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Logroño dignificará a 400 víctimas del franquismo en un memorial

Fuentes: Info Libre

La asociación La Barranca elaborará un listado para la dignificar la memoria de las 400 víctimas del golpe de estado de 1936 enterradas en el cementerio municipal de Logroño, donde se construirá un memorial.

El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, y el presidente de la Asociación para la preservación de la memoria histórica de La Rioja La Barranca, Ricardo Blanco, acompañados por el concejal de Servicios Sociales y Desarrollo Comunitario, Iván Reinares, y el socio de esta entidad Martín Martínez han firmado el miércoles 11 de noviembre, un convenio de colaboración.

El acuerdo cuenta con una cuantía de 36.000 euros y una vigencia desde el 1 de diciembre de 2022 hasta el 31 de agosto de 2025.

Martínez ha explicado que La Barranca se compromete a elaborar un listado de víctimas de la represión fascista enterradas en el cementerio de Logroño, desde el día 22 de julio de 1936 hasta el año 1942 y a investigar la ubicación de sus enterramientos, posteriores exhumaciones y el destino de los restos.

Ha añadido que crearan un listado de lugares de memoria en la ciudad de Logroño y elaboraran textos y otros soportes que los identifiquen y ubiquen; además de material didáctico para «llevar a cabo una visita al cementerio con el fin de reconocer y dignificar la memoria de las víctimas de la represión franquista».

Ente estas 400 personas, ha detallado, 100 procedían de Logroño y las otras de 300 de otros pueblos de la región, todas víctimas de las denominadas “sacas”, que consistía en una extracción de los presos de la cárceles, para luego montarlos en un camión y llevarlos a determinados lugares donde eran asesinados.

Foto: Memorial «La Barranca», Lardero, La Rioja.

Asimismo, ha informado que el siguiente paso de este convenio es la divulgación de la historia de la ciudad, en la que «se difundirán los resultados de esa investigación mediante su publicación y la organización de conferencias y diferentes actos que ayuden al conocimiento de estos hechos».

Además, Martínez ha anunciado que este convenio permitirá construir un memorial creado por un artista local que se situará en el cuadro 1 del cementerio municipal, lugar donde fueron enterradas la mayoría de las personas asesinadas. «Este memorial tiene el objetivo de reconocer y dignificar a las víctimas de la represión franquista», ha indicado.

De esta manera, el Ayuntamiento de Logroño, junto a ‘La Barranca’, recordará la memoria de las más de 2.000 personas que fueron asesinadas en Logroño y La Rioja entre julio y diciembre de 1936, de las que más de 400 fueron enterradas en el cementerio municipal.

Basilio Gurrea ‘vuelve’ al Ayuntamiento

Asimismo, el Consistorio colocará un busto de Basilio Gurrea, alcalde republicano de Logroño desde 1932 hasta 1934, hasta que fue suspendido de su cargo, en el interior del propio Ayuntamiento de Logroño.

Esta petición fue aprobada en el Pleno municipal del 15 de febrero de 2011, pero no se ha llevado a cabo hasta el momento. Por su parte, Hermoso de Mendoza ha recordado que su equipo de Gobierno inició conversaciones con la asociación La Barranca cuando tomó posesión, en las que se establecieron objetivos, como cumplir la Ley de Memoria Histórica.

Así, se comprometió a quitar del callejero referencias de militares «que dividieron, confrontaron y que en muchos casos, asesinaron a españoles», y sustituirlos por nombres de mujeres «que trabajaron por la concordia y la cultura», como Luisa Marín Lacalle y María Zambrano, entre otros.

Dentro de las actividades de puesta al día de la memoria histórica de La Rioja, la editorial Pepitas de Calabaza ha recuperado el libro de Patricio Escobal, en el que este ingeniero y futbolista logroñés da testimonio de las ejecuciones extrajudiciales cometidas en la zona de La Rioja durante los primeros meses de la Guerra Civil

El 5 de noviembre de 1936, Patricio Escobal fue trasladado de la Escuela Industrial de Logroño en la que estaba preso a la Cárcel Provincial de la capital riojana. Momentos antes de someterse a la requisa para poder abandonar esa prisión improvisada, reparó en que llevaba consigo las notas que había ido tomando durante su cautiverio, en las que se incluían anécdotas relativas a los demás reclusos y, lo más importante, referencias a las ejecuciones extrajudiciales que se producían todas las noches junto con los nombres de los verdugos que las cometían.

