravalora el verdadero alcance de la afectación.

-De nuevo es usted mi fuente: «Este otro testimonio científico abunda en lo mismo, quizás con mayor contundencia, si cabe: Velasco-García MI, Recuero R, Cruz MJ, Panades R, Martí G, Ferrer J «Prevalencia y distribución del depósito pulmonar de amianto en población urbana española» Arch Bronconeumol. 2010 Apr; 46(4): 176-81 http://www.elsevier.es/revistas/ctl_servlet?_f=7264&articuloid=131488658.revistaid=6

y:

http://www.archbronconeumol.org/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13148865&pident_usuario=0&pident_revista=6&fichero=6v46n04a13148865pdf001.pdf&ty=162&accion=L&origen=abn&web=www.archbronconeumol.org&lan=es

http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13152069&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=260&ty=117&accion=L&origen=bronco&web=www.archbronconeumol.org&lan=en&fichero=260v46n04a13152069pdf001.pdf

-Mi comentario hacía referencia al estudio, ya considerado por nuestra parte, de Recuero et al. (2006), mencionado en mi trabajo titulado «AMIANTO POR TODO EL CUERPO. Los biomarcadores y las fibras de amianto, en órganos y tejidos», al que ya aludimos en nuestra última entrevista. Estos otros trabajos abordan la misma cuestión -la presencia de amianto en los pulmones de los habitantes de las ciudades-, pero en esta ocasión no limitándose a los de Barcelona, sino con extensión a los de las diversas poblaciones de España. Sus hallazgos son todos concordantes, en términos generales.

-¿Nos hace un resumen apretado de estos trabajos? ¿Qué intentan demostrar?

-Lo que vienen a poner de manifiesto, es que el amianto también es el responsable etiológico de otros muchos cánceres en los que tal origen no resulta tan evidente, al no tratarse de una exposición laboral. Nuestro común amigo Paco Puche también ha puesto el énfasis, en varios de sus escritos, sobre esta presencia universal del amianto (la «tela de araña», quiero recordar que es como él lo caracteriza), con sus letales consecuencias para quienes resultan «agraciados» en esta siniestra lotería en la que nos han inmerso quienes promovieron, propiciaron y protegieron el uso masivo del asbesto.

-Voy al libro. Estamos en la página 464. Vuelve a aparecer aquí el señor Margereson. ¿Por qué?

-Se había tratado de un caso de afectación originada por la mera vecindad respecto del foco industrial de la contaminación por asbesto. En relación con tales precedentes, en esta parte, ya final, de mi libro, manifiesto: «Lo que sólo era un caso individual, el del señor Margereson, se pudo comprobar, después de un trabajo de investigación del periódico Yorkshire Evening Post, que se trataba de un desastre generalizado, que alcanzaba a toda una amplia zona de Armley, en la que los casos de mesotelioma se mezclaban en un enmarañado entramado de vías de contaminación, entre la exposición laboral, la doméstica y la de mera vecindad.

En 1992, un portavoz de la empresa, dijo: «Turner and Newall no ha tenido conocimiento de ninguna evidencia que vincule al amianto con la antigua fábrica JW Roberts«.

Sin embargo, los tiempos en que bastaba una simple declaración, hecha con inmenso cinismo, para sacudirse las pulgas y salir del atolladero, hacía ya bastante que habían pasado. En efecto, en 1987, el «Chase Manhattan Bank» inició un proceso legal contra «Turner & Newall» en los Estados Unidos, reclamando daños y perjuicios compensatorios y punitivos, por el peligro creado en la sede corporativa de «Chase», por la presencia de spray de asbesto, aplicado para hacer ignífugos los materiales del edificio. Con motivo de este pleito, en torno a dos millones de documentos de «Turner & Newall», muchos de los cuales no habían sido previamente vistos por los abogados británicos ni por los historiadores, fueron descubiertos en el curso del proceso. El vicepresidente del banco, el abogado senior Michael O’Connor, reconoció el valor de los documentos, que se remontaban hasta la década de 1920, y como no había orden de protección, que habría impedido que se divulgasen a terceros, comenzó a enviar grandes paquetes de copias de documentos clave de «Turner & Newall», a los medios de comunicación, a los abogados, a los médicos, a los grupos de apoyo a las víctimas, y a los historiadores. En 1995, O’Connor fue galardonado con el Premio a la Libertad de Información, del Reino Unido. Ese acervo documental permitió que prosperasen diversas demandas, algunas de las cuales se referían a casos de contaminación doméstica, por vecindad, o por convivencia. Tales documentos dejaron fuera de toda duda, que «Turner & Newall» (vale decir, todo el cartel del amianto), desde las primeras décadas del siglo XX, había tenido pleno conocimiento de todas las maldades del asbesto, cánceres incluidos, ocultándolo al público conocimiento».

