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Los gemelos peligrosos

Fuentes: Yedioth Aharonot

Israel merece un Primer Ministro con valor para hacer la paz y comprometido con la justicia social. Ellos son muy parecidos. Los dos viven a la sombra de padres que los educaron para temer siempre y nunca creer. La madre de Ariel Sharón durmió toda su vida con un hacha debajo la almohada, y le […]

Israel merece un Primer Ministro con valor para hacer la paz y comprometido con la justicia social.

Ellos son muy parecidos. Los dos viven a la sombra de padres que los educaron para temer siempre y nunca creer.
La madre de Ariel Sharón durmió toda su vida con un hacha debajo la almohada, y le inculcó a su hijo que no creyera en los árabes.
El padre, historiador, del ex Ministro de Finanzas, Benjamín Netanyahu, le enseñó a creer que la fuerza era el único factor a jugar.
Sharón y Netanyahu aseveran que la región puede serenarse a través de la violencia.

De hecho, ellos son las caras de una misma moneda. Cuando Netanyahu llevó a cabo el acuerdo de Hebrón con el aplauso alucinante del campo de la paz, y cuando concedió el 13% de Cisjordania como parte de los acuerdos de Wye, el pueblo dijo que sólo él era capaz de estos actos maravillosos.
Sharón, el entonces canciller de Netanyahu, reaccionó diciéndoles a los colonos que se establecieran bajo cada árbol y en cada colina disponible.

Ambos políticos crujen bajo la presión

Ahora, cuando Sharón está dejando Gaza, Netanyahu afirma que la retirada está dando un viento de cola al terrorismo.
Los dos están acarreando mucho equipaje. Sharón arrastró al país entero a una guerra innecesaria en El Líbano. También visitó el Monte del Templo y encendió el fuego en septiembre de 2000.
Netanyahu, por su parte, abrió el túnel del Muro Occidental, incitó a la violencia y se enorgulleció deteniendo el proceso de paz.
Sólo seres con memoria corta pueden creer que cualquiera de los dos puede poner fin a la lucha árabe israelí. Ambos actúan sólo cuando son presionados para hacerlo, y harán todo lo posible para no llegar al momento de la verdad, cuando Israel tenga que pagar el precio de la paz.
Netanyahu es, sin dudas, un hombre histérico, y se pone desvalido en medio de la más mínima presión. Un ejemplo de esto es su fallido intento de derrocar a Sharón de su puesto. Sharón también es sensible a la presión: primero se opuso acérrimamente a la construcción del cerco de seguridad de Cisjordania y, a pesar de todo, finalmente lo construyó debido a la presión pública. El hombre que una vez dijo que el destino del ex asentamiento de Netzarim en Gaza está unido con el destino de Tel Aviv, se retiró de la Franja de Gaza sin conseguir algo a cambio (solo el fin de la ocupación).

Debilitando al débil y fortaleciendo al fuerte

Nunca antes hubo un Primer Ministro con semejante nube oscura de corrupción sobrevolando sobre él.
Sharón y sus dos hijos están bajo investigación policíaca. Su hijo Omri es sospechoso de cometer actos delictivos para apoyar la campaña de la elección de su padre. Uno tendría que ser sumamente ingenuo para creer que Sharón no estaba envuelto en esto.
Sin embargo, Netanyahu no es de ninguna manera el hombre al que podría darse la autoridad para combatir la corrupción. El affaire «Bar On-Hebron» terminó con una nota amarga. Era un momento en que la democracia de Israel estaba enfrentando uno de los desafíos más grandes de su existencia, y el asunto casi acabó con la carrera política de Netanyahu.
Acerca de la economía, Sharón tiene razón cuando dice que el crecimiento actual es un resultado de desarrollos políticos relacionados con el ‘Mapa de Rutas’ y Gaza. Pero él también es el Primer Ministro que respaldó la política de Netanyahu de debilitar al débil y fortalecer al fuerte.
Los miembros del Likud ahora están atareados con decidir entre Sharón y Netanyahu.
Israel merece un Primer Ministro que sea más capaz que ambos; alguien que tenga el valor para hacer la paz y se comprometa con una política de justicia social.
No debemos permitir que estos dos políticos fracasados dicten la agenda del país en los próximos 14 meses. La campaña de la elección debe acortarse para prevenir un estancamiento en el proceso de paz, y debería ponerse todo el esfuerzo en ello dado que estos dos peligrosos combatientes continuarán luchando entre ellos en la oposición.

Aparecido en ‘Yedioth Aharonot’ -3 de septiembre de 2005-
Nueva Sion
Traducción: Roberto Faur