Foto: El futbolista e ingeniero Patricio Escobal, autor de ’Las sacas’

Convencido de que, de ser descubierto, formaría parte de la saca [extracción de presos de las cárceles para ser ejecutados de forma
irregular] de ese mismo día, solicitó ir al servicio, donde destruyó todas las notas y las hizo desaparecer tirándolas por el retrete.

Escobal no pudo retomar la escritura de esas memorias hasta 1937 pero, ni siquiera cuando en 1940 abandonó España con destino a Estados Unidos, se atrevió a llevar el manuscrito consigo. Ante el temor de que las autoridades franquistas lo pudieran encontrar en un control fronterizo, decidió dejarlo en España a cargo de una persona de confianza, que consiguió enviárselo a Nueva York unos años más tarde. Aunque se estima que hacia 1948 el autor ya tenía acabado el texto de Las Sacas, no sería hasta veinte años más tarde cuando se publicaría la primera edición del libro en inglés con el título de Death Row: Spain 1936 (Corredor de la muerte: España 1936). No obstante, habría que esperar todavía hasta 1974 para que apareciera la versión en castellano que, en un principio y con el dictador aún vivo, circuló en España de forma clandestina.

«Conozco Las Sacas desde que nos llegó la edición en castellano a mediados de los años 70 del siglo pasado. El libro, siempre forrado para que no se viera el título, pasaba de mano en mano entre todos aquellos que rechazábamos el franquismo y, al mismo tiempo, queríamos saber lo que había pasado en la guerra. En este caso, en nuestra propia ciudad», explica Jesús Vicente Aguirre, experto en la figura de Patricio Escobal, cuya obra sirvió de punto de partida para su propia investigación sobre la represión franquista en la zona riojana, publicada en 2008 y titulada Aquí nunca pasó nada. La Rioja 1936.

«A diferencia de Arturo Barea, que era un escritor ya conocido en los años 30 y lo siguió siendo tras su exilio en Inglaterra, Escobal es un ingeniero que escribe, muy bien por cierto, una sola obra. Sin embargo, es una obra que tiene un enorme valor porque, más allá de su peripecia personal, cuenta cómo fueron las cárceles y los paseos y sacas en una ciudad de provincias, en cualquier ciudad de provincias podríamos decir, en 1936».

AMIGO DE BERNABÉU, CONDENADO A MUERTE

Nacido en Logroño en 1903, Patricio Pedro Escobal estudió en los jesuitas del barrio madrileño de Chamartín, jugó junto a Santiago Bernabéu en el Real Madrid, equipo del que llegó a ser capitán, fue seleccionado para representar a España en las Olimpiadas de París de 1924 y se licenció en Ingeniería.

Sin embargo, para los militares sublevados, todos estos logros quedarían eclipsados por su militancia en el partido Izquierda Republicana y su pertenencia a la masonería. Aunque esta última acusación nunca pudo ser probada porque uno de los hermanos masones destruyó los archivos de su logia para evitar represalias, su militancia en el partido de Manuel Azaña hizo que fuera detenido en Logroño y encarcelado en diferentes recintos de la ciudad, en los que fue testigo de los fusilamientos extrajudiciales que se llevaban a cabo todos los días.

Foto: En la Escuela de Artes e Industrias, actualmente Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR), estuvo preso Patricio Escobal cuando se utilizaba como cárcel durante la Guerra Civil. (LA RIOJA TURISMO)