-Le veo un poco crítico con un trabajo que usted cita de Donovan et al de 2012. ¿Por qué?

-Bueno, a mi lo que me alertó, en primer lugar, acerca de la índole de este trabajo, fue la inclusión de Denis Paustenbach entre sus autores. De él ya nos ocupamos en nuestras entrevistas nº 8, 23 y 29. La revisión del contenido, vino a corroborar esa primera impresión negativa, tal y como se detalla en lo expresado en el libro.

-Cita usted a Nicolás Guillén para abrir el apartado 3.2. ¿Le gusta el poeta cubano? ¡Es curioso esos versos: Alta siempre, no caída;/ traiga su risa y su llanto;/ clave las uñas de amianto/ sobre la vida». ¿Sabía Guillén del tema?

-La utilización del amianto como tema literario, oscila entre lo simbólico y la mera condición eufónica de la palabra. Permítaseme la inmodestia de citar, al respecto, mi trabajo titulado «Literatura y amianto: un extraño maridaje», publicado también en «Rebelión», el pasado mes de febrero. El acceso a su contenido, se puede hacer a través del enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195680 .

No tengo constancia de que Nicolás Guillén tuviese un conocimiento pormenorizado del asbesto ni de sus nocivos efectos, lo cual, sin embargo, tampoco puede ser descartado.

-Por cierto, tal vez se lo haya preguntado en algún momento, ¿y en Cuba? ¿Qué pasa en Cuba con el tema?

-Permítame transcribir algunos párrafos, procedentes de varias fuentes (alguna, reconozcamos que de imparcialidad más que dudosa), para que, no obstante, sea el propio lector quien pueda formar su propia opinión.

En el artículo de Laurie Kazan-Allen, titulado «Guerra del amianto» ( www.abrea.org.br/23laurieka.pdf ), podremos leer: «Aunque los consumidores de amianto en Cuba (Grupo Perdurit Industrial) están preocupados acerca «del ataque mundial contra el asbesto», la demanda de tuberías de asbesto-cemento, láminas y tanques de agua para proyectos de vivienda, permanece constante».

Adolfo Rivero Caro, en el portal de Internet «En defensa del neoliberalismo» (¡!), titula un texto: «Cuba y el asbesto: un crimen impune». En él se dice: «Por increíble que parezca, los centenares de fábricas y talleres dedicados a tareas de construcción y que trabajan con asbesto en Cuba no utilizan absolutamente ningún equipo de protección. Como, por otra parte, a los obreros cubanos no se les informa absolutamente nada sobre los graves peligros del asbesto, se puede decir que la dictadura castrista está comprometiendo deliberadamente la salud de la clase obrera y del pueblo cubano para poder mantener sus míseros niveles de construcción». Sobre dicho autor encontramos la siguiente reseña curricular: «Adolfo Rivero Caro (La Habana, 1935) se unió al Partido Comunista mientras estudiaba derecho en la Universidad de La Habana y fue jefe de Organización de la Juventud Comunista así como director del periódico Mella. En 1964 devino profesor de Marxismo en su alma mater pero cuatro años más tarde fue denunciado por Granma a causa de desacuerdos con el régimen, separado de todas sus posiciones oficiales y forzado a trabajar como obrero. Fue activista de derechos humanos, vivió bajo vigilancia constante y fue condenado repetidamente a prisión. En 1988 fue nuevamente denunciado por Granma antes de permitírsele emigrar a Francia, que lo recibió como refugiado político. Se estableció en los Estados Unidos en 1989 y reside actualmente en Miami, donde trabaja como analista político y columnista de El Nuevo Herald. En 2003 fue mención de honor del premio de opinión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)».

