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"Grimau no era un sanguinario y alguien hoy debería pedir perdón por afirmar esas cosas", dice el senador Cuenca (IU) en alusión a Fraga

Los Grupos de la Comisión Constitucional del Senado, excepto de PP, instan al Gobierno a rehabilitar a Julián Grimau

Fuentes: Agencias

La Comisión Constitucional del Senado aprobó el miércoles una moción del Grupo Mixto, con la única excepción del PP, por la que se insta al Gobierno a proceder a la rehabilitación ciudadana y democrática de la figura de Julián Grimau y a que otorgue la indemnización que corresponda como víctima de la represión franquista. A […]

La Comisión Constitucional del Senado aprobó el miércoles una moción del Grupo Mixto, con la única excepción del PP, por la que se insta al Gobierno a proceder a la rehabilitación ciudadana y democrática de la figura de Julián Grimau y a que otorgue la indemnización que corresponda como víctima de la represión franquista.

A esta iniciativa se sumó una enmienda de sustitución del PSOE que señala que esa rehabilitación se lleve adelante conforme a lo que disponga Ley de Memoria Histórica, que actualmente se tramita en el Congreso de los Diputados, y se incluya en la misma la indemnización que corresponda como hombre que padeció la represión del régimen franquista por defender la libertad y por profesar convicciones democráticas.

Durante su intervención en la Comisión, el portavoz del Grupo Mixto, Eduardo Cuenca, defendió que con esta moción pretenden «pedir justicia para quien no la tuvo», como es el caso de Julián Grimau, juzgado y ejecutado en 1963 por su ideología comunista, al tiempo que reclamó constantemente un perdón por parte de quienes aún hoy identifican a Grimau «como un criminal».

«Grimau no era un sanguinario y alguien hoy debería pedir perdón por afirmar esas cosas», subrayó Cuenca, en clara alusión al presidente fundador del PP y senador, Manuel Fraga, presente en el debate. «Después de años de democracia, sigue afirmando que Grimau era un sanguinario asesino», apuntó.

En esta línea, el senador Cuenca admitió sorprenderle que un partido «moderno y centrado» como el PP hoy se niegue a rehabilitar a la figura de Grimau, «a no ser –planteó– que se sienta heredero de ese triste periodo franquista, herederos de Fraga Iribarne».

PP «HUYE DEL INDIVIDUALISMO»

Por su parte, el portavoz de la bancada ‘popular’, Carlos Gutiérrez, defendió su negativa a la aprobación de esta moción al considerar ésta «reabre heridas» del pasado a través de casos individualizados.

En este sentido, Gutiérrez recalcó que las diferentes resoluciones sobre este tipo de asuntos tratadas por las cámaras a lo largo de la historia española se han aprobado en base a un consenso mayoritario y «huyendo del individualismo».

Por tanto, abogó por que los políticos «no se arrojen la historia los unos contra los otros» y por que, desde el respeto a personas como Julián Grimau, no se reabran heridas a través de estudios personalizados.

Durante su intervención, el senador socialista Mario Mansilla respondió al PP que con esta moción «no se busca ninguna confrontación». Simplemente, añadió, se persigue «rehabilitar la memoria histórica del franquismo». «Eso no debe molestar a nadie porque no es ir en contra del consenso», indicó.

En este sentido, Mansilla aseguró que, si el argumento de los ‘populares’ para no aprobar esta iniciativa es que se trate de un caso personalizado, el PSOE dará su apoyo a tantas mociones individualizadas que se presenten en las cámaras con arreglo a la Ley de Memoria Histórica.

CIU PIDE «PRUDENCIA Y MODERACIÓN»

El resto de grupos parlamentarios se mostraron favorables a la moción del Grupo Mixto. Pero, por parte de CiU, el senador Jordi Casas pidió «prudencia» y «moderación» a la hora de revisar la Guerra Civil y la Dictadura franquista. En concreto, se dirigió al senador Cuenca y a las declaraciones directas que realizó contra el senador Fraga Iribarne.

Al respecto, Casas dijo dar por «no oídas» las acusaciones vertidas por el senador del Grupo Mixto, a quien le pidió que no haga de la memoria algo «sectario y selectivo» porque, destacó, «no todo lo que se hizo durante la República y durante el Franquismo fue bueno». Por tanto, remachó, cuando se quiere, como hoy, rehabilitar la figura de Grimau, hay que hacerlo «desde el respeto a las personas y sin hacer sectarismo».

BIOGRAFÍA

Julián Grimau (Madrid, 1911-1963) militó en su juventud en partidos republicanos, si bien ingresó en el Partido Comunista de España (PCE) al estallar la Guerra Civil en 1936, periodo durante el cual desarrolló labores policiales en Barcelona, exiliándose a Francia y Latinoamérica al concluir el conflicto.

En 1954 fue elegido miembro del Comité Central del PCE en su Congreso de Praga y a partir de 1959 residió clandestinamente en España, donde se hizo cargo de la dirección del partido en el interior.

Fue detenido en noviembre de 1962, en el contexto de una fuerte conflictividad obrera, y sometido a un consejo de guerra en que se le imputaron delitos presuntamente cometidos en la Guerra Civil. Este proceso, sin las debidas garantías, y su posterior ejecución el 20 de abril de 1963, motivaron fuertes protestas de la comunidad internacional contra el régimen de Francisco Franco.