«Escobal no es un estudioso de la represión en La Rioja. Tampoco manejó una documentación que en esos momentos no existía y a la que, en todo caso, no hubiera tenido acceso como preso. Lo que él hizo fue escribir su historia, sus recuerdos, demostrando una memoria prodigiosa y una honestidad absoluta aunque, en ocasiones, haya datos incorrectos. Refiriéndose a la Barranca de Lardero, por ejemplo, dice que ‘cuatro hombres del grupo fueron a aumentar con sus cadáveres los miles ya enterrados en la fosa común de Lardero’. No fueron miles, sino solo, ‘solo’, cuatrocientos entre el 13 de septiembre y el 15 de diciembre de 1936, lo que no deja de ser un número considerable», explica Jesús Vicente Aguirre, quien señala que, en contra de lo que señala Escobal, tampoco fueron catorce mil las personas asesinadas en Navarra y La Rioja. «No fueron tantos, pero en cualquier caso, sí fueron una enormidad. En medio de la vorágine de aquellas noches negras, es evidente que no era fácil hacer cálculos reales de las matanzas, que provocaron más de tres mil cuatrocientos asesinados en Navarra y más de dos mil en La Rioja, unas regiones donde no hubo frente ni trincheras. A pesar de todo, es justamente Las Sacas de Escobal uno de los libros que mejor permiten conocer la represión del bando franquista durante la guerra», concluye Aguirre, que está convencido de que «si la mayor parte de la sociedad española fuera consciente de lo que fue la muerte y el asesinato en la retaguardia de la Guerra Civil, hace muchos años que se hubieran tomado esas medidas que resume la frase ‘verdad, justicia y reparación».

ASÍ PASEN CUARENTA AÑOS

En uno de los pasajes del libro, Patricio Escobal habla con una persona cuyos familiares han sido ejecutados sumariamente, que le asegura que conseguirá que se haga justicia, así le cueste cuarenta años conseguirlo. Casi noventa años después del final de la Guerra Civil, esa justicia aún no ha llegado.

«Viví la Transición y los últimos años de la dictadura desde el antifranquismo, desde la militancia clandestina. Aunque utilizábamos la calle para protestar, reivindicar y correr, la calle era de Fraga y de su policía. Por mucho que las fuerzas políticas de centro y de izquierda consiguieran la democracia, las fuerzas armadas seguían en los cuarteles con sus mandos y generales franquistas. Por eso, si bien la Transición fue un paso importante y, de hecho, la amnistía sirvió para ir a esperar la salida de nuestros presos de las cárceles franquistas, por esa misma amnistía se nos colaron después torturadores y asesinos», recuerda Jesús Vicente Aguirre, que afea a los diferentes gobiernos que no se hayan atrevido todavía a juzgar los crímenes de la Guerra Civil y reparar a las víctimas.

«Quizá era muy atrevido hacerlo en 1982, pero ¿y en 1983? ¿O en 1985? Un gobierno que del ‘No a la OTAN’ pasó a apoyar esa organización contra viento y marea, no fue capaz de activar la revolución que hubiera supuesto poner encima de la mesa todos los problemas sin resolver de nuestra Guerra Civil, salvo lo referente a las reparaciones económicas, cuya mayor parte, con cuentagotas y de forma deslavazada, empezó a entregarse ya con el gobierno de Adolfo Suárez. Por tanto, lo que no se hizo entonces habrá que hacerlo ahora. La Justicia será, primero, establecer un relato en el que todos podamos encontrarnos y, por supuesto, que jueces y audiencias acepten las denuncias que los grupos memorialistas les presentan cada vez que se intenta exhumar a alguien. Aunque no se pueda juzgar a los culpables porque ya no existen, sí se puede determinar lo ocurrido y sentenciar en consecuencia. Con eso ya habremos conseguido algo de la reparación debida».

o fue el apoyo a la investigación «sosegada y serena» de los hechos ocurridos, por lo que «el Ayuntamiento empezó a colaborar en los cursos de verano que la Universidad de La Rioja celebra para hacer referencia a la memoria histórica».

Este convenio, ha destacado, es otro paso para que esas 400 personas que fueron asesinadas en Logroño durante la Guerra Civil y la dictadura «tuvieran el reconocimiento que se merecen». Además, ha explicado que este convenio tiene el objetivo de acercar a la ciudadanía, mediante libros, escritos y testimonios de los protagonistas, la realidad «más íntima y personal» de los que sufrieron la represión posterior, «que les conllevó la cárcel, multas e incluso la muerte».

En su intervención, Reinares, ha afirmado que este día significa el reconocimiento y la reparación «del buen nombre y la dignidad» de las víctimas del golpe de estado de 1936.

«La deuda moral que la sociedad mantiene con estas personas debe comenzar su resarcimiento mediante su reconocimiento y dignificación», ha concluido.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/logrono-dignificara-400-victimas-franquismo-memorial/20230115105434207136.html