En cualquier caso, lo que parece fuera de toda duda es que Cuba, como nación, queda adscrita al grupo de naciones que han optado por la tesis del pretendido «uso seguro» y reglado del amianto, con todas las servidumbres y selectivas cegueras voluntarias que ello supone: «En Cuba no existen yacimientos de asbesto, por lo que la producción nacional se realiza a partir de la importación de la fibra. Existen cuatro fábricas con un total de 1.200 trabajadores pertenecientes al Ministerio de la Construcción. El consumo anual está en el orden de 10.000-12.000 toneladas por año. En Cuba no se han reportado hallazgos significativos de cáncer de pulmón o mesotelioma en trabajadores o población expuesta a fibras de asbestos o sus productos. El uso de esta fibra se ha restringido y solamente está autorizada la importación y fabricación con asbesto blanco, crisotilo. El Sistema de Salud cubano, con alto reconocimiento internacional, la Inspección Estatal y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente garantizan el cumplimiento de la legislación vigente en la materia para el uso seguro de las fibras de asbesto crisotilo. Mientras se mantenga en el país el uso del asbesto blanco, los Ministerios de Salud Pública, el de Trabajo y Seguridad Social y el de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, así como los organismos de la administración del Estado que corresponda, se encargan de llevar a cabo las acciones estratégicas necesarias y rinden cuenta de ello oportunamente. La legislación vigente contempla los principios esenciales para prevenir la exposición a las fibras de asbesto a través de la eliminación o disminución del riesgo a valores tolerables, la obligación del Estado y las empresas de garantizar la vigilancia epidemiológica y la garantía de chequeos médicos pre-empleo y periódicos para, de forma precoz, adoptar las medidas requeridas ante cualquier desviación de los parámetros fisiológicos, biólogos y ambientales»: Prieto S. 2008. Algunas Consideraciones Sobre el Uso del Asbesto en la República de Cuba. Cienc Trab. Ene-Mar; 10(27): 18-20.

Robert Elliot, vicepresidente ejecutivo de «Amaxx Risks Solutions, Inc.», el 30 de Noviembre de 2010, y bajo un título tan obvio como «Cuba: Lobby Asbesto Toma postura pro-asbesto», informaba: «La Federación Internacional de Trabajadores de amianto crisotilo (FICAT) celebró recientemente una conferencia en La Habana, con una agenda clara para oponerse a la prohibición del amianto, con el pretexto de que las advertencias sobre millones de víctimas del amianto son sólo un susto innecesario.

Según el Departamento de Salud y Seguridad del Instituto Sindical Europeo (ETUI), esta postura pro-asbesto está respaldada por la dirección de la central obrera oficial de Cuba y por los miembros de la organización sindical internacional con sede en Atenas «Federación Sindical Mundial», que agrupa a un pequeño número de miembros, de la línea dura del viejo cuerpo de directivos de la central obrera que había estado controlada por el bloque soviético. La mayoría de las delegaciones en la conferencia vinieron de diferentes países de América Latina.

El lobby del amianto ha trabajado durante mucho tiempo para evitar una prohibición mundial del amianto.

Según se ha informado, se blandieron amenazas a los puestos de trabajo, con el fin de ampliar su influencia y obtener sindicatos seleccionados en el lado de una acción cada vez más orquestada internacionalmente, a través FICAT».

Un posicionamiento maniqueo, a modo de moderno Polifemo, sobre la cuestión de la viabilidad y oportunidad de una prohibición del amianto, no se vería respaldado estrictamente por los hechos. Veamos, por ejemplo, lo que decía, al respecto, Manuel Sacristán, en una de las entrevistas que concedió: «He contado muchas veces el deprimente ejemplo de la industria del asbesto en Alemania Federal, pero es tan instructivo que no me molesta repetirlo: el gobierno Schmidt preparó, a finales de los años 70, un proyecto de ley que preveía la abolición, en cuatro años, de la industria del asbesto -una de las más cancerígenas que existen- el proyecto de ley fue retirado, por la presión conjunta de los empresarios y los obreros del asbesto, temerosos de perder sus empleos y decididos, evidentemente, a preferir el cáncer de pulmón a un periodo duro, que desde luego, no habría sido de hambre física, sino sólo de transitoria reducción del nivel de vida, es decir; de lo que la mentalidad burguesa llama nivel de vida; (el proyecto de ley preveía la sustitución gradual de los puestos de trabajo y una dotación, para investigación y desarrollo de sucedáneos del amianto)». Fuente: Manuel Sacristán. «Entrevista con Manuel Sacristán.» «Mientras tanto», 16/17 (1983): 195-211.

Seguidamente ponemos en evidencia el «entusiasmo» oficial con el que el asbesto, en lo que ha sido su uso más masivo, el amianto-cemento, ha tenido predicamento en Cuba.

Un módulo de vivienda unifamiliar, construido (y premiado) en Cuba, casi exclusivamente con amianto-cemento, lo podemos contemplar, accediendo al contenido del siguiente enlace:

http://arqueologiadelfuturo.blogspot.com.es/2011/11/arquitectura-visionaria-en-cuba-1964.html

Quienes se tomen la molestia de acceder al contenido del enlace, serán testigos del «magnífico» resultado estético y funcional, en un clima tropical, de aquello que nos hemos resistido a denominar como «vivienda».

-Nada hay que añadir a lo que usted dice. Gracias por la referencia a Sacristán. ¡No se le escapa detalle!

Da usted una referencia de 2013 y afirma: «Entre el 5% y el 7% de los trabajadores expuestos a la inhalación de polvo de asbesto desarrollan finalmente un mesotelioma». ¿Siguen siendo válidos estos datos? ¿Son a la baja? ¿Hay porcentajes sobre personas del entorno o sobre otros colectivos?

-Estas cifras no pueden ser consideradas más que como aproximaciones, habida cuenta del sub-registro -enorme en algunos entornos geográficos-, que suele abundar, por lo que respecta al mesotelioma. Referirlas a otros colectivos más difusos, como sería el caso de las poblaciones circundantes al foco de polución industrial, suponen, por supuesto, una dificultad incrementada para la cuantificación.

-Nos da usted un listado de sentencias sobre pacientes que trabajaron en empresas del grupo Uralita. 78 en total. ¿Se las ha leído todas?

-No. He efectuado una somera inspección del contenido de todas ellas, incluyéndose en ello también a las que corresponden a otras empresas demandadas, centrando mi atención en aquellas en las que su contenido arroja alguna peculiaridad destacable. Por ejemplo, en la resolución judicial SAP SE 5700/200, podremos leer: «pudo haber un gran número de enfermedades o factores concurrentes que propicia sentó a celebrarse el casino o pulmonar y la muerte». O cuando (STSJ CAT 4043/2009), en referencia al investigador británico Richard Doll, se le nombra como «Sir Juan Antonio»… Como recordará, de ambas sentencias ya nos ocupamos, por este mismo motivo, en la entrevista nº 25. Puedo asegurarle que en algunas ocasiones, en las que me he encontrado, en el texto incluido en la web del Consejo General del Poder Judicial, con expresiones manifiestamente incorrectas o sencillamente incomprensibles, y al propio tiempo he tenido oportunidad de contrastarlo con el original de la sentencia en cuestión, para mi sorpresa me he encontrado con que lo insertado en la mencionada web, refleja fielmente lo recogido en la correspondiente sentencia, incluyendo al disparate de turno. Por lo tanto, las pifias no se han cometido al trasladar el contenido de las sentencias a la web: ya venían viciadas de origen. Obviamente, puede haber muchos motivos para que una determinada sentencia destaque, respecto del conjunto de las demás, en su generalidad, y las incorrecciones clamorosas en las expresiones utilizadas, no son más, a fin de cuentas, que uno solo de los múltiples motivos para esa singularidad.

-Dice usted: como puede observarse el 73% corresponde a resoluciones dictadas desde 2007 hasta la actualidad. ¿Por qué esa proporción?

-Al respecto sólo cabe hacer conjeturas. Si en el censo de la web del C.G.P.J. sólo se están reflejando las sentencias recurridas más allá de la primera instancia; si resulta que las empresas, ante la eventualidad de una sentencia desfavorable a sus intereses, resuelta así en primera instancia, sistemáticamente la han recurrido en alzada; si resulta, al propio tiempo, que la mayoría de las sentencias en primera instancia han sido desfavorables al trabajador demandante, y al propio tiempo, éste, en la mayoría de tales casos, ha desistido de recurrir, eso vendría a explicar, junto con el largo tiempo de latencia de las enfermedades del amianto, esa ausencia, que en tal caso en parte vendría a ser meramente aparente.

-Viene luego otro conjunto de sentencias -43 en este caso- en el que amplía el arco empresarial a pertenecientes al sector naval o a la industria de armamento. ¿Por qué especialmente esos sectores? ¿Son los más castigados?

-Efectivamente, en el sector naval se han producido las más intensas y extensas poluciones, por el manejo de amianto friable en cantidades importantes; tal circunstancia es también extensible a las industrias armamentísticas.

-Luego están las asociadas al transporte ferrocarril, al cortado de tubos de amianto-cemento y, finalmente, en trabajos portuarios. ¿Sería todo? ¿Ya estaría?

-En modo alguno. Tendríamos, por ejemplo, a la industria textil del amianto, en la que los niveles de concentración de fibras en la atmósfera de los lugares de trabajo, es elevado. Luego estarían las actividades en las que la presencia del asbesto es menos ostensible, como es el caso de la industria del caucho, en la que, en las labores de desmoldeo, se utiliza talco industrial, que suele estar contaminado por la altamente cancerígena tremolita, etc., etc.

-Nos quedan el epílogo y los agradecimientos y una propuesta que quiero hacerle para finalizar.

-La que guste formular.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.